Parte 27

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No solo una.
Continué llamándolo pero nunca respondió. Cuando lloro tengo que hablar con Yoongi... de lo que sea, ¿por qué no responde?

-Doyeon.-

Oppa entró a mi habitación pero no quise mirarlo, no quise ni moverme. Mantengo mi mirada en mi teléfono, sin tocar la pantalla más porque ya me había rendido.
En cualquier segundo sentí el peso de Oppa en la cama a un lado mío. No habló, yo no hablé. Esperé a que dijera lo que esperaba de él.

-¿Debo preguntar?- se refirió a la pantalla mostrando el nombre de contacto de Yoongi. Negué cabizbaja. –Bueno, umh, papá acaba de irse y mamá salió a no sé dónde así que... ya puedes bajar.-

-Quiero irme.-

-Bien, vámonos entonces.- se puso de pie. -¿Tienes hambre?- negué. -¿Quieres un helado?- y respondí lo mismo, eso incitó a Oppa a acuclillarse frente a mí para buscar mi deprimente mirada. Solo le di un ligero vistazo. –Estás tan pálida otra vez.-

-¿Y?-

-Sé que esto es difícil, pero soy tu hermano, mírame, ¿sí? Solo una vez.- no quise hacerlo.

-Odio cuando gritan así.-

-Lo sé, lo sé, yo también. Solo están soltando lo que se han guardado durante años, pero... solo... ah, solo vámonos de aquí. Si vas a llevar otra cosa de aquí, adelante, te espero abajo.-

Dicho esto se puso de pie nuevamente y salió no sin antes tocar mi cabeza sin despeinarme. Cuando escuché que salió miré mi habitación. Si me llevo más cosas quedará más vacío.
Ni siquiera una respuesta de Yoongi, eso me molestó. Guardé mi teléfono en mi bolsillo y me dirigí a mi estante de animales de peluche. Solo quedan los grandes, no puedo llevarlo a todos.
El enorme oso polar fue un obsequio de Yoongi en navidad, eh, lo llevaré pero solo porque su pelaje es el más suave.
Casi es de mi tamaño y pesa creo que el doble que yo, ¡pero lo quiero no sé por qué!

-Cuando te dije que si llevarías algo me refería a ropa, maquillaje o zapatos.- Oppa decía mientras yo acomodaba el gran oso en el asiento de atrás y le ajustaba el cinturón.

-Es necesario. ¿Podemos irnos ya?-

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Esa noche... ni siquiera quise averiguar el por qué Yoongi nunca me respondió o por qué no llamó de vuelta, estaba bastante deprimida como para buscar reclamarle.
En fin, mi pijama, el oso polar, el Holly falso y una manta era lo que necesitaba.
¿Desde cuándo las caricaturas comenzaron a parecerme aburridas?

-Doyeon, es tarde.- Oppa llegó desde atrás del sofá.

-¿Y?-

-¿No irás a clase mañana?-

-No quiero ir.- no quiero hacer nada.

En cuanto dije aquello sentí su mano en mi frente, luego en mi mejilla. –No tienes fiebre.-

-¿Y por qué me siento tan enferma? Yo no me enfermo, Oppa.- le miré para que me diera alguna respuesta pero solo se encogió de hombros.

Rara vez me enfermo, pero cuando lo hago suelo ser tan cortante como Yoongi. Lo contrario al rayo de luz que solía ser antes.

-Llorar te quita demasiada energía, no lo sé.- acto seguido se inclinó hacia mí, dejando después un beso confortante en mi frente, algo que no hacía hace mucho tiempo. –Esto solo es un episodio.- dijo. –Verás que todo se resolverá y no tendremos por qué deprimirnos. Descansa.-

-Te amo.- le dije antes de irse.

-También yo.-

Apagué la televisión y cambié el control remoto por mi teléfono.
Oh, tengo un mensaje de Yoongi. Bastante reciente.

"Min Suga Holly's hyung ~ <3:
Unos días que no sepas de mí no te hará daño. Estaba muy ocupado y lo estaré."

Ocupado. En domingo, su día libre. No devolví el mensaje y mejor me envolví en la manta.

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Un problema a la vez.
Sé que no puedo madurar, sé que no puedo cambiar. Creo que ya me resigné a esto... solo porque no sé la respuesta o la solución. Pero aún hay muchas cosas en mi cabeza, tantas cosas ocurriendo al mismo tiempo, atacándome por diferentes lados, acabando conmigo. Mis emociones suben y bajan como una montaña rusa, me duele la cabeza, y es cierto, estoy perdiendo color.
Yo no tenía estos problemas, yo solo quería ser siempre el cachorro amigable que todos conocían. Entonces ahora... ¿qué soy?
No soy más aquella sobredosis de azúcar que Jimin decía, lo detesto.

-No estoy enferma.- protesté otra vez a Oppa quien revisaba mi temperatura.

-Incluso tienes ojeras, ¿no dormiste anoche?-

No, no lo hice. –Estoy cansada.-

-Bien, quédate aquí, yo tengo que irme.- le vi dirigiéndose a la puerta principal poniéndose su chaqueta. –No salgas y descansa mucho, llámame si necesitas ir al hospital o algo.-

-Espera.- me senté de golpe.

-¿Qué?-

-¿Podrías decirle a Yoongi que estoy enferma y que venga a verme?-

-No estás enferma.-

-Bien, que no me siento bien. Solo dile que venga a verme.-

-Doyeon...-

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Solo quería ver a Yoongi y animarme un poco, pero ese día y los siguientes días Oppa y él me recalcaban que estaba ocupado. Ocupado, ocupado, e incluso Oppa llegaba tarde.
Dejé de ir a ballet y apenas soportaba unas cuantas clases en el instituto. Preocupé mucho a mis amigos.
Ni siquiera las golosinas ayudaban, pero creo que me acabé como dos paquetes de chupetines.

Pero... noté algo extraño en esta semana: Jimin, Taehyung y Jungkook. Veía que traían algo entre manos, e incluso se los mencioné un par de veces pero ellos pasaban de eso. No lo sé, desaparecían los tres en los descansos y SaNa solo quedaba para hacerme compañía.
Otro punto importante en la semana fue Hwa In también. No llegué a toparme con ella o hablar con ella pero, cuando lográbamos hacer un contacto visual distante ella sonreía de esa manera tan peculiar que yo recordaba. Me asusta.

Viernes: la fiesta de primavera en el instituto.
Youngjae llegó al departamento muy emocionado y yo me esforcé en parecerlo también.

-¿Te gusta? Dime que te gusta.-

Su disfraz de guardabosques era perfecto.

-¿Qué tal yo, Youngjae?-

-¡Eres adorable!-

...

~ Broken Candy ~ Suga - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora