~ Broken Candy ~ Suga - BTS

Parte 2

Corrí como gacela en peligro cuando escuché el llamado a la puerta principal. No me importó dejar caer el frasco de mantequilla de maní, corrí a toda prisa a atender el llamado con mucha emoción.

-¡Suga!- grité cuando lo vi y di un brinco para rodear su cuello y colgarme de él.

-Yoongi.-

-Llegaste rápido, ¿no estabas ocupado?- al fin me solté de él y jalé de su brazo para que entrara. Solo negó ante mi pregunta. También lo incité a que se sentara en el sofá de la estancia. Está muy serio como de costumbre pero yo muy contenta de verlo.

-Debo decirte una cosa.- dijo.

-Uh, sonaste tan misterioso, ¿qué cosa, qué es?- di un par de brincos animándolo.

-Ven aquí.- claro, claro, me senté en su regazo y me abracé a él. Él no dejaba de mirarme a los ojos, también veía mis labios en pequeños vistazos, estudiaba mi rostro mientras yo le sonreía. Impaciente por que hablara. -¿Hoseok está aquí?-

-Su habitación.- señalé detrás de él. –Cayó dormido hace rato y yo estoy aburrida, muy aburrida.-

-¿Y estás bien?- me preguntó seguido.

-¿Oh? Uhm, sí lo estoy.- le sonreí otra vez.

Creo que lo pregunta porque la última vez que hablé con él yo no podía dejar de llorar. Oppa y papá estaban gritándose en ese entonces y para distraerme había llamado a Yoongi. Él sabe lo que está pasando.

Hubo un pequeño silencio cuando respondí aquello. Sigue estudiando mi rostro como si no creyera mis palabras.

-Estoy bien ahora que tú estás aquí, Suga.- agregué.

-¿Segura?-

Me encanta su suave voz de preocupación escondida. Es muy dulce.

Asentí muchas veces. –Pero ya, ¿qué querías decirme?-

Otro silencio efímero de su parte. No es nada extraño, lo hace siempre. Mientras él piensa y me mira, yo me entretengo pasando mi dedo por su cuello y mentón, a veces dando toques a la punta de su nariz y las esquinas de sus labios.

-Voy a mudarme.- dijo finalmente.

-¿Oh?- no me lo esperaba. Pero... -¿Mudarte? ¿A dónde?-

-Al centro.- respondió. –Ahorré lo suficiente, y con mi sueldo ya puedo pagar un departamento.-

Tuve que fruncir el ceño ante mis ideas. -¿No vivirás más en tu cuartito?-

Sonrió un poco y negó. –No.- cielos. –Está muy cerca de aquí y es más grande. Más espacio para mí y Holly.-

No sé por qué no me agradaba la idea. Me obligué a no mirarlo más bajando la cabeza y entreteniéndome pasando mi dedo por la línea de su clavícula.

-Uhm, ¿y podré ir cuando yo quiera, verdad?-

-Lo habitual, sí.-

Bueno, eso me anima un poco.

-¿Tendrás una cocina más grande?-

-Y una estancia.-

Reí. -¡Tendrás un sofá!-

-Y una habitación.-

-Wow.-

Creo que sí me molesta que se mude a otro sitio, pero él se ve tan feliz por hacer este cambio que no me afecta en lo absoluto. Extrañaré ese cuartito en aquel barrio tan peculiar. ¿Por qué otro cambio tan de repente?

-Te ayudaré con la mudanza, Oppa podrá prestarte el auto y así llevaremos todo más fácil.-

Y hablando del mismísimo: apareció de pronto yendo a la cocina.

-Doyeon, esa cercanía queda prohibida aquí. Sepárense.-

Oh, vamos. Reí mientras me ponía de pie y corrí donde Oppa. –Yoongi se mudará.- comenté.

-¿De ciudad? No sabes cuánto me alegra.-

-Chico tonto.- finge que no le agrada Yoongi y eso me divierte. Oh, bueno, yo finjo que finge. –Hey, ese emparedado es mío.-

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Oppa y Yoongi llevan meses trabajando juntos y aún está ese sentimiento mutuo de desagrado que no entiendo. Se ignoran siempre. Namjoon dice que igual son así en el estudio.

-Vamos, no es difícil llevarse bien, es mi hermano.- le comentaba a Yoongi mientras caminábamos.

En el día soleado de hoy vamos a su cuartito a organizar sus cosas para la mudanza. No tiene muchos muebles, solo cosas propias que serán fáciles de guardar así que no gastaremos mucho tiempo.

-Me odia, yo lo odio, qué más da.-

-Podrían encontrar cosas en común si hablaran más.-

Subí primero las escaleras y Yoongi me seguía.

-Ni siquiera tengo cosas en común con mi novia.-

-¡Cierto! Pero así hay amor todavía, ¿verdad?-

-Esto ya me incomoda.-

Oh, dios, tuve que reír. -¡No quiero que te enamores de Oppa! Solo que se lleven bien.-

-Olvídalo, niña.-

Allí está el "niña" de nuevo. –Soy Doyeon, Suga.-

-Yoongi.-

¡Le encanta eso!
Finalmente llegamos arriba y allí mismo escuché los adorables ladridos de Holly.

-¡Holly!- está adentro entonces le pedí a Yoongi que se diera prisa. Y en cuanto abrió la puerta me apresuré en saludar a nuestro cachorro y cargarlo en mis brazos. Es tan pequeño. –Holly, Holly, todo el día encerrado. Yoongi es un mal hyung por dejarte encerrado, ¿verdad? ¿Verdad que sí?- está muy feliz de verme, ¡no puedo con tanta ternura en un pequeño cachorro!

-Entra ya, muévete.-

...