~ Broken Candy ~ Suga - BTS

Parte 72 - Penúltimo

-¿Y estoy en problemas?-

Oppa no parecía molesto a pesar de haberle desobedecido, y eso que le confesé que fue más de una vez lo que hice. Algo me decía que él había escuchado todo y por eso me tenía lástima, no lo sé, no quise preguntárselo siquiera y ambos evitamos el tema. Ambos evitamos el tema. Ambos.

Fuimos a casa, preparó la cena y cenamos juntos. No había risas, ni siquiera más conversaciones. No había tema divertido que pudiésemos hablar sin sacar a flote algo sensible.
Por supuesto que mi corazón seguía herido, aún estaba en la triste agonía de perder a Yoongi... pero lo entendí, entonces por eso no seguí más.

Entendí que mentía.

Entendí que él me amaba a pesar de todo como yo a él, pero como dijo, no puede seguir conmigo porque detesta en quién se ha convertido. Eso es todo. Me hizo una herida que él sabe que sanará, por eso lo hizo de esta manera, pero yo no estoy segura si sanaría... quiero decir, es Min Yoon Gi. Sé que llegué a odiarlo una vez, y a dudar de él pero... ¿qué podría decir?

No lo puedo poner de otra manera más que así: Min Yoon Gi.

-¿Qué harás con la sortija?-

Oppa me sorprendió con la pregunta. Él se dio cuenta que yo la miraba en mi dedo.

Solté la cuchara y escondí mi mano bajo la mesa. -No lo sé.-

-¿Quieres devolvérsela?-

Una pregunta bastante seria.

-También quiero devolverle su chaqueta.- dije.

Mi hermano no dijo nada más. Se levantó seguidamente para recoger su plato y después vino por el mío. Supe lo que pensaba; que tal vez él podría hacerlo pero no quería, yo tampoco quería.

-¿Y qué, le devolverás cada obsequio que te ha dado?-

Esa fue una pregunta con un toque de gracia.

-Entre mis vestidos, animales de felpa y adornos para el cabello, no creo que le sirvan esas cosas.-

Me dio la razón. -Entonces solo dale lo que es suyo.-

Fin de la conversación. Me pasó por un lado antes de palmear mi cabeza suavemente... espera, ¿dijo que yo lo hiciera? ¿Me dio la autoridad de yo devolverle su chaqueta a Yoongi? Debió cometer un error.

¿O tal vez no?

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Mamá llegó desde Gwangju para pasar las fiestas de navidad juntos los tres. Era triste para mí que papá no estuviese con nosotros en la cena, la primera navidad sin papá. Y sin Yoongi. No la primera sin Yoongi pero es que el año anterior había estado conmigo y... sí, está bien, no todo se queda igual. No todo es para siempre, entiendo.

Conforme pasaban los días de invierno, llorar dejó de ser un privilegio para mí. Tardé casi el resto del mes recuperar mi adicción a las golosinas, y es que un rompimiento es tan difícil. Cuando algo te amarga la vida es difícil recobrar aquel sabor dulce que solía ser tu favorito.
Siempre me preguntaba qué estaría haciendo Yoongi, siempre me preguntaba si había comido o algo así, me preocupaba por Holly y lo demás.
De vez en cuando tuve noches de depresión, por así llamarlo, donde veía las fotos de Yoongi en mi teléfono y dormía abrazando su chaqueta. Eso era provocar mi propio sufrimiento.
La sortija la guardé, no volví a usarla. Y el oso blanco llamado Suga, le quité la bandana y el cartelito con el nombre de Suga convirtiéndolo de nuevo en solo un simple osito blanco, pero también guardé esas cosas.

Después de año nuevo volví a salir con mis amigos y traté de mantenerme al tanto de sus vidas.
Descubrí que Jimin consiguió una novia al igual que consiguió un contrato exclusivo como aprendiz en una agencia de entretenimiento. No sabía que su sueño era ser un idol como Youngjae. Oh, y Jungkook también, no lo olvido. Jimin logró entrar con sus dotes de bailarín y Jungkook con su voz angelical. Me alegro por ellos, aunque Taehyung no quedó a la primera pero sigue intentando.
Al menos ellos ya tenían su futuro, ¿pero yo? Ni la más mínima idea todavía. Ni siquiera sé si lo que tenía planeado era un sueño verdadero o solo una excusa para no pensar en lo que estudiaría en la universidad, era estresante.