Parte 40

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Llegó el momento en el que me había cansado de correr, pero caminaba rápido porque Min Yoon Gi me seguía. Él me seguía a pesar de todo.

-Detente.- me decía.

-No.-

-Tendrás que escucharme.-

Llegué al edificio de Oppa al fin, cuando lo hice corrí hacia el ascensor que se encontraba abierto. Alcancé a entrar... y Min Yoon Gi también. No sabía lo que pretendía cuando se acercó a mí y me acorraló en una esquina. Alargó el brazo para apretar no sé cuál botón y volvió a mí. Me tenía en esa cercanía peligrosa que no me gustaba.
Estaba por gritar y empujarle, hasta que nos dimos cuenta de una mujer mayor que también alcanzó a entrar antes que las puertas se cerraran. Por ello Min Yoon Gi me abrazó. Me escondió entre sus brazos, mi cabeza debajo de su mentón como lo habitual, una mano de él acariciando mi cabeza y la otra en mi espalda a la altura de mi cintura. Mis brazos como los de un tímido dinosaurio entre su pecho y el mío. Dejé de lloriquear.

Esa calidez, ese aroma... así de reconfortantes recordaba sus abrazos cuando yo estaba triste.

La mujer mayor salió del ascensor como en el tercer piso, entonces quedamos solos. El ascensor siguió subiendo. No sabía cuál botón había presionado Min Yoon Gi pero supuse que no el piso de Oppa.

Tragué saliva con dificultad, cielos, no sabía que hacer ahora. Alcé el mentón y lo miré a los ojos. Su expresión serena me parecía preocupante. Él volvía a mirar cada facción de mi rostro, y acto seguido rozó sus dedos delicadamente por mi mejilla, secando el camino de una lágrima.
Una vez más me estaba debilitando ante él. Ya no lo veía tan malo, y eso me molestaba.

-¿Vas a escucharme ahora?- esa voz profunda y suave a la vez, ¿otra debilidad mía?

Negué cual niña pequeña. Detesté hacerlo así.
Escuché el timbre del ascensor cuando este se detuvo y abrió las puertas.

-¿Quién hizo esto, eh?- preguntó mientras sus dedos seguían acariciando mi mentón.

El raspón que Hwa In me hizo con sus uñas largas.

-Hwa In.- dije en voz baja, sin dejar de mirarle.

-¿Por qué...?-

Las puertas iban a cerrarse pero en un movimiento rápido las detuvo. Entonces jaló de mi mano y salimos del ascensor, para luego cruzar otro pequeño cuarto y salir del edificio a la azotea. Nunca había venido aquí.

Solté su mano mientras él se acercaba a la orilla. Pronto giró hacia mí. –Nadie nos molestará aquí.-

No dije nada, no planeaba hacerlo todavía.

Volvió a acercarse a mí para abrazarme de la cintura, se inclinó a buscar mi mirada la cual yo no quería darle más.

-Ahora no vas a mirarme, bien.- dijo. –Jung Do Yeon.-

Cada vez que hablaba algo en mí se estremecía, peor cuando decía mi nombre.

-Dije que ya no quería verte.- dije por lo bajo. Buscando prestar atención en su collar, su manzana de Adán, lo que sea menos en sus ojos otra vez.

-Yo sé que fue mentira.-

-No mentía.- inconscientemente tomé el colgante de plata entre mis dedos.

-Estabas molesta.-

-Muy molesta.-

-¿Y sigues molesta conmigo?-

-Mucho.- lo jalé varias veces, luego lo solté para jalar el borde del cuello de su playera.

-Doyeon... es un malentendido.-

~ Broken Candy ~ Suga - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora