~ Broken Candy ~ Suga - BTS

Parte 41

-Eres mi novia, Doyeon.-

Él se acercó un paso y yo inconscientemente me alejé de él. Eso le pareció extraño. A mí también.

-Pero... terminamos.- eso creía. –Y se supone... que mi corazón roto no está bien.-

No sabía si lo que decía tenía sentido, no estaba pensando claro.

-¿Qué...?- al parecer Min Yoon Gi tampoco lo entendía.

-No lo sé, Min Yoon Gi, no puedo permitirme quererte de nuevo porque me traicionaste.-

-Eso no es verdad.-

-Me apartaste de tu vida.-

-Doyeon.-

-¡Terminaste conmigo primero!-

-¡Eso no es verdad!-

Me sorprendió bastante que él gritara.

Y una vez más, estuve al borde de las lágrimas.
Me di cuenta que esto no solo se trataba de Suran. Sino... de todo.

-Entonces...- traté de calmar mi respiración. -¿Por qué me mentiste sobre tu tiempo libre? ¿Qué fue para ti tomar un tiempo de mí? ¿Por qué me evitabas cuando más te necesitaba, Min Yoon Gi?- fue inevitable parar el llanto. –Hice muchas cosas estúpidas porque estaba triste y confundida, me disculpé y acepté mis errores. Y lo que hiciste tú fue darme la espalda. Esto no era así, Min Yoon Gi. Min Yoon Gi me amaba. ¿Min Yoon Gi me amaba como yo a él? ¿Cuándo fue la última vez que me lo dijiste? "Doyeon, te amo", tal vez para mí eso hubiese sido bastante, saber que estabas ahí para mí. Pero no, preferías estar con alguien más.-

Se había quedado inmóvil mientras yo soltaba todo aquello. Yo sabía que había algunas cosas que él quería renegar, pero se guardó todo, lo noté, él optó por quedarse callado, mirándome y estudiándome.

-No soy novia de Min Yoon Gi más.- hablé de nuevo. –Porque duele con solo mirarlo. Porque él me amó de una manera diferente desde el principio.-

Él no tenía intención de decir nada, pero lo hizo muchos segundos después de que me callé.

-Te amé de manera incorrecta.-

-Lo hiciste.-

"-Eres lo único bueno que me ha pasado en la vida.-"

"-Nadie quiere estar solo.-"

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Entré al departamento antes de detenerme y quitar mis lágrimas que se habían secado en mis mejillas. Aspiré por la nariz muchas veces y me tallé los ojos. Me sentía un poco cansada. No quería decir débil, no quería decir que enferma.

Me di cuenta, tarde, de que Oppa me miraba desde la barra de desayuno de la cocina. Muy serio.

-Ven aquí.-

Eso sonó bastante autoritario. Presentía que estaba por recibir otra reprenda más. Con mamá ya había sido suficiente, pensé.
Lo miré cual niña pequeña o un cachorro que sabía que había cometido una travesura y no quería ser castigado.
Me sentí tan pequeña, más de lo normal ante esa mirada de autoridad agresiva.

-¿Desde cuándo mi hermana menor tiene que pasar por esto?-

Su voz cambió drásticamente. Era suave y confortante.

Alcé la mirada captando sus ojos otra vez. –No estoy enferma.- me limité decir.

-Y creía que yo era el malo de tu historia.- su mano llegó a acariciar mi mentón, pasó su pulgar por mi raspón en este.