Confusión.

9.4K 886 99
                                    

"No debemos tener miedo a equivocarnos. Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas".

-Charles Chaplin.

×××

Con el pasar del tiempo comencé a sentirme más tranquila, o al menos a hacerme creer a mi misma que así era.
Incluso en mi trabajo lo que más deseaba en el interior, había pasado: La gente hablando de mi a mis espaldas por fin había parado; desde que Ra Nia y yo nos volvimos amigas los demás empleados comenzaron a ser más amigables conmigo.

Pero un día especial llegaba para el banco estatal de Seúl: el aniversario número 25 de su fundación se celebraba, y con ello llegaba aquel enorme evento para conmemorar la fecha.

Ra Nia me había ayudado a elegir un vestido bastante lindo para el elegante evento nocturno. Un atuendo color rosa pálido con hermosa pedrería decorando la parte de arriba y una caída de una tela fina cuyo nombre ni siquiera conocía.
Las zapatillas me elevaban unos cuantos centímetros del suelo; eran color plata llenas de brillo en su totalidad.
Y después de una tarde en el salón de belleza donde mi ahora amiga también se encargó de su aspecto personal, quedamos como si no fuésemos nosotras.
La recepción se llevó a cabo en el hotel más elegante de todo Seúl; y el personal entero del banco yacía ahí cuando llegamos, también algunos extranjeros que fueron invitados por ser socios de aquellos contratos que yo me encargué de cerrar. Todo indicaba que sería una buena noche.

°°°

Cuando llegamos y entregué las llaves de mi auto al empleado del estacionamiento, nos adentramos sintiendo aquellas extensas miradas sobre nosotras. Ra Nia lucía hermosa en su vestido color rojo con aquel pronunciado escote que remarcaba su pecho de forma sutil, pero provocativa.

-¡Ra Nia, Helena!- Fuimos interceptadas por la voz de Seung Baek casi de inmediato- Ambas se ven preciosas.

Agradecimos con una reverencia luego de saludar a nuestro jefe. Seung Baek arrasaba con las miradas de mis compañeras laborales. Ataviado en un smoking negro en su totalidad, parecía sacado de una revista de modelos masculinos o algo por el estilo.

Hubo una extensa ceremonia donde Seung Baek dio un discurso acompañado de otros directivos, socios y superiores que nunca había visto en mi vida. La ceremonia duró una hora y media; y una vez que llegó a su fin fue tiempo de la esperada recepción.

Personal del hotel comenzó a servir a los asistentes todo el alcohol fino que podían llevar en las bandejas que cargaban. Tan sólo pude beber una copa, ya que me tocaba conducir y la última vez que bebí con las llaves del auto en mi poder, tuve que pagar una enorme cuota de estacionamiento al bar donde me encontré con Nam Joon y Seok Jin.

Pasada una hora intenté buscar a Ra Nia para saber si se iría conmigo; me quería retirar del lugar, pero la encontré conversando con uno de los empleados de recursos humanos. No quise interrumpir, decidí esperar unos minutos más en uno de los balcones; aprovechando para tomar algo de aire fresco.

Me encontraba entonces en soledad, pensando una vez más en papá y sus palabras sobre mi madre... Todas esas cosas depresivas que se negaban a abandonar mi cabeza.

-¿Helena? ¿Porqué se encuentra aquí sola cuando todo está de maravilla allá adentro?- Seung Baek había llegado al mismo balcón a interrumpir mis pensamientos.

-¿Y porqué salió usted entonces, jefe?- Reí.

-No lo se, creo que necesitaba algo de soledad. La gente no me deja en paz después del discurso.

-Quizá es porque hizo un excelente trabajo.

-¿Eso piensas? Debes saber que tu opinión me interesa mucho- En cuanto se acercó un poco más a mi, pude percibir un leve olor a alcohol que era sofocado por su colonia.

-Eso pienso.

-Creo que es buen momento para cuestionar algo, Helena.

-¿Qué cosa?.

-Espero no sonar entrometido, pero.. ¿Porqué quiso renunciar el día del accidente en el elevador? ¿De verdad me iba a presentar su renuncia?.

-Creo que por ahora no es tiempo de hablar de eso, jefe. Es una noche muy alegre para todos.

-Pero no para ti, puedo verlo- Ignoró el tono de formalidad.

-Yo estoy bien, tan sólo son las zapatillas que empiezan a molestarme un poco- Mentí.

-Helena, quisiera pedirte un gran favor.

-¿Si?.

-Al menos mientras estemos aquí afuera, quiero que dejes de llamarme jefe o "usted". ¿Podrías hacerlo?.

Suspiré. No deseaba ni siquiera estar a solas con Seung Baek en ese balcón, pero por primera vez no tenía a donde escapar; asentí con la cabeza.

-Helena Greci- Continuó- No se qué cosa fue capaz de borrar la sonrisa con la que entraste a trabajar al banco, pero detesto lo que sea que pasó.

-¿Cómo puedes detestar algo que ni siquiera sabes qué es exactamente?.

-Le detesto porque quisiera poder ver aquella sonrisa de los primeros meses- Soltó un gran suspiro.

-Cuando me enfoco en elaborar todo un acuerdo que involucra negocios entre dos países no tengo mucho tiempo de sonreír.

-Hay otra cosa que quisiera saber. ¿Porqué siempre huyes cuando estoy a punto de invitarte a salir?.

-Eso no es verdad...- Mentí, casi sintiendo el corazón salir de mi cuerpo.

-Lo he notado, Helena.

-Quizá bebiste demasiado, Seung.

-Dos copas no embriagan a nadie- Miró hacia el suelo- Pero si me dan el valor para comportarme como un hombre de mi edad al hablar contigo.

-No entiendo a que te refieres.

Comencé a sentir un extraño nerviosismo en mi estomago. Como si la champaña que había bebido minutos antes hubiera sido suficiente para hacerme vomitar.

-Me refiero a que desde hace unos meses me he sentido muy atraído hacia ti, y no se como hacer para ignorar ese sentimiento.

-No tengo idea de que responder- Comencé a jugar con mis manos.

-No busco una respuesta inmediata- Miró directo a mis ojos- Quiero que por favor, pienses en mis palabras. Me gustas, Helena; y mucho. Puedo asegurarte que no quiero jugar contigo ni lastimarte... Quiero una oportunidad.

Ni siquiera pude responder cuando los cálidos labios de Seung Baek hicieron contacto con los míos. Me brindó un beso que no fue desagradable, sus labios eran tiernos y podía sentir ese temblor nervioso que emanaba de ellos.
Pero no eran los labios que yo quería besar. No era esa persona de la cual seguía enamorada y en ese momento no pude evitar sentir que traicionaba a Min Yoon Gi, aunque el ya no estuviera conmigo.
Y para hacer peor las cosas, en cuanto el beso finalizó pude ver la silueta de Ra Nia observar todo en la entrada del balcón aquel; había visto todo.

-Creo que es tiempo de irme- Murmuré.

¡Te odio! »Suga, temporada 2«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora