Las últimas palabras de aquella llamada telefónica ya habían sido escuchadas. No había más que Min Yoon Gi pudiera hacer; ya que la línea no daba más comunicación, lo que indicaba que el teléfono celular al que aún llamaba con tanto esmero ya había sido apagado.
Yoon Gi temblaba de miedo. Se sentía solo y confundido; pensaba en su padre, y en como el hombre decidió fundar su propia empresa constructora para que su madre no insistiera con la idea de un matrimonio arreglado. Pensó también en aquellas historias que Min Se Eun le había contado cuando él apenas era un adolescente; cuando ella era apenas una hermosa joven de en ese entonces veintitrés años que acudía a una entrevista laboral con el deseo de lograr ese puesto como recepcionista; cuando fue contratada y conoció en persona al director de la en ese entonces mediana compañía constructora que apenas comenzaba a desplegar sus alas hacia el éxito: Min Chung Ho.
Lo de ellos había comenzado como un arriesgado y furtivo romance que de ninguna forma hubiera podido ser bien visto por toda la familia Min. Sin embargo, Chung Ho había dejado de pertenecer a las empresas de su familia para poder hacer su vida como él quería, sin importar lo que dijeran los demás y sin preocuparse por el día en el que su familia se sintiera con el derecho a elegir una esposa para él. Y cuando quedó completamente cautivado de aquella joven llena de carácter y una personalidad única ante sus ojos; no dudó en presentarla al mundo como su amada novia, para unos meses después volverla su prometida.
Había exactamente una década de diferencia de edad entre Se Eun y Chung Ho. La familia Min advirtió al hijo mayor tener cuidado con la que ya portaba el anillo de compromiso y también la tachó de ser una busca fortunas. A Chung Ho poco le importó todo aquello, y sin miedo a la opinión pública, había vuelto a Min Se Eun su esposa.Yoon Gi sintió como las lágrimas salían por sí solas de sus ojos una vez más mientras recordaba una de las cientos de anécdotas de su madre. Sentía rabia e impotencia, quería poder ser como su padre y simplemente cambiar todo para poder evitar casarse con quien menos quería.
Pero sus manos habían quedado atadas cuando su madre desapareció; y Helena Greci también entró en una situación de peligro. Yoon Gi sabía que no tenía más por hacer, ya que aquellas horribles palabras de Park Shin Jee sobre ayudar a la compañía si aceptaba casarse con su hija; era una frase disfrazada, y la única manera de volver a ver a su madre con vida, era firmar un acta de matrimonio en menos de tres días y aceptando los términos de aquel acuerdo.Ni siquiera sabía que traje tendría que usar para tal acto, no era algo que le interesara mucho. Sabía que Shin Jee se había encargado de reservar un hotel o algo parecido, y que su futura esposa tendría que vivir en la mansión Min.
¿Porqué no podía hacer más para negarse? No hubo nada que la policía pudiera hacer para localizar a Min Se Eun; y todos decían que era ella quien había huido por su propia cuenta. La nota escrita con su puño y letra, la llamada donde le dijo a su único hijo que estaba enamorada y que se encontraba con bien; eran pruebas suficientes para casi dar por finalizada la investigación.Unos minutos más de llanto, fue cuando Yoon Gi sentía que incluso sus lágrimas se habían agotado. Ni siquiera prestó mucha atención a los golpeteos en su puerta hasta unos segundos después; cuando ese nuevo mayordomo de nombre Sang Wong se encontraba llamando.
Atendió con inexistentes ganas de hacerlo, sólo para escuchar las palabras que menos quería escuchar."La señorita Park Minzy está aquí".
No había opción, la presencia de esa mujer era inevitable, como lo sería casarse con ella en menos de setenta y dos horas.
Yoon Gi no usó palabra alguna, sólo se limitó a asentir con la cabeza. Tampoco quería bajar a la sala ni mostrarse ante el servicio doméstico; atendería a Minzy en su habitación, le gustara o no.-¡Querido!- Saludó la mujer, apenas se postró sobre el marco de la puerta.
-Sólo dime Yoon Gi, ¿Qué te trae por aquí?- Respondió el mencionado, mostrando el mínimo interés posible.
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¡Te odio! »Suga, temporada 2«
FanfictionPrometimos amarnos sin importar nada. Prometimos nunca estar el uno sin el otro. Después de la graduación, ¿Qué pasó? Portada: @-http_bangtaneko » No adaptaciones. » Prohibida su reproducción total o parcial. ©Todos los derechos reservados.