Song Han-Eul estaba frente a mí. No estaba ataviado en esos trajes formales que solía usar para su empleo como mayordomo de la familia Min. Se notaba sorprendido de verme.
-Señorita Greci, un gusto verla de nuevo-Saludó, con aquella cortesía de la cual siempre acostumbraba.
-Hola, señor Han-Eul... Puede llamarme sólo Helena.
Río le indicó sentarse en el sofá que yacía a un lado de lo que ahora sería mi nueva cama las noches que estuviera ahí. Él obedeció, luego de retirar su espesa chaqueta gris para mostrar un sencillo suéter color blanco, toda una versión distinta del Han-Eul que laboraba como mayordomo.
-¿Estás seguro de esto, Río?- Inicié, mirando hacia mi colega con cierta incredulidad.
-Muy seguro... Si tuviera una sola pizca de duda, te aseguro que él no estaría aquí-Respondió con amabilidad.
-¿Usted se encuentra bien, Helena?- Dijo Han-Eul
-Estoy bien.
-Señorita Helena. ¿Hace cuánto tiempo que no va al doctor?
-¿De qué me perdí?- Dijo Río- Pensé que el tono de tu piel era porque el maquillaje no te sentaba, Helena.
-No estoy usando maquillaje justo ahora- Admití.
Era verdad. El tratamiento que me había dado la doctora aquella última vez que fui había sido efectivo tan sólo para postergar las transfusiones sanguíneas que debía realizarme una vez de vuelta en Seúl, Italia o donde sea que fuera a parar. El haber convivido con Han-Eul en el pasado, de alguna forma le había hecho conocerme bien.
-Por favor, debe atenderse de inmediato-La mirada del ahora ex mayordomo denotaba preocupación.
-Le agradezco mucho por su atención, pero creo que debemos abordar lo que sea que tenemos que hacer aquí- Dije -Para comenzar... ¿Me puedes explicar un poco lo que estás planeando, Río?
El mencionado afinó su garganta y se situó junto a Han-Eul en la orilla de mi cama. Yo, me encontraba en el sofá de baja calidad que acomodé frente a ellos. Los últimos días la debilidad en mi ser había incrementado, y no sentía muchas ganas de estar de pie.
-Encontré al señor SongHan-Eul a punto de declarar a la policía. Antes de ello, ya lo había investigado lo suficiente como para saber que de verdad creía que el estúpido departamento policial iba a ayudarle. Evité que le diera más información a quién sea que esté con Kwon, y es por eso que está aquí.
-No lo entiendo- negué- Yoon Gi no me dijo que pasó, sólo sé que ahora tiene un nuevo mayordomo.
-Han pasado muchas cosas, señorita Helena-Han-Eul tomó la palabra- Al parecer, lo que sea que quieren hacer con Se Eun, hubieran hecho que la culpa fuera mía si el joven Yoon Gi no me hubiera despedido. Sin saberlo, él les arruinó los planes.
-¿De qué planes habla?
-Min Kwon me estuvo lanzando ciertas... Advertencias. En pocas palabras, trató de incriminarme poco a poco con el asunto de la desaparición de mi Se Eun. Él no sabe sobre lo que ella y yo teníamos, pero tiene sus sospechas.
-Quiero saber exactamente qué cosa le dijo, Han-Dijo Río.
-"¿No será que usted tiene algo que ver con el paradero de Se Eun? Es decir, casualmente el mayordomo que cada vez tenía un poco más de poder sobre IMN, queda solo con toda la información. ¿No es sospechoso?"- Song Han-Eul citó las palabras del señor Kwon.
-Sí, no hay duda de que es un hijo de perra-Río canturreó.
-Lamento mucho haber dudado de usted, Han-Eul- Musité con la mirada baja, en ese momento sentí culpa por alguna razón- Sucede que... La gente que intentó llevarme mencionó a un tal "Jefe Han" y yo pensé lo peor.
-No hay nada de qué disculparse, señorita Helena. Al parecer al joven Min le dijeron lo mismo, y fue por eso que decidió enviarme de vacaciones.
-¿Quiere decir que usted no está despedido?
-No. No sé exactamente la causa, pero aún sigo en la nómina de IMN y recibo mi paga como es costumbre.
-Me da gusto que así sea- Suspiré.
-¿Han?- Interfirió Río- ¿Usted sabe si la familia Min tiene algún tipo de casa de campo o lugar privado cerca de Gyeongsang?
-Exactamente ahí se ubica una pequeña villa reservada para las vacaciones, pertenece a la señora Min GeumHee, abuela del joven Yoon Gi. ¿Porqué la pregunta?
La mirada de Río cuando Han-Eul terminaba de decir tal oración, esa mirada sólo podía definir una cosa: Río lo tenía.
-¡Gracias!- Gritó el hombre de baja estatura al tiempo que brindaba una sonrisa triunfal- Han, gracias a usted tengo todo lo que necesito para encontrar a Se Eun. De verdad, muchas gracias.
Han-Eul le miró atónito. Luego de eso, sus cansados ojos comenzaron a llenarse de lágrimas que parecían derramar felicidad.
-Señor Oh, por favor dígame que esto no es un sueño, y que voy a volver a ver a mi Se Eun... Dígame que esto es verdad.
-Así es, Han. Aquí comienza nuestro juego, y saldremos victoriosos- Afirmó Río, con aquella imborrable sonrisa de triunfo -Si todo sale bien, exactamente pasado mañana estaremos en camino, tal vez por la madrugada.
-¿El día de la boda?- Cuestioné.
-Así es. Todo será tan dramático, pero ese es mi estilo. Primero que nada, necesito una distracción para Min Yoon Gi. ¿Tienes alguna idea? Tú no puedes hacerlo, ya que en ese momento no importará nada para ShinJee ni Min Kwon, no tendrán problema con eliminarte.
-Lo sé muy bien, y ahora que lo mencionas, sé de seis chicos que estarán más que felices de ayudar. Sólo necesito encender mi celular.
-Hazlo, mañana por la mañana. Recuerda sólo tomar el número que necesites de ahí y llamar del que recién compraste.
-Así será.
Río me brindó una mirada de satisfacción, después afinó su garganta y comenzó a hablar:
-Entonces sigan al pie de la letra mis indicaciones, señor Han-Eul, usted y yo hablaremos mucho sobre la ubicación de esa villa privada. Y por otro lado, Helena Greci, tú llamarás a los seis chicos, y luego irás al doctor.
-¿Doctor?- Sí, la indicación de Río me había contrariado bastante -¿Qué tiene que ver un doctor aquí?
-Ya verás, vamos a empezar este juego a mi manera.
