Intentar (1)

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Ese es el sentido del dolor, el sentirlo no hace que desaparezca; demuestra que aún estás con vida.

-Olivia (Liv) Moore.


🔹🌸🔹


No puedo negar que los días no eran precisamente los más fáciles para mí.
Dos días después de la última reunión con IMN; el tiempo se estaba agotando, enero casi llegaba a su fin y lo único que podía hacer era esperar a que Park Minzy llegase por fin a Daegu para concretar esa horrible boda con Min Yoon Gi.
Su vuelo se había retrasado debido a una fuerte nevada que no parecía detenerse y que caía con el estruendo de un furioso cielo que a momentos era como si no quisiera que ella arribara.
Quizá eran ideas mías y no era más que una extraña y cruel conciencia de aquel destino en el cual nunca creí, pero si las cosas marchaban como debían entonces aquella mujer ya debía estar pisando Daegu.

«Llega ya, llega y terminemos con esta mierda de una maldita vez; lo único que quiero es que termine ya y poder seguir con mi vida».

Ese era mi único pensamiento mientras ya me encontraba mirando hacia el techo de mi habitación de hotel. Tenía demasiados problemas como para pensar en Yoon Gi y en lo estúpido que era.
La presión en mi cabeza había logrado causarme un gran dolor que ni siquiera dos píldoras de las más potentes que conseguí habían podido curar.
Aún tenía que comenzar mi tratamiento de transfusiones sanguíneas una vez que me marchara a Italia a buscar un mejor futuro que permaneciendo en Corea donde todo me traía malos recuerdos.
Ni siquiera podía hablar con Río personalmente, dado que lo último que me dijo fue que descubrió que yo estaba siendo seguida desde hacía días atrás y por mi bien, era mejor permanecer en el hotel y no salir sola para nada. Eso, combinado con la imagen de un tipo apuntando a mi cabeza con un arma días atrás, sólo había logrado una especie de estrés postraumático que en momentos me causaba una sensación de extremo miedo y ansiedad; impidiéndome poder si quiera salir de la habitación sin temblar de miedo.

Y lo que lograba derramar la poca calma que conservaba (Si es que aún quedaba algo) era el Banco Estatal de Seúl.
Seung Baek llamaba algunas veces al día, cosa que era en vano ya que yo no pensaba contestarle, tampoco respondía a sus mensajes donde pedía escuchar mi voz. Mientras Jin Sil se encargaba de enviarme correos donde esperaba una resolución pronto, ya que de otra forma Baek no tendría de otra más que por fin congelar todas las cuentas.
Yo sólo quería estar tranquila, pero era algo que no parecía verse cerca.

Y justo en aquel momento en el cual no podía dejar de mirar hacia el techo de la habitación mientras la carga de todos los asuntos pendientes no parecían querer marcharse de mi cabeza; fue ahí cuando recepción me avisaba que tenía visitas.

-¿Cuál es el nombre?- Respondí con cierto miedo a través del teléfono desde donde la empleada de recepción me llamaba.

-Son seis personas- Dijo de inmediato, con una extraña emoción en su voz.

Y de pronto ella estaba diciendo los seis nombres aquellos. Seis nombres que fueron mis amigos y compañeros de universidad; pero ahora eran famosos y reconocidos.

-Hágalos pasar... A los seis- Dije casi en un susurro, sintiendo como mi garganta se volvía seca; en aquella mezcla de emoción y ansiedad que se manifestaba por todo mi ser.

Tres minutos fueron los que pasaron para que de pronto estuvieran llamando a mi puerta.
Jeon Jungkook, Kim Tae-Hyung, Park Jimin, Jung Hoseok, Kim Nam Joon y Kim Seok Jin. Todos estaban en ese lugar, adentrándose en mi habitación.

¡Te odio! »Suga, temporada 2«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora