¡Te odio! »Suga, temporada 2«

Ciclos (3)

Abrir y cerrar ciclos es parte de nuestra vida cotidiana. No podemos leer una segunda parte sin haber leído la primera, no podemos abrir un camino sin cerrar otro; al final todo aquello que nunca fue cerrado regresa, recordándote que no se ha ido.

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Desperté con Min Yoon Gi semidesnudo a mi lado. Aún dormía y podía ver su pecho subir y bajar en su relajada respiración.
Fue como si por ese instante volviera a compartir aquel piso de estudiantes con él, recordar nuestros últimos meses como novios donde con el pasar del tiempo, una de las habitaciones siempre salía sobrando por las noches. Fue como volver a estar viva y ser feliz, una sensación que hace ya mucho tiempo no pasaba por mi ser.

Corrí a ducharme aprovechando que él aún dormía. Era mi día libre y había quedado para ir a comer con Ra Nia por la tarde, pero después de revisar esos mensajes donde me exigía una explicación por el hecho de que de pronto le presenté a Suga de BTS como mi ex pareja, tan sólo los ignoré para posponer nuestra reunión.
Eran ya las 9:45 cuando la ducha terminó. Mi cuerpo aún sentía escalofríos cuando recordaba las sensaciones de la noche anterior, había perdido el control sobre mi misma y toda yo tan sólo había pedido a Min Yoon Gi justo ahí, como no lo había dejado de hacer cada día de mi vida por todo ese tiempo donde lloré y pasé noches en vela recordando todo de él. Pero, todo había pasado; la evidencia de que no había sido el más dulce sueño que pude tener estaba ahí, dormido en mi cama, con las sábanas blancas cubriendo su cuerpo y haciendo juego con su piel.

Quince minutos después fue que le vi despertar. Esa manía que tenía cada que recién despertaba estaba ahí: frotó de forma tierna sus ojos con el puño, bostezó y después estiró su cuerpo; todo parecía ser como si jamás hubiéramos terminado, como si nada hubiese cambiado entre nosotros.

-Buen día, Helena- Saludó con una sonrisa que enmarcaba sus pequeños dientes- Veo que despertaste antes que yo.

-Buen día, Yoon Gi. Así es, tuve tiempo de darme una ducha- No pude evitar emitir una risa nerviosa de adolescente enamorada, su sola presencia lograba ese efecto en mi.

Hubo un silencio por parte de ambos donde nos dedicamos a mirarnos sin emitir palabra. Me senté en la orilla de la cama aún con el cabello húmedo y el rostro sin gota de maquillaje.

-No has cambiado en nada- Rió, al tiempo que se levantaba para vestirse.

-¿Porqué lo dices?.

-Tu rostro. Puedes usar ropa distinta, usar zapatillas altas todos los días y llevar maquillaje siempre; pero lejos de eso sigues llevando esa inocencia, eres la misma Helena Greci de la que me enamoré.

-No te entiendo- Le miré con cierta seriedad- ¿Porqué entonces me dejaste y luego desapareciste?.

-Helena...- Suspiró. Terminó de colocarse su ropa y después se dirigió a mi lado- No terminé nuestra relación porque no te amara. Lo hice porque no puedo hacerte esto... Tú sabes, hacerte esperar por mi, vernos a escondidas y temer porque la prensa te descubra y después se forme todo un drama con las fans y la compañía.

-Jamás me preguntaste si quería hacerlo, solo me llamaste estorbo y después desapareciste- Bajé la mirada mientras a mi mente llegaban los recuerdos de aquella noche en Osaka, Japón.