Actuación

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"Sólo las personas fuertes pueden fingir".

-Kang Sun-Woo

🔹💠🔹

Florencia, Italia.

-¿Ya me vas a contar qué pasó?- Aquella mujer de cabellera rizada en color azabache, de nombre Fiorella Mussi; observaba al que ya era su esposo desde hacía ya casi un año.

-Nada que no sepas. Al final, Isabel sintió culpa y me contó todo- Gian Lucca dio un fuerte suspiro, dejándose caer en la cama de su habitación, junto a su amada.

-Te lo dije, había algo extraño en tu ex esposa. Yo sabía que no era porque tuviera celos; pero el hecho de que te buscara a ti más que a su propia hija no me daba confianza.

-Creo que ya no tiene mucho caso para ella buscar a Helena por el momento. Prometió ir a terapia... Quiere prepararse, y así ser la madre que Helena merece.

-Ojalá que así sea... ¿Pudiste contarle a Helena sobre lo que hemos planeado?- Fiorella habló con cierta ilusión en sus palabras.

-No...- Gian Lucca soltó un gran suspiro -Perdón, pero no hubo tiempo. Hay algo en Helena que me hace sentir que está en riesgo; es como si sólo quisiera ir a Daegu y traerla a Italia de una vez por todas. Tengo miedo, Fiorella.

-Amor mío- La mencionada entrelazó su mano a la de su esposo, intentando brindarle algo de calidez- Helena ya prometió venir a vivir con nosotros en poco tiempo. Ten un poco de fe, yo oraré para que ella esté protegida. No soy su madre, pero la amo como si fuera mi hija.

Gian Lucca no respondió más. Se limitó a cerrar los ojos, tratando de que aquel presentimiento que cada vez le era más fuerte, no se tratara más que de simple paranoia.

🔹🌸🔹

Daegu, Corea del Sur.

Los minutos en el reloj parecían no querer avanzar como se debía.
Divisar el celular, caminar por la habitación y después volver a mirar el celular para darme cuenta de que el reloj no había avanzado.
¿Qué era lo que me mantenía en aquella ansiedad insoportable que casi hacía que arrancara mi cabello con las manos?

Río había llamado, por fin. Justo cuando ya quedaban tres días para la boda.

Luego de la estúpida reunión que tuve en IMN donde sólo me hicieron firmar acuerdos de confidencialidad en los que prometía no hablar nada sobre la boda de Min Yoon Gi y Park Minzy; sentí que había un auto siguiéndome.
No podía ser Río, y lo sabía porque él había llamado. No quería que alguien volviera a apuntar un arma sobre mi cabeza, no quería que me hicieran subir a un auto a la fuerza.
No quería estar en ese lugar, en ese momento. Tenía miedo.

Y después de por fin llegar al hotel aún cuando el auto color negro cuyo modelo y placas recuerdo a la perfección no habían dejado de seguir mi paso; el celular que había conseguido sólo para hablar con Río por fin sonó, justo cuando entraba a mi habitación.

-¿Dónde estabas?- Contesté la llamada, aún presa de la ansiedad.

-No hay tiempo para eso. Helena, necesitamos vernos ya- Oh Río habló, notoriamente acelerado.

-Pero, tú dijiste que no debíamos hablar en persona y además...

-Además te estaba siguiendo un auto color negro del cual ya tengo datos y registro. No te preocupes por eso, por favor, sólo espera por mi en la entrada al hotel. No avisaré a recepción, te envío fotos y todos los detalles del auto para que en cuanto me veas, subas sin decir nada. 16:30 en punto.

¡Te odio! »Suga, temporada 2«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora