Cuarenta y tres

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[NAMJOON POV]

{Parte 2/2}

Habíamos llegado al departamento con el Señor Kim, Tae y Jin, y me sorprendí bastante, creo que estuve a punto de emocionarme y haber soltado lágrimas​ porque todo se veía tan bien, tan adornado que me hacía sentir demasiado feliz. Hoseok llegó a nuestro lado y comenzó a ponernos un gorro a cada uno para que todos estuviéramos iguales. Dejamos los dulces y mi torta en la mesa, y nos sentamos a compartir, disfrutar y celebrar.

Habían pasado como unas dos horas desde que llegamos y habíamos comido mucho, me sentía muy satisfecho y eso que quedaban aún muchos dulces más y la torta.

– ¿Ya es hora de cantar el cumpleaños feliz?

– Sí Hobi, trae las velas. –le respondí ya que se estaba haciendo un poco tarde, además que tenía unas inmensas ganas de comer torta.

Eran dos velas y las dos formaban un "24". Las pusieron en la torta, las prendieron y apagaron todas las luces. Ahora sí que sentía que iba a llorar. Estar con todas las personas que realmente quiero mucho me hacía sentir tan bien, y más aún que me estén cantando el cumpleaños.

Terminaron de cantar y soplé las velas. Me sentía en otro mundo cuando prendieron las luces. 

– ¿Joonie? ¿Por qué estás llorando?

¿Estaba llorando? No me hubiese dado cuenta si es que Jinnie no me lo decía. Se acercó a mí, me abrazó y no pude contener más mis lágrimas.

– Todo está bien, tranquilo Joonie. Estamos aquí. –me decía mientras me acariciaba la espalda. Me sentía muy sentimental.

– Gracias Jinnie, a todos. –logré articular sin que se me cortara la voz. Todos estaban mirándome con una sonrisa en sus rostros, y Jin me secó las lágrimas con las mangas de su cardigan.

– Hijo, NamJoon, tranquilo, nosotros somos tu familia. ¿Por qué no abres los regalos? –me dijo el Señor Kim y me dio un abrazo fraternal, sentía que necesitaba uno así.

TaeHyung fue a buscar los regalos y los dejó en frente mío. Comencé a abrirlos y recibí gorros de lana, libros, un abrigo y cosas así, como para el invierno. Dejé para el final el regalo que me trajo Jinnie, y comencé a abrirlo con mucho cuidado porque la bolsa estaba muy bien hecha y me daba pena arruinarla.

– ¡Jinnie, es Ryan! –grité casi igual que la otra vez, saqué mis llaves del bolsillo de mi chaqueta y comencé a poner el llavero– Me gusta mu... Oh, ¿lo rompí?

Genial.

– No Joonie, no lo rompiste. –me dijo Jin con una sonrisa en su rostro y me quitó el llavero para ponerlo él.

El llavero era tan bonito y tan acolchado que me causaba mucha ternura, parecía un peluche.

Iba a dar las gracias por los presentes, pero aún me faltaba sacar otra cosa de la bolsita de Jinnie. Miré dentro y era un perfume, así que un poco ansioso, abrí la caja de éste y saqué la botellita, la abrí e inmediatamente me eché un poco en mi muñeca para sentir el dulce aroma.

– Me encanta –dije apenas comencé a olfatear-, me gusta mucho, gracias Jinnie. Y gracias a todos por los regalos, y por estar aquí. –terminé diciendo y sonriendo.

Todos se levantaron, caminaron hacia mí y me abrazaron al mismo tiempo, sentía que iba a quedarme sin aire.

– ¿Qué tal si el sábado seguimos celebrando? Podemos hacer una cena en la casa, ¿qué opinas, hijo? –me decía el Señor Kim. Verdaderamente él es un buen padre.

I can't touch the Sky [NamJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora