Diecinueve

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[OMNISCIENTE]

Cuando NamJoon llegó a su destino, SeokJin se encontraba aún muy sudado y acalorado debido a la larga sesión de baile. Éste fue prácticamente volando al baño a ducharse cuando escuchó la puerta sonar. Independientemente de no saber quién era, no le gustaba que lo vieran en esas condiciones. En todo caso ¿A quién le gustaría?

Desde el baño, el pelicastaño escuchaba solamente la voz de TaeHyung, -quien hablaba muy fuerte- y no podía reconocer la voz de la otra persona, por lo que dejó a un lado la conversación y prosiguió con el último enjuague de su reconfortante ducha.

Al salir, -se había vestido simplemente con una polera color rosa y un pantalón negro- escuchó una pregunta un poco desubicada por parte de su hermano, y solo se dedicó a "maldecir" a su manera, arrepintiéndose al mismo instante en que vio al pelimorado que tanto extrañaba.

SeokJin no esperaba ver a NamJoon hasta al menos el lunes, día que seguirían las clases normales, por lo que quedó pasmado ante su presencia.

Si bien el menor estaba superando los tartamudeos cuando hablaba con NamJoon, esta vez fueron evidentes debido a que no hablaban hace casi una semana, además de que veía a NamJoon morderse la comisura de sus labios con nerviosismo.

Nam...Joon, ¿Ocurrió a-algo? –el pelicastaño no quería preguntarle directamente que qué estaba haciendo por su casa.

Uhm... Yo... –el mayor sólo hacía muecas mientras pasaba su mano por la nuca. No sabía cuánto le podía costar decir las dos palabras que tenía en mente.

NamJoon​ ¿Q-qué ocurre? M-me estás asustan...do.

Yo... Sólo... Quería verte.

¿Quieres sentarte? ¿Tienes hambre? ¿Sed? –al menor se le formó una dulce sonrisa a la vez que se sentaban en el sillón de dos cuerpos.

Por otro lado, NamJoon al escuchar la palabra "sed", miró inmediatamente a TaeHyung, quienes se acordaron del vaso quebrado y aguantaron unas risas.

Hyung ¿Debería irme? –SeokJin se dio cuenta que TaeHyung estaba presente en el sillón de al lado, sólo lo miró fijo y TaeHyung fue a darse una ducha.

Jin, te traje algo, supuse que te gustaría.

El mayor sacó de los bolsillos de su chaqueta unas paletas de chocolate y se las entregó.

¡NamJoon! Son una de mis favoritas, ¡muchas gracias! –el pelicastaño prácticamente se le arrebató de sus manos y comenzó a quitarle el envoltorio.

NamJoon observaba todos los movimientos que hacía SeokJin, por ejemplo, la presión que hacía en sus ojos al pestañear o la forma inocente en que abría sus labios para meter la paleta dentro de su boca y saborearla con su lengua, haciendo unos sonidos que daban para pensar. Y estaría de más decir que el pelimorado no era de piedra, su mente traviesa -pervertida- seguía inminente, por lo que no pudo contener un quejido, que para su suerte fue pequeño y no muy evidente. Tampoco podía evitar la naturaleza de su ser, pero aún así se controló, dejándolo de mirar y metiéndose también una paleta de chocolate a su boca. En ese instante pensó que no había traído los chocolates para ver tal desenlace, sin embargo, no dudaría en hacerlo de nuevo solo para consentir a SeokJin.

Decidió volver a mirarlo y se percató que SeokJin tenía chocolate alrededor de sus labios, y por impulso, acercó su pulgar al lugar, con el cual limpió el chocolate y lo llevó a su boca para degustarlo. Ninguno emitió alguna palabra, solo agacharon sus cabezas mientras un leve rubor comenzaba a expandirse por sus mejillas a la vez que sus labios mostraban una curvatura hacia arriba.

I can't touch the Sky [NamJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora