C U A T R O

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Todo lo que tenía que ver con Abbey era confuso. Yo seguía intentando acercarme más a ella pero no me lo permitía, aunque sabía mucho de su personalidad y... No caía en su truco para dejarme manipular.

Podía intentarlo todo lo que quisiera pero yo me negaría.

Varios días pasé pensando en ella, en la sonrisa que se resignaba a mostrarme, en su cabello ondulado que me atraía y me enredaba. Pensaba en sus ojos y en sus labios... Abigaíl era una Diosa, y una diabla cuando se lo proponía.

Me encantaba todo de ella, menos cuando se portaba mal, cuando intimidaba, burlaba, engañaba, e incluso golpeaba. Su actitud era extraño porque sentía que conmigo era distinto. A mí me insultaba de seguido pero nunca me había golpeado, quizá solo era débil.

Y lo tenía confirmado, Abbey era débil, miedosa, le temía al amor, le temía a que la lastimen y como no, eso es muy común en muchas personas. Yo me sentía igual cuando era más joven, pero éramos adolescentes y dudaba que ella no supiera lo que es el amor y lo que eso trae consigo.

Extrañamente era considerada la mejor de la clase, pero jamás la había visto agarrar un cuaderno, ni tomar apuntes. Ella era increíble, y para conocerla más necesitaba esforzarme más.
Creo que hasta este entonces he creado un vínculo de confianza, aunque todavía no era capaz de abrazarla o por lo menos decirle que la quería. 

Bien, tal vez no confíe en mí; es decir, nunca me contó lo que le ocurría, ni siquiera cuando fui el único que se interesó en ella de esta manera.

Decidí entregarle el segundo regalo. Creí que era hora de despertar. Trataría con toda la fuerza que tenía hablarle más seguido.
Contaba con el domicilio de su casa, y no había ido a visitarla, no la había vuelto a seguir ni mucho menos a tocar.

Debía darle su espacio, es una mujer. 

Muy bella, de hecho, y no quería que me odiara más.

Bajé las escaleras de mi casa y saludé a mi hermana con un beso en la mejilla. Sólo vivía con ella pero estudiaba en una universidad diferente, con diferentes horarios y era muy rara la vez que estuviésemos en casa al tiempo. 

Estaba lloviendo, de nuevo.

Ella preparaba el desayuno con una sonrisa instalada en su rostro y yo le comencé conversación sentado en el mesón.

Di dos pasos al frente y observé la ventanilla que impedía el paso de mi vista distorsionada hacia la habitación de mi hermana. La lluvia se intensifica a cada momento y la muchacha a la cual podía llamar "hermana" se paseaba de su habitación al baño buscando estar lista para irse a estudiar. Mi casa no era tan grande y la puerta que llevaba al patio estaba cerrada, haciendo que la lluvia se vuelva más escandalosa a lo que chocaba con ella.

Cuando los dos estábamos listos para irnos, me despedí, me subí a su motocicleta y arranqué con cuidado pero con velocidad suficiente. 

Respiré el aire natural que me golpeó. Rompí el viento a mi pasar y me imaginé todo tipo de locuras, entonces mi cuerpo me traicionó de repente en un micro sueño y casi me llevé por delante a un chico de tez morena que iba cruzando la carretera. Frené con brusquedad y estacioné en la orilla, respiré tranquilizándome reiteradas veces y con temor volví a encender la moto.

Aceleré con más precaución y llegué bien al edificio gris en el que debía permanecer las siguientes ocho horas. Entré en el aparcamiento y dejé la motocicleta justo al lado de la de Abbey. Me calmé y crucé la puerta de entrada.
Busqué con la vista a mi presa favorita y la hallé junto a un chico diferente a los otros veinte. El chico le coqueteaba y ella hacía expresiones que desde el punto en el que estaba solo me daban risa.

El muchacho era mono, de tez morena y ojos verdes. ¿Por qué todos tienen los ojos verdes? ¿Es la época del año en la que a todos les cambian de color los ojos? Podría jurar que ese mismo chico hace unos cuantos días tenía los ojos negros. Pero vamos, no me importaba de verdad.

No pensaba hacerle una escena de celos pero en mi cabeza entraba la idea de salvarla de la situación. Ella ponía los ojos en blanco desde lejos y éstos recayeron en mí. Le lancé una mirada pícara que expresaba la frase "te veo bien"; de esa forma ella rió y negó con la cabeza, entonces el intento de ligue que tenía en frente giró sobre sus talones para ver lo que Abigaíl miraba y sus falsos ojos verdes pasaron por mi cuerpo. 

Me ignoró. 

Nunca se imaginaría que Abbey estuviera hablando a lo lejos con un chico invisible, así que me dejó pasar.

Se fue de su lado y llegué hasta ella. Con palabras convincentes, pero decentes logré sacarla del aula. Entonces me habló:

— ¿Qué ocurre?
—Tengo algo para ti. — señalé—A propósito, me gusta tu collar.

Ella se cruzó de brazos y mostró sus dientes. No era un experto en Abbey pero como dije, ya sabía cosas importantes. creí que ahora esperaba a que siguiese hablando yo.

—Cierra los ojos y no hagas trampa.
—No piensas besarme ¿no? —Sonreí a sus palabras. 
—Te respeto, jamás haría algo que tu no quisieras.

Abigail entrecerró sus ojos y frunció un poco el ceño, después de un rato al no recibir reacción por mi parte cedió.
Relajó la quijada y cerró suavemente sus ojos. Pude ver una pequeña sonrisa asomarse en su boca y la llevé a un lugar más solo.

Estando allí aún con los ojos cerrados acaricié su nariz con la oreja del animal. Le permití ver y sus órganos visuales se abrieron como platos.
Sostuve entre mis manos una caja en forma de corazón del tamaño de una cabeza humana. Encima de ella, se hallaba un mono de peluche, en su interior descansaban chocolates y una tarjeta.

— ¿Un simio? —me descolocó con su pregunta y me puse serio.
—Técnicamente es un mono Abbey.
— ¿Porqué un mono? —Interrogó.
— ¿Quisieras aceptarlo? —le dije rápidamente.

Ella se mostró junto a una expresión jamás vista en su rostro por mí y abrió su mochila. Supuse que quería que depositara allí su regalo, me miró expectante y guardé todo adentro.
Cerró la cremallera y llevó su mochila al hombro. Me hizo un gesto con la mano despidiéndose de mí y se fue a clases.

Me dejó extrañado y unos pasos más adelante se detuvo, giró y me observó.

—Mmmh... Gracias Thiago —titubeó, dio vuelta de nuevo y caminó derecho sin mirar atrás, es decir a mí.


N/A
6/02/17

Mono: de cabello claro o amarillo.

~EDITADO~

26/01/19

Hola, si alguien lee este año esta novela quiero avisar que ya casi edito un par de capítulos y la subo completa nuevamente. 

Thanks&Xaii

AdvarselⓢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora