T R E I N T A Y O C H O

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Por favorsituh marquen mis errores de dedo si ven alguno... Soy muy perfeccionista y pues... Eso :3.

La salida del hospital se podía ver a través del móntón de gente que comenzaba a acumularse en la sala de espera. La multitud de personas se acercaban a las secretarias a consultar sobre asuntos médicos mientras yo solo quería salir de ese lugar para próximamente llegar a mi casa y desayunar algo. Pero mi idea se frustró por la soledad de las calles y la realidad que era que no encontraría un vehículo que me llevara sin tener que esperar un poco. Suspiré resignado y seguidamente mi móvil empezó a timbrar. La melodía me confirmaba lo que estaba esperando y tuve que adentrarme en una cafetería a contestar.

-Buen día Fitzumark.

-Buen día jefe. Quiero hablarle para que sepa el motivo de mis ausencias.

-No hay problema, Samuel me ha dado las noticias y sé por lo que está pasando.

Resoplé y rodé los ojos -Jefe, quiero pedirle unos días de descanso, por favor.

La línea estuvo en silencio hasta que hubo una respuesta por su parte -Fitzumark... ¿Enserio es tan grave?

-Jefe, la mujer con la que vivo y adoro como si fuera parte de mi familia fue atropellada por su expareja por mi culpa y está lo más débil que se podría estar como humano, en coma. Necesito hablar con ese muchacho, necesito acompañarla en este momento para que despierte Jefe, no quiero perderla.

-Entiendo... ¿Por cuántos días sería la excusa?

-No lo sé. Es indefinido...

-Fitzumark...

-No será mucho tiempo, lo juro. Deme solo un par de días.

-Fitzumark -oí un suspiro de su parte y sabía lo que diría- sabes que no me puedo permitir que faltes ese día.

-Lo sé Jefe, y no lo haré. Iré al trabajo ese día, es asegurado. Aunque aún estoy en desacuerdo con usted -Hice puchero cruzando mis brazos sabiendo que era invisible para él-. Yo no voy a necesitarla, no entiendo cuál es la importancia.

-No questiones mis decisiones por favor, sé lo que hago. Por eso mismo vendrás ese día, si no lo haces corres el riego de que te despida. Es tu trabajo o tus caprichos.

-Mi trabajo, pero enserio Señor, -Insistí irritado- No la necesito. ¿Es que mi trabajo no le es suficiente? Por que si no es así déjeme decirle con todo respeto que usted es muy bipolar.

Escuché su risa y sonreí -Sé lo que es mejor para nosotros. Y sí la necesitas Thiago, no más reproches. Tienes tu permiso y espero que no faltes para ese momento. Que tengas un buen día.

-Igualmente Jefe, gracias.

Colgué para fijarme en el lugar donde estaba. Había tomado asiento inconscientemente en una de las mesas de la cafetería y al momento en el que colgué una mesera se me acercó preguntando qué iba a querer para comer. Le indiqué una arepa de huevo y un chocolate caliente y le pregunté el precio.

-Son dos mil trecientos, enseguida salen.

-Gracias.

Tamborileé con mis dedos en la mesa mientras esperaba. Era tiempo de planear las cosas; si el señor Turzue me había aconsejado estar más cerca de Luis era eso lo que debería hacer. Entonces saldría de la cafetería a la casa a asearme y luego volvería al hospital a preguntar por él. Me sonaba un poco complicado debido a que, como la secretaria me había dicho, no tenía ningún parentesco con Luis y no me dejarían entrar a su sala tan fácil. Revisé mis bolsillos y confirmé que tenía unos billetes de cinco mil para pagar en sencillo.

AdvarselⓢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora