Advarselⓢ

T R E I N T A Y C U A T R O

Agradezco de todo kora los 8k que me regalan. Mi felicidad no tiene nada que ver con el capítulo así que no se alegren, igual sufrirán.

¡Aaaaah! Que amo este cap, sorry not sorry papus ;3 se viene lo wenuuh.

Mis ojos se abrieron de sobremanera con el golpe que recibí en mi hombro. Supe que me había perdido en mi mente cuando ella me preguntó si algo ocurría. Meeshell se acercó a mí buscando una brocha y se la tendí facilitando el movimiento de rodear la sala para alcanzarla.

-Gracias. Espero que no me cobres el favor tan pronto -Balbució, dándole vueltas a la brocha a lo que giraba la muñeca.

-No soy muy buen cobrador. Tienes un poco de tiempo -Le contesté. El haberle pasado una brocha no era algo que pudiera usar como algún tipo de chantaje.

Se dio vuelta diciendo que buscaría vestimenta adecuada. Una que pudiera manchar. Me di vuelta también y me agaché para adueñarme de un rodillo que pronto tendría cubierto de pintura celeste. Caminé hasta posicionarme frente la puerta de la habitación de Meesh. Toqué para adelantar su salida pues, la demora me estaba carcomiendo. Ella me respondió con un grito para que pasara, tenía una libreta un tanto gruesa y ponía un lapicero en la parte delantera de su coleta naranjada.

-¿Es un diario?

Asintió y prosiguió a dejarlo encima del closet. Luego de eso, con pequeños golpes en mi espalda, me sacó de su cuarto y abrió el tarro de pintura cuando estuvimos en la sala. Percibí el olor de lleno y junto con Meeshell por fin empezamos a pintar. La luz de las ventanas entraba delicadamente. Aún así al llegar el medio día no pudimos reprimir el cansancio que traía consigo el sudor y las ganas de dejarlo todo e ir a comer helado. Pero eso no pasaría, por lo menos, no todavía. Consulté la hora sosteniendo el rodillo con mi mano derecha. Encendí la pantalla y caí en cuenta que mi horario de trabajo empezaría en un santiamén, justo antes de poner mi teléfono de nuevo en la mesa, la carrasposa voz de Meeshell me detuvo.

-Thia, no entiendo por qué te has dado por vencido -Se giró abandonando el trabajo y me miró a los ojos-. Cuando sabes quién es el amor de tu vida, y éste se ha alejado por x circunstancia, debes luchar, debes buscarla Thiago. En todos estos meses sé que Abigaíl Turzue no ha salido de tus pensamientos; ella es tu mayor deseo. Inventemos un método, sacudamos el planeta y cueste lo que cueste, consigamos eso que tú tanto quieres.

Me removí completo, incómodo. Cambió el tema y la normalidad del mediodía con unas palabras. No planeaba seguir con ese tema, sin embargo Meesh y sus conspiraciones femeninas románticas pensaban todo lo contrario.

-Por favor, cerilla, ya olvídalo.

Al parecer el que la llamase por su apodo no le dio gracia, pero a mí tampoco me hacía gracia que tocara el tema de Abigaíl.

—Thia, piensalo —insistió llevándome al punto exacto de mi paciencia.

—No quiero, ya olvídalo Meeshell.

—Sé perfectamente que hablar de tu ex novia desaparecida no es de gusto...

Le interrumpí —Meesh... No sigas con eso...