T R E I N T A Y S E I S

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Este es el apartado #40 de Advarsel ¡akbjsna

¿Alguien recuerda a Thiago?


Es hermoso UwU

—Thiago, ¿Es posible que seas tu el que se quede por esta noche? Volveré mañana, a verla. Va a ser algo duro para mí, necesito descansar. Confío en ti ¿sí?

Asentí con comprensión.

La mujer se fue. Poco a poco la gente también comenzó a desaparecer y solo un par de muchachos mucho más atrás de mí en la sala se quedaron a dormir.
Me recosté en la silla esperando que morfeo me atrapara de la misma forma que a ellos para poder descansar en paz. Tomaría un sueño profundo desde temprano, si llegaban noticias nuevas alguien me despertaría. La idea no duró mucho, y tampoco se materializó. No podía dormir sin dejar de pensar en ella. Estar en coma era algo bastante delicado.

Abrí las hojas del documento y leí:

La paciente venía con anemia detectada y a esto se le suma:
Trauma cranioencefálico leve.
Ruptura del tercer hueso verdadero.
Perforación pulmonar a causa de un hueso roto.

No podía pensar en más nada; maldición, maldición, maldición. ¿Era que a caso estaba condenado a perder a toda persona que amara? No quise fijarme en la hora, eso me haría más eterna la noche. A pesar de eso no quería estar tan perdido, así que miré por la ventana. Froté mis ojos. Ahora tenía otro problema; No debía dormir con los lentes puestos. Pero claro que eso no era lo mas grave. Eché un vistazo a la ventana: todo oscuro.

Con el drama de lo que le había pasado a mi pelirroja, casi olvido lo que pasó justo antes del accidente. Recordé con claridad la mano de Jeffrey Turzue cerrarse en mi antebrazo, un escalofrío me pasó en ese momento y sentí el calor de su cuerpo, asumiendo lo real de la escena. Recordaba que varias noches había soñado con esa persona, y gracias a eso intenté convencerme de que estaba soñando. Que ese accidente no era real.

—No estoy tan loco —Murmuré con desgana.

Giré de nuevo hacia la sala de espera, pude ver que la pareja de muchachos que dormía minutos antes ya no estaba. Solo me encontraba yo ahí. Tomé asiento. Saqué mis lentes de contacto y los guardé en su pequeño estuche, volví a dejar este último en el bolsillo delantero de mi chaqueta. Hacía frío.

(Abbey,  mi plan con Meeshell de buscarte ya no se va a completar. Perdoname por abandonar tu búsqueda si es que aún puedes ser encontrada por mí. Pero es que ya no puedo más... estoy completamente destrozado. A punto de perder a Meesh. Esto para mí es duro. No lo imaginarías. Aún así te amo, lo suficiente para meterte en mis pensamientos cada segundo de mi vida. Te amo Abbey...)

El frío aumentaba minuto a minuto. Mi corazón palpitaba fuertemente al pensar que Meeshell se podría ir en cualquier momento. Cerré los ojos. Pude sentir un hilo de brisa fresca entrar por las mangas de mi chaqueta. Fijé la vista lo más que pude en la sala de espera. No había nadie, solo el sonido de un televisor reproduciendo películas de trasnoche.

Algo tocó mi hombro. No tardé mucho en volver a ponerme mis lentes cuando lo vi por segunda vez. El señor Turzue. Creí que era un sueño mas sin embargo contuve un grito de temor al estar tan cerca de él.

Mi sentido común me decía que solo era una pesadilla, mi sentido común no aceptaba lo que la otra parte de mí ya tenía asegurado. Jeffrey Turzue estaba flotando a unos pies del suelo. Las secretarias en la otra esquina de la sala no se percataban de su precencia por lo que quise pensar que estaba loco. Pero, no me permití perder tiempo.

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