—Bueno cariño, las reglas son simples; no tocar la ropa a menos que algún cliente te la pida -me explicó la jefa- no debes usar mal vocabulario cuando atiendas a alguien, menos si son personas de confianza. No puedes comer ni salir de la boutique en horario de trabajo. Tenemos varias reglas estrictas y otras que no lo son, con el tiempo y tropezones irás aprendiendo -Asentí con la cabeza cuando pensé que había terminado, pero unos segundos después de haber dejado de hablar, pareció haberse acordado de algo importante- ah, y cuando tengas un mes de trabajo, si es que lo logras, podrás empezar a disfrutar de los descuentos y préstamos para empleados. Pregúntale a Eli, ella sabe mejor que nadie esa parte de la historia.
Reí y giré mi cuerpo para ver a Elizabeth, que escuchó lo que la jefa dijo y en seguida habló: —¿Me llamaron? Creo que alguien me invocó.
La jefa rodó los ojos y negó con la cabeza, su rostro reflejaba diversión, y la cosa se ponía interesante en el ambiente. Observé callada la diminuta conversación que tuvieron las dos.
—Invoqué al diablo -me susurró Dolly, la jefa, y me hizo reír. En un instante, el cuerpo de Eli se encontraba parado en frente de nosotras, con los brazos cruzados y una ceja enarcada.—Podré ser el diablo para ti, querida Dolly. Pero un diablo bien vestido...
La sonrisa que mostró, si hubiera sido para mi, sin dudarlo me intimidaba. La jefa negó con la cabeza restándole importancia y añadió:
—Volviendo a ti, Abigail. Supongo que ya sabes lo que hacemos aquí.«Vender un trozo de tela por un millón de pesos» pensé.
Dolly concluyó su tour preguntándome si había entendido, le informé que todo estaba totalmente claro. Al final comentó que cualquier duda o sugerencia, se la echara encima a Eli. Solté una carcajada y asentí con la cabeza por millonésima vez. Ella se despidió de mí y salió por la puerta de la que había aparecido. Me paré al lado de Eli y le dije de forma clara "Muchas gracias por ésto" luego fui a mi puesto de trabajo; una sonrisa se introdujo en mi rostro, sin negación. Me ubiqué detrás de la vitrina y con seguridad atendí a los clientes. No fue extraño que la mayoria de gente que entraba allí perteneciera al género femenino, porque eso me lo esperaba desde el principio.
Rápidamente, entró a la boutique, un chico muy guapo acompañado de una joven delgada y muy linda también; los dos se miraban felices. Le indiqué a Liz que los atendería a ellos ya que me transmitían de algún modo esa felicidad que irradiaban.
—Buenas noches -saludé- bienvenidos a Dolly's boutique. ¿En qué puedo ayudarlos?.
Yo nunca, jamás de las veces había trabajado, pero el estar viviendo en la mansión de Marieth me hizo cuestionarme, si yo quiero tener una vida como la de ella: "hecha y derecha", tendría que ser más independiente y trabajadora. Todo trabajo dignifica y quería sentir ese orgullo algún día.
La pareja de adolescentes me señaló un vestido de bodas. Me dijeron que ese vestido estaba apartado y era un pedido de la joven allí presente. Me sorprendí porque... Eran muy chicos aún, y se casarían.
—Si, claro. Revisaré la agenda que tengo en mi mostrador -les sonreí con dulzura.
Ellos se quedaron haciéndose cariños mutuamente mientras yo caminaba a buscar la pequeña agenda que Doña Dolly me regaló. La cual tenía anotados todos los datos que apuntó antes de que yo llegara. Ella creía que yo los necesitaría para corroborar lo que me afirman las personas y que no lleguen a estafarme. Abrí la página que la pareja me dijo y allí se encontraban sus nombres y números telefónicos. Leí lo que la jefa escribió y ponía: La pareja solicitó un vestido de bodas que la niña Mercedes traerá al local la próxima semana para que la novia se lo lleve -Todas las medidas tomadas -no necesita medición.
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Advarselⓢ
عاطفية«Todo era muy evidente para mí, pero para los demás inexistente» Mezclar la vida normal con las tragedias que te dejan a un paso de la muerte puede no ser tan buena idea, pero a ellos nadie les ofreció otro camino. √Todos los derechos reservados. √H...