No dormí.Odié cómo me abandonó Abbey. Me sentí horrible, rechazado, ignorado. No creí que tuviera tal orgullo.
Habían pasado dos días. Y mi móvil descansaba en mi mano, con su número plasmado en la pantalla y esperando el toque de mi índice que mandara la llamada.
No me hice esperar y presioné la mencionada. Unos toques de línea después Abigail contestó.
— ¿Bueno?
— ¡Hola! —le dije nervioso— soy Thi.Hubo un silencio corto en el otro lado de la línea y llegué a pensar que de solo escuchar que era yo, había colgado. Entonces la oí sorber por la nariz y me preocupé un poco así que le pregunté si le pasaba algo y ella reaccionó cambiando el tema.
— ¿Qué se le ofrece señor Thiago?
—Quisiera saber si... Te gustó... El regalo. —pregunté de nuevo con nerviosismo y odiándome en mis adentros.
— ¿El simio?
Al escuchar rodé los ojos, consciente de que no estaba viéndome y le corregí: — ¡Es un mono Abbey!
—Como sea. Si, digamos que sí me gustó. ¿Por qué?
—Como quisiera que me vieras rodar los ojos.Escuché una risa débil por su parte y de nuevo sorber por su nariz. La noté congestionada.
— ¿Sabes? Hay cosas que odio de ti. —hablé mientras me senté en la orilla de mi cama.
—No me interesa.
—Odio que llores tan seguido —hubo silencio otra vez— odio ver lágrimas bajar por tus mejillas, odio que tus sollozos se metan en mis pesadillas y me despierten para torturarme con insomnio, pero hay algo que es lo que reina. ¿Quieres saber?
—Ya te dije que no.
—Odio que no me digas qué te ocurre. Que no confíes en mí. Siento que no me quieres ¿es así? ¿No te importo?
—Emm... —titubeó— No... no me importas. --Dijo como intentando convrncerse a sí misma más que a mí-- ¿Es que deberías significar algo? Sabes cómo soy...
— ¡No sé cómo eres! Porque eso no se lo muestras a nadie... Los que se supone que te conocen sólo han convivido con tu lado falso, que es el que ofreces.Ella colgó. Al parecer le dolía la verdad. Lo que me confundía, porque cada día que pasaba se distorsionaba la idea de que su patética actitud tenía sus fundamentos.
Tiré mi móvil en la cama y yo me tiré de espaldas sin saber qué hacer. Estaba aburrido, quería seguir hablando con Abbey pero ella sólo quería que le pidiese disculpas, y yo no era orgulloso, pero piensaba que no era correcto darle ese gusto que no se merece.
Recogí algunas de mis cosas en un bolso cercano y me fui. En ese instante más que nunca necesitaba estar en aquél lugar preciado.
Me metí en una sudadera negra y una camiseta azul rey. La mayoría de las veces combinaba esos colores. Salí de mi casa. La universidad debía estar cerrada pero esa es la explicación al acto que estaba a punto de realizar.Me subí a la motocicleta de mi hermana; ella me la prestaba día por medio. Conduje con velocidad por la noche y las luces de la motocicleta encendidas. La luz de la carretera no era suficiente para mí, mucho menos para el camino que iba a tomar.
Me metí por el césped y el barro.
Las llantas se ensuciaron completamente y un poco también mis tenis; dejé la motocicleta a un lado y me bajé; saqué las llaves de ella y me dispuse a caminar. Los siguientes cinco minutos fueron de caminata a ciegas por el césped. Al fin llegué a la pared gris que tanto busqué; picoteé con el tacto el pasadizo que me permitía adentrarme al edificio ya que mi visión estaba totalmente inhibida.
Cuando por fin lo encuentré, emprendí de nuevo mi caminata y comiencé a subir escaleras. Tres minutos después ya estuvr en el último piso. Abrí las puertas de vidrio que nunca tenían llave pero sólo se podían abrir desde adentro. Entonces di unos diez pasos y ubiqué mis manos en el barandal, respirando el aire frío de la noche y la luz de la luna perfecta.
Disfruté mucho del tiempo que gasté en ese lugar y sabía que a muchas personas, estar en la universidad todo el día y volver en la noche les parecería una tortura, pero para mí era un sueño cumplido. Prácticamente siempre realizaba mis deberes allí porque el lugar me hacía sentir especial ya que no había nunca nadie... El lugar me hacía sentir único en el mundo.
Me sentía lo más de relajado escribiendo poemas y rimas en mi libreta hasta que la recuerdé y su imagen se me vino a la cabeza. Era un estúpido, no lo sé. Esos días había estado arrepintiéndome de haberle regalado aquel detalle, pero no me veia tan inhumano de pedírselo de vuelta. Principalmente porque sería lo más inmaduro y ridículo que hiciera.
Suspiré pesadamente y me recosté en la pared; en ese momento mi móvil vibró. No le tomé importancia y seguí escribiendo. Me sentía bien. Ya no estaba tan angustiado ni tan preocupado y ya sabía perfectamente que quería hacer con Abigaíl. Se suponía que mañana iba a ser un nuevo día, y yo no iba a descansar hasta cumplir mis planes.
Estuve unas horas tumbado en el piso junto con el cuadernillo y todos mis lápices; observé el cielo y me di cuenta que la luna ya había llegado hasta su mayor punto, que alrededor de dos horas más empezaría a bajar, así que supuse que ya era de madrugada.
Saqué mi teléfono móvil del bolsillo de la sudadera para fijarme: 3:38 AM.
Me asusté un poco porque lo más seguro era que mi hermana ya estuviera en casa esperando mi llegada, ella debía llegar a medianoche.
Agarré todos mis útiles y los metí de una sola vez en la mochila, rápidamente pasé el umbral de las puertas de vidrio, las cerré cuidadosamente detrás de mí y fui escaleras abajo. Estaba en el primer piso y repitiendo el proceso, con la vista cegada traté de encontrar el agujero por el cual debía salir.Había llegado a comprender que cuando más se preocupaba uno por llegar temprano, más posibilidades tenía de llegar tarde. Así que, tranquilamente, me subí a la moto de mi hermana y partí camino a casa. Ya estaba tarde así que ¿para qué perder sudor corriendo?
Llegué al rato y abrí con mis llaves la puerta negra; subí hasta la habitación de mi hermana porque siempre que eso ocurría ella me esperab y así fue.
Me disculpé delicadamente y ella entornó sus ojos. Me preguntó que si había leído el mensaje que ella me mandó y le informé que estaba sin batería.
—Es importante.
Subí a mi habitación. Conecté mi teléfono y esperé a que encendiera.
Vaya sorpresa... Abbey estuvo aquí.
~EDITADO ORTOGRAFICAMENTE~
THANKS&XAII
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Advarselⓢ
Romance«Todo era muy evidente para mí, pero para los demás inexistente» Mezclar la vida normal con las tragedias que te dejan a un paso de la muerte puede no ser tan buena idea, pero a ellos nadie les ofreció otro camino. √Todos los derechos reservados. √H...