D I E C I N U E V E

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#ElMaratónConPatacones

❤❤ 1/2

-Ya está un auto esperándote afuera.

-Te voy a extrañar muchísimo, Ofelia... Has logrado ser mi única amiga en toda mi vida y yo...

-Por favor no te pongas sentimental, ten ésto -me entregó un pedazo de papel- ahí está mi número telefónico.

Me dio un último abrazo y le anoté en la mano la dirección de mi nueva casa, el domicilio que Marieth me había regalado al hablar hace rato.

-Mientras que yo consiga trabajo, y pueda ahorrar para un móvil, tu puedes ir a visitarme ¿no crees?

-Oh, si claro -sonrió- ahora ya vete, rápido.

Después, prácticamente me sacó a empujones de la cabaña, me había despedido de todos los chicos que estuvieron conmigo éstos días y luego corrí hacia el carro, estacionado en la carretera.
Al llegar y adentrarme en el carro, la estructura corporal de una señora de tez morena, se coló en mi vista, provocándome un escalofrío, Marieth se veía terrorífica, pero a la vez comprensiva, sentí electricidad en mis venas, se suponía que esa señora no iba a tener ningún parentesco conmigo... Fue la primera pregunta con la que ataqué a mi padre cuando me dio su número para emergencias.

-Hola cariño, y buenas noches, puedes comenzar a comentarme tus dudas que yo las aclararé instantáneamente.

Su voz sonó un poco ronca, estaba haciendo frío. Sonreí a sus palabras y tal como me lo propuso, inicié mi cuestionamiento.

-¿Que relación tenían usted y mi padre? -ella soltó un suspiro.

- Bueno pensé que ya te había hablado de eso, nosotros fuimos amigos toda la primaria y la preparatoria, nos conocimos, nunca llegué a enamorarme de él, ni él a enamorarse de mí. Nuestra relación se limitaba a una estupenda amistad. Cuando estábamos en la universidad, fuimos cogiendo más cariño entre nosotros y se convirtió en mi mejor amigo -observe el jugueteo que tenía Marieth con los dedos de sus manos- De hecho yo fui quien lo llevó a conocer a tu madre -comentó alegre y la apoyé con una sonrisa débil, no quería que mencionaran a mi madre muerta y ella lo supo.

-Continúe con la historia sin tocar ese tema -le propuse.

-Siempre estábamos juntos, era algo divertido y se había convertido en una rutina, pero luego mi familia se tuvo que mudar y perdimos un poco el contacto... A pesar de eso seguimos siendo muy buenos amigos hasta el final... Para él. De verdad que lo siento mucho cariño.

-Esa historia es realmente estupenda -le dije cambiando de tema- Muchas gracias por ayudarme.

El resto del viaje fue silencioso, ya cuando llegué a la mansión me sorprendí demasiado, pensé que iba a ser una casa normal; ésta señora parece tener un trabajo estable y además de eso productivo.

Ella me guió hasta entrar a la sala y luego de eso me informó que iría a descansar, que podía conocer toda la casa y me dispuse a eso. En mi transcurso había conocido la sala, en donde me dejó y pasé a la cocina; lugar donde me encontré con dos chicas que parecían cinco años menores que yo.

-¡Hola! -les dije y enfocaron sus ojos en mí, una de ellas llevaba unos lentes negros de grosor considerable y figura cuadrada, que iban perfectos con su piel extremadamente pálida. Lo que me recordó a Thia.

No iba a ser difícil entablar conversación con ellas, parecían amigables, nos conocimos rápido y me ayudaron con mi recorrido.

***

Decidí bajar por las escaleras de la mansión. Pasé por la sala, por la cocina y no había nadie, sólo llevaba un día allí. Yo ya conocía Elizabeth y a Alejandra que eran aquellas chicas con las que me encontré ayer por la noche, pero Marieth me había dicho que tenía tres hijos por lo que deducí que faltaba un chico. No me equivoqué al afirmar que debían tener cinco años menos que yo. Eli es la chica que tiene lentes.

Ella tiene tez blanca, rostro ovalado y cuerpo fino, un cabello corto a los hombros y sus lentes que contrastan con sus labios rojizos y sus pestañas largas. Por otro lado está Alejandra, tiene la piel morena al igual que Marieth, cabello rubio ondulado y corto a su espalda baja, ojos grandes negros y una actitud relajada y oculta.

Traía puesta mi pijama que consistía en un short de licra y una blusa color rosado con flores. El short era bastante corto pero me acababa de levantar y a mí me gustaba dormir así, era más cómodo, caminé por toda la mansión como alma en pena, y unos segundos de tortura monumental después me detuve a la escuchar la primera voz masculina en el lugar.

- amigo esa fiesta estuvo de lo mejor -dijo el primer chico- ya deja esa cara, olvídate de Susana. Como si nosotros dos no pudiéramos tener a cualquier chica, la que queramos.

- Bueno en eso tienes razón. Ya valió. Me conseguiré a otra -le respondió con orgullo el segundo personaje.

- Así se habla macho -rodé los ojos al saber que aún no se habían extinguido los idiotas en el mundo- podría apostar que tu conquistarías a la primera que vieras.

-Eso haré.

Hicieron una especie de saludo extraño, luego se dieron un abrazo lleno de testosterona y con eso me refiero a sobrepasado de ego; al fin, el primer chico salió de la mansión y el chico que quedó adentro trató de dar un paso al frente pero entonces llegó Marieth y lo hizo parar, empezó a reprender al que al parecer era su hijo con un estilo como el que imaginé que tendría la primera vez que la vi.

-Alex, escapaste de la familia, por dos días, ¿y crees que puedes venir a hacer como si nada hubiera pasado?

-Sueltalo jefa -Le dijo él sonando como todo un callejero- ¿Qué castigo absurdo que no cumpliré me pondrás ésta vez?

- Eres increíble -Marieth sonó rendida, como si eso pasara muy seguido- ve a tu habitación y busca alguien que te haga el oficio por dos meses, dos meses sin fiestas, sin chicos en la casa, sin alcohol y dónde te cache... Ni lo imagines.

AdvarselⓢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora