Capítulo 2°: Selección de hombres

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—El que acaba de entrar, el alto con el suéter rojo que esta junto al morenito con cara de intelectual —dijo Clarita, una de las chicas que trabajaba conmigo en el café.

—Uhm... bueno, a juzgar por la manera en la que acaba de mirarle el trasero a su amigo yo diría que entra en la primera categoría.

— ¿Es gay? —preguntó con cara de sorpresa.

—Ve a atenderlo y dímelo, solo es una primera impresión —no podía valerme solo de eso para asegurar algo sobre el chico.

— ¿Si son homosexuales también los clasificas? —Parecía realmente curiosa sobre el asunto, eso me hizo reír, últimamente todas las chicas me preguntaban sobre lo mismo.

—Claro, son hombres.

—Entonces ¿Cuál es la primera categoría de las tres C?

—Es cobarde, luego cabrón y por último conveniente. Por lo general el café está lleno de cobardes, a los cuales también me gusta llamar ingenuos —suspiré al ver tantos de los chicos a los que les había entregado una tarjeta del local, muchos de ellos eran clientes frecuentes, lo que me aseguraba que no había perdido el toque.

— ¿Y los cobardes son...? Además de ser, obviamente, unos cobardes —rotó sus bonitos ojos oscuros, mierda, esta chica tenía pestañas envidiables.

—Bueno, en realidad son lo que podemos clasificar como chicos buenos —su mirada atenta me hizo sentir como la maestra en medio de la clase, Denis llegó con una bandeja con tazas de café usadas y tomó unas limpias antes de ponerse a usar otra de las cafeteras; ella también parecía atenta a nuestra charla—. Fíjate en sus manos y cuello, busca la joyería y si vez cosas del tipo femenino, cosas que ningún hombre usaría por voluntad propia, es porque tienen novia, en caso de anillo o marca de anillo en el dedo anular, esposa.

— ¿Todos los chicos con novia o esposa entran en la primera categoría? —preguntó Denis, ya había habado de las categorías con ella, por lo que estaba algo al tanto.

—Nop, solo los que no se quitan la joyería ¿Imagínate olvidaran volver a ponérselas? Le tienen demasiado miedo a dar explicaciones. También tienen que fijarse en la ropa, si usan camisas por lo general solo usan un botón suelto, también suéteres o cosas de ese estilo. No olviden que no todos los "cobardes" tienen novias, muchos de ellos están en busca de una y para ellos todas las mujeres que los miren con un poco de interés entran en el radar, esos chicos son del tipo de personalidad moldeable que seguramente va a coquetear con chicas en el trasporte público, por todo eso de la emoción, pero no van a engañarlas a no ser que sea con una ex o alguna amiga, pero también son los más fáciles de atrapar, se ponen nerviosos con facilidad y no saben cómo mentir.

—Los más peligrosos son los cabrones ¿no? —dijo mi jefa, Marina, llegando por el otro lado de la barra en forma de U.

Negué con una sonrisa, era verdad, los cobardes eran lo más sencillo si no te enamorabas de ellos, cuando había amor de por medio las mujeres tendían a volverse ciegas por conveniencia y era cuando un cobarde podía transformarse en cabrón.

—Los cabrones son demasiado confiados, ellos son simples. Los peligrosos aquí son los convenientes.

— ¿Cómo podemos reconocer a un cabrón? —preguntó Clarita.

— Fácil, los botones de la camisa se dejan tres abiertos. Son cancheros, aparentan mucha seguridad, puedes identificar a un cabrón solo por la forma de caminar. Ellos son los tipos a los que les gustan las aventuras de una noche y follar sin condón, luego hablan mal de nosotras con sus amigos, de lo fáciles que somos y ese tipo de cosas, sin embargo, piden nuestros números y nos llaman cada vez que les bajan las ganas, juran que es alguna especie de favor para nosotras. Ellos son los que van a prometernos de todo en la cama, pero cuando se cansen de ver el mismo rostro por demasiado tiempo buscaran a una ex folla-amiga y dirán que tienen novia, una novia a la que le pondrán majestuosos cachos, asegúrense de nunca ser esa chica y antes de dejar que las usen, utilícenlos ustedes —conocía bien a esos tipos, me topaba con ellos todo el tiempo en mi trabajo no-oficial.

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