Capítulo 24°: Dominando y zurrando

1.9K 96 43
                                    

De algún modo Bal había terminado ingeniándoselas para hacerme sentir adolorida a la mañana siguiente de todas formas, sin haberme penetrado una sola vez. La dolencia de mis músculos era un suave maullido en comparación a como me había dejado en ocasiones anteriores.

Con mucho cuidado me levanté de la cama mientras él aún seguía durmiendo, me quedé un rato ahí, solo observando su maravillosa espalda desnuda, estaba de cara al colchón. Su respiración era profunda y regular... y se veía tan bello mientras dormía.

Suspiré con el corazón retumbando alguna canción disco con ritmos acelerados y me puse mis pantuflas antes de dirigirme al baño para hacer un recambio en el equipo, saldría la toalla nocturna con ajuste seguro, entraría el tampón de empaque rosado y un protector diario en mis bragas para evitar encontrarme con sorpresas en caso de que mi flujo fuese muy abundante el día de hoy.

Ya lista, me lavé las manos y comprobé mi apariencia en el espejo, de algún modo podía encontrar la belleza artística de mi cabello revuelto como nunca lo había hecho. Mis labios se veían maltratados y si movía un poco mi mandíbula podía sentir también a sus músculos protestando.

Bebí algo de agua, mi garganta también estaba algo adolorida, como si hubiese estado en un concierto de Mon Laferte gritando como enloquecida, amaba a esa mujer y sus desgarradoras canciones. Regresé a la habitación tarareando una de ellas.

Con mucho cuidado me metí en la cama junto a Bal y comencé a peinar con mis dedos su sedosa melena de león, los reflejos dorados de su castaño pelo brillaban con fuerza al recibir los rayos de luz que se colaban a través de las cortinas.

Nash se había equivocado en una cosa sobre él, no había dicho "Ponte de rodillas y chúpamela", había dicho "tiéndete en la cama..." luego tomó mi cabeza y la ubico en el borde de esta, había estado algo temerosa de lo que planeaba hacer conmigo pero seguí adelante, sus palabras exactas fueron "ahora vas a recibirme tan profundo dentro de tu garganta como puedas".

Así había sucedido, posiblemente haya sido por el ángulo de mi cabeza, pero Bal había conseguido entrar tan profundo que aún sentía molestias en mi tráquea, hubo momentos en los que pensé podría ahogarme pero él me hizo olvidarlo rápidamente cuando comenzó a amasar mis pechos. Había sido la más extraña posición que habíamos intentado hasta ahora pero no mentiré, fue emocionante de principio a fin.

Aun recordaba la profunda voz de Bal, gruñéndome por ser una diabla y aprovechar la libertad de mis manos para jugar con su culo magnifico, no había podido resistirme, además, él no era el único que podía tener una fijación por explorar cierto agujero oscuro. Había escuchado demasiados rumores sobre cierto punto P que podría encontrarse ahí.

Bal me había prometido que podría experimentar más con él pero tendría que ser más adelante, algo sobre que si seguía jugando con mis dedos en su culo terminaría sin poder avisarme y podría ahogarme.

Cuando mi osito se removió entre sueños y pasó un brazo por mi cintura, atrayéndome hacia él, recordé la razón por la que mis músculos estaban adoloridos, fue cuando su mano apretó ligeramente mi cadera que todo se replicó en mi cabeza como una película, de seguro me había hecho un moretón sobre donde estaba tocando, dolía como si anoche sus manos me hubiesen apretado demasiado fuerte.

Cerré los ojos, entrelazando mis piernas con las suyas y disfrutando de su calor corporal... también podía recordar como lo había sentido anoche, cuando hizo que me sentara a horcajadas sobre su regazo, acabábamos de terminar de secarnos el pelo mutuamente, él ya había estado duro y yo caliente por haberlo visto mientras secaba su cuerpo desnudo con una simple toallita y luego solo se enfundaba un par de pantalones de chándal.

ALQUILER DE CORAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora