XXII

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P.O.V LAUREN

Había llegado molesta a la casa de mi tía después de dejar a Troy y Ally en la casa de ésta, cuando llegué a lo de mi tía fui directo a mi habitación, ella tal vez ya estaría durmiendo, siempre duerme temprano, me desvestí y fui directo a la ducha, nada mejor que un buen baño con agua caliente para relajarme.
Al salir me lié con la toalla y fui a buscar algo para vestirme y encontré una camisilla blanca de tiras, me quedaba al cuerpo, y un short blanco a juego.

Me tiré a la cama y busqué mi teléfono y marqué ese número...

-Hola, habla Clara, cuéntame...

Al oír aquello una lágrima resbala por su mejilla, y habló temblorosamente...

-Hola mamá, soy Lauren! Sí, ya sé! Yo de nuevo, es sólo que aún no me acostumbro a vivir sin ustedes, a estar tan lejos de ustedes! Me hacen tanta falta...

No pude continuar y corté la llamada, lloré por unos minutos hasta que giré y vi la luz del cuarto de la vecina encendida.

Rápidamente recordé algo y salté de la cama, fui a lavarme el rostro y salí dirigiéndome a la casa de la vecina.
Toqué el timbre y enseguida apareció una de las criadas.

-Buenas noches Señorita, en qué le puedo servir? -dijo ésta educadamente.

-Necesito hablar con Camila la chica de aquí. -dije secamente.

-Lamento informarle que la Señorita Cabello ha salido con su novio el joven Mahone, si desea puede volver más tarde. -dijo aún amable.

-Gracias. -fue lo que dije antes de alejarme.

Crucé la calle y me sente en un banco frente a la casa de Camila, no sé por qué ni para qué me dio tanta información la criada, como si me importase con quién salía esa malcriada.

Estuve ahí sentada por veinte minutos, cuando percibí que no llegaba me puse de pie para dirigirme a la casa de mi tía, ni siquiera estaba segura del por qué fui a buscar a esa niña hueca.

Cuando iba a cruzar un vehículo paró frente a la casa de Camila, vi que después de unos segundos alguien bajó, luego el vehículo arrancó de ahí sin más, dejándome a la vista a una Camila con cara de incredulidad total.

Ella giró y de dirigió a su portón, aproveché que ella estaba de espaldas y me acerqué silenciosamente.

-Te estaba esperando...

Vi como prácticamente se estremeció al oír mi voz, giró lentamente y me quedó viendo como si de un fantasma se tratase.
Vi como desvió su mirada de mis ojos un poco más abajo, me sentí incómoda al notar que ella me estaba mirando los pezones, ya que no me había puesto sostén y el frío hacía que se me quedasen duros.

-Podemos o seguirás babeando?

No sabía de dónde saqué eso, ni por qué lo dije, pero sonreí internamente al notar un rubor en sus mejillas y subir su mirada rápidamente a mí.

-Qué quieres rara? -dijo ella con tono molesto en la voz.



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La Sobrina de mi Vecina [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora