La Sobrina de mi Vecina [CAMREN]

XXVII

P.O.V Camila

Somos novias? O sea que definitivamente mi vecina había flirteado conmigo y era gay! Y ahora por mi culpa no recordaba nada... Qué le diría? Mierda!

-Sí, lo somos! -solté de repente.

Se preguntarán por qué le dije eso... Pues tranquilos, yo también me estoy preguntando eso, por qué demonios dije eso?
Bueno, para ser sincera, quería aprovechar esto, desde lo que me había dicho antes de entrar a mi casa seguía rondando mi mente, quería probar sus labios, era raro, porque nunca me interesaron las mujeres, pero había algo en ella que me atraía, con ella me sentía conectada y sé que hice mal al aprovecharme de su estado de amnesia, pero tal vez después lo olvide y así salimos ganando ambas.

Ella tomó mi rostro entre sus manos y me miraba fijamente, como buscando algo en mis ojos, tal vez ver si era verdad lo que le decía? Pues si buscaba y encontraba, sabría que le mentí.

Ella comenzó a aproximarse lentamente y sentí un cosquilleo en el vientre...

-Q-qué hace-s? -balbuceé nerviosa.

-Pues besar a mi novia por haber cuidado tan bien de mí. -dijo terminando el espacio entre ambas y conectando nuestros labios en un beso tan suave.

Sentí una explosión de emociones en mi interior, sentí una corriente por todo mi cuerpo y me entró el pánico, qué estaba haciendo? Yo no era eso! Yo no era lesbiana!
Me separé bruscamente del beso y ella se quedó mirándome extrañada.
Yo llevé una mano a  mis labios y los toqué delicadamente como si me los hubiese quemado, ella seguía con esa expresión de sorpresa por mi reacción.

-Estás bien? -dijo ella aproximándose y yo retrocedí.

-Sí, estoy bien, será mejor que duermas Lauren, hablaremos mañana cuando te sientas mejor. -dije saliendo rápidamente de mi habitación.

Cerré la puerta y me recosté en ella, por qué hice todo eso? Por qué quería sentir sus labios? Por qué me dejé besar? Pero sobre todo, por qué me gustó tanto? Suspiré fuertemente y fui a la habitación de invitados, no podía sacarme de la mente ese beso, aún sentía la suavidad de sus labios sobre los míos, aún sentía su delicadeza, no podía dormir pensando en ese beso...

XXVII