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Su noche se basó en risas, roces de manos accidentales y alagos por parte del Alfa haciendo sonrojar al omega. El menor tenía en sus manos dos peluches, un osito y un panda pequeño. El mayor los había ganado para el en un juego de azar. Ambos se estaba divirtiéndose, olvidándose por completo la noción de tiempo. Se habían subido a todos los juegos, y por un momento el omega se sintió mal por el Alfa por gastar en pagar por los juegos y eso se lo dijo. Y el Alfa le contestó que para el no era problema y podía seguir gastando dinero comprando todo lo que el omega quiera.
— Solo un juego más —rogó el omega jalando al Alfa. Quien se debatía entre si dejarlo en ir a otro juego o ya irse, pasaban más de las doce y seguramente su amigo le arrancaría las bolas si no llevaba al omega a la hora acordada.
— Solo uno y ya —accedió. Al omega le brillaron los ojos y jaló al Alfa para llevarlo a la montaña rusa. Oh si, dejó lo mejor para el final. Jamás se había subida a una por obvias razones, así que siempre tuvo la curiosidad de saber que se sentía.
Blaine pago dos boletos y al subirse se pusieron bien los cinturones y después de unos minutos esperando por fin el juego empezó a moverse causando cosquillas en ambos. Paro por unos segundo antes de que el juego baje de golpe haciendo que ambos gritaran y cerrarán los ojos con fuerza.
Después de que el juego mecánico parara, ambos bajaron del juego tambaleando y con esas sensación de aún estar ahí.
— Eso fue divertido —comentó el omega riendo contagiando a Blaine.
— Lo se —el omega suspiro y sus miradas se cruzaron causando que sus pulsaciones se acelerarán.
— Pero ya tenemos que irnos —dijo el Alfa.
El omega suspiro y asintió triste. Quería seguir estando con el, le gustaba estar e a su alrededor y se sentía muy bien con el.
— Si... —dijo el omega con la voz baja. Ambos caminaron hasta el estacionamiento y subieron al auto llenado a la casa del omega.
Y Kurt no es el único, Blaine también quería seguir con el omega. Pero sin duda alguna esto se volverá a repetir si o si.
(...)
— Me divertí mucho esta noche —dijo el Alfa, los dos ya estando pasados frente a la puerta.
El omega asintió bajando la mirada — Si, también me divertí. Gracias —sonrío
— No tienes que agradecer. También me divertí mucho y tal vez... no lo se... Humm.... —tartamudeo llevándose su mano a su nuca acariciandola en señal de nerviosismo — Volver a repetirlo... ¡Solo si tu quieres! —agregó. Desviando la mirada.
— Si quiero.... —dijo el omega más que feliz. El quería volver a salir con el y no podría estar más feliz por eso.
— B-bueno... ya tengo que irme... —dijo. Se acercó a omega y dejó un suave beso en su mejilla. El omega jadeó despacio. El Alfa se separó viendo como las mejillas del omega se volvían de un tono rojo carmesí.
Joder. Se veía tan hermoso y caliente sonrojado.
— A-adiós...—el Alfa agitó su mano y se fue al auto y salió del punto del vista de Kurt.
El menor entro a la casa y cerró la puerta detrás de él donde su amigo estaba en la sala.
— Vaya... Al fin llegas... ya te iba a dar por muerto —dijo Noah cruzándose de brazos — ¿algo que decir? —cuestionó
— Creo que me estoy enamorando.... —dijo llevando su mano a su mejilla y frotar con la palma de su mano la zona besada.
