#33

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— ¿Estás seguro de lo que quieres hacer? —le preguntó Lily algo desconfiada.

Blaine le había mostrado una foto en donde se podían apreciar tres mujeres. Y a en medio de dos de ellas estaba la pareja del Alfa. Sinceramente, no veía nada de malo en ellas, pero por lo que le acaba de decir Blaine, supo que no debía decirlo otra vez. Aceptó la propuesta del Alfa.

— Solo un susto. No quiero que mueran... O al menos aún no... —y en los ojos del Alfa pudo ver la desesperación y el dolor. Esto era importante para él.

— Esta bien —asintió, volviendo a mirar la foto.

— Y también quiero que investigues absolutamente todo de ellas. Desde donde viven y de que trabajan. Quiero sus nombres completos. No quiero que te pierdas ni un solo detalle.

— Esta bien. Haré lo que me digas —se levantó de la silla y miro a Blaine — Y no te preocupes. De mi boca no saldrá nada. Deberías de tomarte unas vacaciones, ve con tu Omega, llévalo a salir o vayan de viaje, no se —sonrío — Cuídalo Blaine, ese chico es realmente precioso.

— Si. Si, lo sé —sonrío. Pensando en su Omega, en sus ojos, sus tiernas mejillas sonrosadas — Y lo del viaje me parece buena idea. Tal vez se olvide de todo esto por un rato —y tenía el lugar perfecto para llevarlo — Gracias, Lily. Eres una gran amiga.

— Oh, no. Esta bien. Solo lo hago por qué te quiero y porque le he tomado cariño a Kurt a pesar de que no lo conozco.

— Lo conocerás. Pronto.

— ¡Ay si¡ Quisiera conocerlo —dijo emocionada.

Blaine rió — Algún día.

Ella asintió feliz y después de despedirse de su amigo, salió de la oficina y comenzando de inmediato.

(...)

Bajo corriendo las escaleras ya que la puerta la tocaban insistentemente. Se frotó la cara y bufó con fastidio y cuando llego a la puerta tomó un suspiro y la abrió.

Instantáneamente sus mejillas se sonrojaron de sobremanera y cerró la puerta de manera rápida. Rompiéndole la nariz a la persona que estaba detrás de esta.

— Ay Dios mío... —cubrió su cara con sus manos. Aún con sus mejillas de color carmín.

Abrió la puerta lentamente, escondiéndose detrás de ella solo dejando ver su cabeza. Miro al suelo tímido y arrepentido — Blaine... Lo siento mucho...

El Alfa estaba en el suelo, quejándose de dolor y cubriéndose su nariz que estaba goteando de sangre.

Se la había roto.

Gruño y abrió sus ojos, con algunas lágrimas de dolor en ellas — Hola... Cariño... —miró a su dulce Omega quien seguía detrás de la puerta.

— ¿No piensas... Ayudarme? —le preguntó ya que veía que su Omega no hacía nada más que escondido detrás de esa puerta viéndolo desangrándose.

El Omega negó.

— ¿Porque no?

— Po-porque... Por qué no... —fue su respuesta.

— Debe de haber una razón para no querer ayudar a tu Alfa —le dijo.

— La hay.

— Bien, entonces dime cuál es —de todas formas el logró levantarse del suelo y miró a su Omega quien no se había movido ni un solo centímetro de donde estaba.

— Blaine... No —volvió a negar.

Blaine suspiró y se encogió de hombros — Okey, está bien. Entonces déjame pasar — Trato de entrar a la casa pero este se lo impidió de nuevo. Y Blaine ya se estaba impacientándose — ¿Qué pasa?

— Si vas a entrar entonces debes de cerrar tus ojos —dijo el menor.

Frunció el ceño — ¿Porque? ¿Hay algo que estés ocultándome?

— No. Solo hazlo. Cierra tus ojos.

Blaine decidió hacerle caso. Cerró sus ojos y se dejó guiar de su omega, escucho la puerta de la sala siendo cerrada y llegaron a lo supuso que es la sala de estar.

— No los abras. Por favor —suplicó.

El Alfa asintió — Los mantendré cerrados.

Kurt confió en él y comenzó a subir las escaleras.

Y bien dicen que la curiosidad mato al gato.

Pues Blaine sería el gato. Ya que la curiosidad lo mató y abrió los ojos. Viendo a donde se dirigía su novio. A su habitación.

Pero con tan solo unos bóxers negros diminutos ajustados. En donde su trasero se marcaban excelentemente bien. Redondo y grande.

Es por eso que no había querido salir a ayudarlo, es por eso que no quería dejarlo pasar y es por eso que le había cerrado la puerta en la cara rompiendo su nariz.

Gruño frustrado y se obligó a quitar todos esos sucios pensamientos que involucraban a su novio y a una cama.

Se sentó en el sillón y se dedicó a esperar a Kurt.

Alpha&Omega • OMEGAVERSE •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora