#12

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¿Que horas eran? ¿Cuantas horas había dormido?

No lo sabía, pero lo que si sabía es que cuando despertó se movió delicadamente de la cama en la que estaba recostado, y después de ponerse boca arriba y abrir poco a poco los ojos, sus fosas nasales inhalaron algo que prácticamente lo hizo arrugar su nariz. Se despertó de forma abrupta y después miro a su alrededor, solo para darse cuenta de una sola cosa que hizo a su omega interior apestar a miedo.

Esa no era su habitación.

Desconocía totalmente el lugar, miro hacia abajo y la cama en la que estaba, era sucia y el colchón no era muy cómodo. Las almohadas estaban sucias y rotas, con manchas blanquecinas que no podía descifrar muy bien de que era. La habitación estaba en total oscuridad y la única luz y compañía era los rayos de la luna. Estaban las ventanas cerradas y las cortinas blancas estaban rotas y sucias. Había una mesita de noche con dos cajones a lado de la cama con una lámpara que por cierto no servía. Esta tenía polvo y la madera con la que estaba hecha, estaba descuidas y con, lo que parecía, rasguños. Como si alguien hubiera anclado allí sus uñas o algo así. Como tratando de escapar de algo o alguien.

Oh si, ¿Lo mejor de todo esto?

Era que estaba totalmente desnudo. Sin ninguna tela de por medio.

Trato de moverse, pero al mover sus pies, no podía.

Estaba atado.

El pánico y el miedo inundó su diminuto cuerpo y después comenzó a tironear de las esposas. Totalmente inútil.

Su pánico aumento aún más cuando el olor de un Alfa, llego a sus fosas nasales. El olor era repugnable. Tabaco, alcohol y sudor juntos, no era una buena combinación.
Sintió náuseas y después la cabeza le empezó a das vueltas.

Los pasos del Alfa se escuchaban más cerca y su miedo y pánico aumentaron aún más. Si es que eso era posible.

Minutos después, la puerta desgastada de la oscura habitación, azoto fuertemente contra la pared asustándolo y que sus ojos llenos de pánico y miedo y muchas emociones juntas, viajarán al cuerpo del Alfa tambaleante y borracho.

El Alfa lo comía con la mirada, su sonrisa sinica y sus ojos llenos de lujuria lo hizo temblar y arrastrarse más arriba de la cama. Lejos del asqueroso Alfa.

— Eres una hermosa joya —dijo el Alfa com voz rasposa y ronca. Lo hizo temblar y que sus ojos se cristalizarán.

Ya sabiendo para donde iba todo eso.

Le Alfa se acercó a el. Muy cerca de él para su gusto. Su aliento a alcohol y a cigarro choco con su nariz, queriendo vomitar en su cara.

"¿Por que no lo haces?" Dijo la voz de su omega interior.

Por qué bueno. Si lo hacía, se iba a llevar un buen castigo. Y eso era lo que menos quería.

Gimió de dolor y sus músculos se contrajeron al sentir en su interior dos dedos siendo introducidos bruscamente.

Después sintió su cuello ser besado y mordisqueado bruscamente por el Alfa que lo estaba tocando.

De sus ojos empezaron a salir lágrimas y los sollozos tampoco tardaron en salir de sus labios. El Alfa lo estaba lastimado y no tenía pudor alguno. De todas formas, no esperaba que lo tuviera.

Escucho la tela de los pantalones del Alfa ser bajados, y después de eso. El miembro del Alfa entro en el. Grito hasta que su garganta le permitió, gritando y llorando. Rogándole a que el Alfa se detuviera.

— ¡Por- por favor! ¡Detente! —rogó entre lágrimas al Alfa.

— Mmm... eso no hace más que excitarme más —gruñó el Alfa en placer total. Sentía la sangre deslizándose por sus muslos y el ardor que sentía lo estaba destrozandolo.

— ¡Detente! ¡P-por favor! —siguió rogando.

Sus gritos, llantos, sollozos y sus ruegos, no hacían nada. El Alfa solo gemía y gruñía. Buscando su propio placer importándole poco el omega. Quien ya no sentía su cuerpo y todo le dolía, su omega también llorando y rogaba.

Empezó a patalear y a removerse...

Empezó a gritar más fuerte y a llorar más fuerte también...

Y después...

El Alfa se levanto bruscamente al escuchar al omega llorando, gritando y pataleando. Lo hizo poner alerta y acomodarse bien en la cama.

— ¡Por favor! ¡No! Basta —el omega seguía removiéndose pataleando y seguía llorando.

Solo así el Alfa decidió intervenir.

— Hey, ¡Kurt! Basta —tomo sus manos y piernas. Dejándolo inmóvil. Haciendo que el menor llorara más.

— No, por favor...

Kurt, basta —no quería usarla. Pero el omega estaba pataleando y llorando a más no poder y eso le preocupaba mucho.

El menor abrió los ojos y se apartó de los brazos del Alfa, respirando agitadamente. Sus hermosos ojos azules llenos de lágrimas, rojos e hinchados. Sus espesas pestañas mojas debido al llanto al igual que sus mejillas.

— Kurt... —los ojos del omega vieron al Alfa, en ellos solo reflejaban preocupación.

Se lanzó a sus brazos, ocultando su rostro en su desnudo pecho, frotando su mejilla húmeda en el lugar. Poco a poco se fue calmando, gracias a los enormes y cálidos brazos alrededor de él.

Sintiéndose protegido y a salvo. Su omega también estaba tranquilo, aunque todavía temblaba pero ya no como el principio.

Alfa... —ese era su omega interior necesitando más mimos y más abrazos.

Pego su pequeña nariz en el pecho tonificado del Alfa e inhalo el exquisito y delicioso aroma que el mayor emanaba. Hizo que Kurt es tranquilizara por completo.

Solo así el Alfa decidió hablar.

— ¿Podrías explicarme qué pasó? —preguntó suavemente. Acariciando los cabellos del menor y sonrío cuando lo escucho ronroneas cual gatito.

Un muy hermoso gatito.

— No pasó nada. Solo una pesadilla y ya —dijo, tratando de tranquilizar a Blaine. Cosa que logró hacerlo.

— ¿No pasó nada? —preguntó incrédulo — Kurt, estabas llorando a mares y estabas pataleando. ¿Que pesadilla tuviste? —preguntó de nuevo.

Y bueno, Kurt no va a contarle nada aún. Tal vez cuando haya la suficiente confianza entre ellos, y cuando se sienta listo solo así le dirá. Pero por lo mientras no.

— Te contare, pero no ahora. No me siendo listo. Y sinceramente, es una historia larga y triste y fuerte para mí —se acurrucó de nuevo en su pecho y después estaba disfrutando de las caricias que el mayor le brindaba.

Y Blaine ya se estaba imaginando lo peor.

Alpha&Omega • OMEGAVERSE •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora