#39

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— Y dime, Kurt. ¿Cómo se conocieron tú y Blaine? —le pregunta el Alfa Italiano al menor.

Kurt pasa la comida que tenía en su boca — Hm... Bueno, mi mejor amigo nos presentó. Él fue a cenar con nosotros y congeniamos de inmediato —sonríe recordando todo — Empezamos a salir y... Él estuvo cortejandome enviándome regalos y lindas flores...

— En la segunda cita nos dimos nuestro primer beso... Fue muy lindo...

— Si. Si lo fue —suspira mirando a su Alfa. Tal como miraría una colegiala a su crush.

Roccelo los mira enternecidos — Que lindos son. Definitivamente te ganaste la lotería querido amigo —mira a Blaine sonriente.

— Si... Si lo hice —suspira — Fue buena idea haber aceptado la oferta de Noah, ¿No lo crees? —pregunta viendo a su Omega

El menor asiente — Si. Fue la mejor idea que él pudo haber tenido.

— ¿Entonces se conocieron por tu amigo? —pregunta Roccelo, partiendo un pedazo de lasaña para su hijo — Mangiare tutto —mira a su hijo.

El niño  asiente y comienza a comer con la ayuda de su otro papá.

— Pues si. Me había invitado a cenar a su casa. Al principio iba a  negarme por el trabajo que tenía. Pero es mi amigo, no podía decirle que no, así que fue y después llegue y vi a Kurt bajar en los brazos de Noah. Fue amor a primera vista. Fue una conexión inmediata —sonríe besando la mejilla de su Omega.

— Estas avergonzándome —murmura con sus mejillas sonrosadas. Pero sin ocultar su linda sonrisa de sus labios.

— Ow... Qué lindos son —dice Roccelo mirándolos con ternura

— Gracias —dicen al mismo tiempo.

Ho finito, papà —dice la voz del niño, mirando a su padre.

Roccelo mira el plato vacío de su hijo y sonríe — È ok. Si può andare a giocare mentre

El niño le agradece y sale corriendo a los juegos que había en el restaurante.

Los cuatro siguieron comiendo y hablando entre ellos. Riendo y contándose anécdotas graciosas que tenían.

Después de pedir la cuenta. Ahora los cinco se encontraban en una plaza ya que Roccelo tenía que comprar algo.

Blaine se sentó en un banquito y sentó a Kurt en su regazo. Ocultando su rostro en su cuello y respirando el delicioso aroma que este desprendía.

Después de salir del restaurante, el mayor se había empezado a sentir extraño. Y adolorido en todo su cuerpo.

— Tu estás muy extraño. ¿Estás bien? —le pregunta su Omega preocupado. Tocando las mejillas y todo el rostro del Alfa que se sentía caliente.

— Estoy bien, amor. No te preocupes —dijo aún oculto en el cuello del menor.

— Dios mío, estás hirviendo. ¿Seguro que estás bien? —sigue preguntando. Frunce su nariz — Tu olor es más fuerte, ¿Cuándo fue tu ultimo celo? —si es que Blaine este entrando en celo es mejor irse de ahí antes de que ocurra un accidente más grande.

— Si insinúas que este entrando en celo es imposible porque falta medio mes para eso —dice aún sin poder sacar su rostro del cuello del Omega.

— Puede que se te haya adelantado...

Gruñe un poco — Ya te dije que es imposible. Jamás se me había adelantado...

Kurt se remueve al sentir la dureza de su Alfa en su trasero. Se levanta y se sonroja un poco — Estás en celo. Mejor vámonos de aquí.

El Alfa alza su rostro, con su cara roja. Abre sus ojos y estos están de un color rojo brillante.

— Dios... Tu olor... —él Omega aprieta sus piernas y sus puños a sus costados.

— Vámonos de aquí, bebé... —dice con su voz más ronca.

Alpha&Omega • OMEGAVERSE •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora