#35

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— Buenos días dormilón —sonrío Blaine viendo a Kurt despertar.

Sus mejillas estaban sonrosadas y y mantenía una linda sonrisa en su hermosa cara de porcelana. Definitivamente es una imagen mental que guardaría hasta que muera.

— Hola... —dijo con la voz aún adormilada. Se giró y se acurrucó en el pecho de Blaine, aún con intenciones de seguir durmiendo.

— Oye, es mejor que nos levantemos. Quiero decirte... más bien proponerte algo —dijo, acariciando sus cabellos escuchándolo ronronear.

— Te escucho. Fuerte y claro —dijo aún con sus ojos cerrados. Disfrutando de las caricias que su hermoso Alfa y novio le brindaba. Y bueno, si Blaine lo quería despierto, es mejor que deje de acariciarlo, porque si sigue así terminara durmiéndose de nuevo.

— No Kurt. Necesito que me mires y —dejo de acariciar ganándose un quejido por parte del menor.

— Voy a escucharte pero sigue acariciando-me —pidió el chico de ojos azules. ¿Y quién es Blaine paga negarle algo a su pequeño y dulce Omega?

Siguió acariciando los cabellos de Kurt escuchándolo ronronear — Por todo esto, que está pasando. Lo de... Bueno... Lo que me contaste... Yo creo que sería buena idea irnos de viaje por unos días... Solos tú y yo.

Kurt lo pensó por unos momentos. Eso sería una excelente idea. Sería bueno para él alejarse por un momento de sus asquerosos problemas. Además iría con Blaine, su Alfa, su novio, su alma gemela.

— Hmm... Eso estaría excelentemente bien... —dijo.

— Perfecto. ¿A dónde quieres ir? Iremos a donde tú quieras.

Ahora tal parece que el sueño de Kurt había desaparecido — ¿A dónde quiera? —lo miro expectante.

— Si, a donde quieras... —confirmó. Sonriéndole al menor.

— Entonces me gustaría ir... A Italia... —sabía que era muy lejos y que era caro. Muy caro. Pero desde que tenía uso de razón, desde pequeño había deseado en ir ahí.

Le gustaba mucho la cultura, la comida, las personas, el idioma.

Y ahora que tenía la oportunidad de ir no la desaprovecharía.

— Se que es caro y no es fácil ir ahí. Pero de verdad quiero ir... Y... —fue interrumpido por Blaine.

— Si a Italia quieres ir, a Italia iremos —le sonrió. Acariciando su mejilla.

Kurt se lanzó a abrazarlo con todas sus fuerzas. Beso repetidas veces sus mejillas y labios. Agradeciéndole.

— ¿Cuando nos iremos? —le preguntó Kurt.

El mayor se encogió de hombros — No lo sé.... ¿Estaría bien este fin de semana?

Kurt asintió — Si. Esta bien.

— De acuerdo. Ahora vamos a salir. Iremos a cenar. Así que hay que levantarnos.

Trató de levantarse de la cama pero Kurt lo jaló del brazo e hizo que se acostará en la cama, acomodándose encima de él y comenzando a besarlo muy lentamente.

Blaine estaba tenso. No esperaba esto. ¿Estaba soñando? No. Estaba en la vida real. Kurt estaba arriba de él, a horcajadas besándolo. Reaccionó cuando escucho un pequeño quejido por parte del menor al sentir que el Alfa no estaba correspondiendo su beso.

Tomó mejor de cintura besándolo de vuelta. Ahora cambiando sus posiciones y dejando a Kurt debajo de él, metiéndose entre sus piernas, dejando estás alrededor de su cadera.

Gracias que Kurt estaba usando sólo un enorme suéter de lana de color rosa pálido. Tenía acceso a sus regordetas piernas, que las fue acariciando enterando sus uñas pero sin llegar a lastimarlo.

Mordió el labio de Kurt, escuchándolo gruñir un poco. Un gruñido parecido al de un gatito. Un hermoso gatito.

Tuvo oportunidad para poder introducir su traviesa lengua en la cavidad bucal, tocando la esponjosa lengua de su compañero. Se reincorporó en la cama quitándose la camisa que traía puesta, dejando ver su perfecto abdomen marcado y sus grandes pectorales.

Empezó a mover un poco sus caderas, frotándose contra Kurt. Trabando de aliviar el dolor en su miembro. Sintió las manos de Kurt en su espalda rasguñándolo, enterrando con fuerza sus uñas, lo que hizo gruñir y moverse aún más rápido.

— ¡Bl-Blaine! —grito él Omega. Apretando sus piernas en la cadera del Alfa

Ahora estaba besando su cuello, mordiendo y dejando marcas que dejaban en claro quién era el Alfa de este chico.

Miro a Kurt a los ojos y gruño.

Demonios. Estaba volviéndose loco. Y estaba muy excitado. A la vez quería, pero a la vez no. Se sentía incorrecto, pero a la vez correcto. Se moría de ganas por poder hacerle el amor a su Omega, pero no así. Quería que fuese especial y romántico.

La primera vez de ambos tenía que ser inolvidable. Algo que se quede en sus mentes por el resto de sus vidas.

Se separaron por falta de aire. Con sus respiraciones agitadas. Abrió sus ojos mirando a Kurt; sus mejillas estaba sonrojadas, sus labios rojos e hinchados, tenía una ligera caía de sudor en su frente. Y al igual que él, su respiración era algo agitada.

— No lo haremos. No hoy —dijo Blaine — Eso fue genial. Más que genial. Pero... No hoy...

Kurt abrió sus ojos, y estos estaban brillando, supuso que los de él estaban igual.

— Blaine...

— No, Kurt. Ya lo dije. Quiero que sea especial. Quiero que sea inolvidable. Quiero que estés listo y yo quiero estar listo también. Entiende eso —beso su frente.

El menor hizo puchero — ¿No te gusto? —pregunto con la voz pequeña.

Blaine gruñó — Mierda. Me gusto como no tienes idea, gatito. De verdad que si. Es solo que si hubiéramos seguido, no me hubiera podido controlar, no quiero lastimarte. Es por eso que me quiero esperar. ¿Podrías entenderme, por favor?

Kurt parpadeó y asintió, sonrojado por el lindo apodo que este le había dado — Si. Esperaré.

— Bien. Gracias —beso su frente, nariz y por ultimo sus labios — Ahora vamos a cenar. Ya hice la reservación.

Kurt lo vio irse al baño cerrando la puerta detrás de su.
Suspiró. Definitivamente lo que acababa de pasar le había gustado, y esperaba volver a repetirlo.

Alpha&Omega • OMEGAVERSE •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora