50 Días.

Día 9.

—¡Esta muerta!

—¿Qué? —pregunté asustada.

Mi corazón comenzó a latir muy fuerte, tenía mucho miedo, comencé a dar pasos pequeños hacia donde Jess se encontraba.

Al llegar al final de la escalera pude verla tirada, ella no tiene la culpa, ella ahora está muerta por mi culpa.

—¡Está respirando! —gritó Paola. —¡No está muerta!

Me acerqué a ella, toqué su pulso y si tenía.

—Llamemos a una ambulancia —dije poniéndome de pie, rápido corrí hasta el teléfono.

—No es necesario —Paola me detuvo.

Volteé y Jessica estaba poniéndose de pie, sentí un gran alivio, si ella hubiera muerto, no sé qué haría con la culpa.

—Lo siento mucho, Jessica —inmediatamente me lancé a abrazarla.

Subí las escaleras, soy la peor hermana del mundo, con esta ya son dos veces que casi mato a mi hermana.

Llegue a mi cuarto y me tire en la cama.

***

—¡Ana mi hermana está muerta! —gritó Hanna y me sacudió del brazo.

—¿Qué? —pregunté poniéndome de pie asustada.

—Maté a mi hermana —Hanna se miraba desesperaba, sus ojos estaban llenos de lágrimas y sus mejillas estaban muy rojas.

—¿Por el reto? —pregunté confundida.

—Sí, todo es culpa de esa maldita, estaba jugueteando con ella, fingí tropezarme y la lancé, la lancé, Ana, cuando llego al final de las escaleras, su cuello hizo un sonido muy feo, estaba tan asustada, ya se me había vencido el tiempo.

—¡Dios mío! —al escuchar a Hanna, en verdad se me partía el alma, creo que ayer por poco estoy en su misma situación.

—Tienes que ayudarme, Ana, no sé qué hacer, mamá está de viaje, ella no sabe, el cuerpo de Danny está en la sala de mi casa, no sé qué hacer.

—Debiste llamar a la policía, todo fue un accidente.

Ella cubrió su rostro con sus manos, mientras seguía llorando.

—No se me ocurrió, estaba tan asustada, la toque para ver si tenía pulso, en cuanto me di cuenta que no, salí corriendo hasta aquí, yo sé que es muy temprano, pero en verdad necesito tu ayuda.

—¡Dios mío, Hanna, eso es horrible!

De solo pensar que la pequeña Danny está muerta, me hace sentir muy mal, ayer vi a la niña, no me hubiera imaginado que sería la última vez que la vería con vida.

Rápido me levante, corrí a tomar algo de ropa para ponerme, me lo puse y corrimos a la casa de Hanna, no me hubiera imagino lo doloroso que debe ser para Hanna, no quiero ni pensar si lo mismo hubiese sucedido con Jess.

Cuando entramos a la casa, ahí estaba Danny, tirada en el final de la escalera.

—¡Llamemos a la policía! —inmediatamente saqué mi celular.

No puedo creerlo, ella solo tiene 12 años, no puede ser, mis manos comenzaron a temblar, creí que sería fuerte y ayudaría a Hanna, pero no puedo.

—¡Hanna, llama a la policía! —grité nuevamente, ya que Hanna tan solo miraba el cuerpo de su hermana.

—No sé, no quiero ir a la cárcel.

—Tranquila, tu solo tienes que decir que todo fue un accidente, porque la verdad es que lo fue.