50 Días.

Día 30.

POV Isaac.

No podía creerlo, Cat estaba en el suelo tirada, comencé a caminar hasta ella, había mucha sangre, fue una muerte dolorosa.

—Lo siento mucho, Isaac —Rosa caminó hasta mí y me dio un fuerte abrazo.

—¿Fue Candice?

—No lo sé —respondió ella.

Ella tenía mucha vida por delante, no puede creerlo, hace un par de horas estuvimos riendo de muchas estupideces.

—Isaac tenemos que irnos.

Me levanté del suelo y tomé la mano de mi hermana, comenzamos a caminar a la salida de la habitación, si tan solo no hubiera salido, creo que esto no habría pasado.

—¡Chicos dense prisa! —gritó Carlos corriendo hacia nosotros. —¡Santo Dios!

Carlos se quedó con la boca abierta al ver la tremenda escena que había.

—¿Está muerta? —preguntó asustado.

—Sí —contestó Emily.

Salimos del hospital, no vimos a Ian por ningún lado, solo estaba su auto.

—¿Dónde diablos está? —Pablo estaba asustado.

—¿Puedo conducir yo? —preguntó Carlos.

—Si por favor, no quiero que Candice me vaya ver aquí y me mate —mencionó Pablo.

Todos subimos al auto y Carlos comenzó a conducir, Pablo tienen que esconderse de Candice.

***

POV Ana.

Ayer fue el día más feliz de todos, ya no recordaba lo que era estar sin preocupaciones, me divertí como nunca.

Caminé hasta el lago y me metí en el agua, estaba un poco fría, era genial, todo, este lugar, el lago, la tranquilidad que hay.

—¡Ana! —comenzó a gritar mi madre desde la cabaña.

Salí del agua y fui hasta ella, al entrar a la cabaña, mis padres se miraban preocupados.

—¿Qué pasa?

—¿Cuándo ibas a decirnos? —preguntó mi padre.

—¿Qué? —pregunté nuevamente.

Mi padre se tocó la nariz, solo lo hace cuando está molesto.

—¿Ahora que hice? Si no me dicen no lo voy a saber.

—Nosotros te hemos educado bien, no sé de dónde agarraste esas mañas —mi madre ahora estaba por llorar.

Estaba muy confundida, no sabía de qué hablaban.

—El oficial Gómez quiere que lo veas hoy mismo, hay una denuncia contra ti.

—¿Qué? ¿Una denuncia?

¿Ahora qué diablos hice? Que alguien me explique porque no lo sé, espero no tenga nada que ver con Candice.

—Hanna, por favor háblale a Paola y a Jessica, tenemos que irnos cuanto antes —ordenó mi madre.

Hanna salió de la cabaña, mi padre se miraba muy molesto, subí a la habitación en la que me estaba quedando, tomé la ropa que había traído y la eché en la maleta.

Unos segundos después entró Hanna al cuarto.

—Ana, ¿Qué hiciste?

—No lo sé, Han.

—Escuche que la persona que hizo la denuncia se llama Diego.

¡Maldita sea! Es el estúpido que quiso abusar de Emily, y al que le robé.