Día 29.

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POV Cat.

—¡He venido a matarte, y estas en las mejores condiciones!

—¿Quién eres? —dije muy apenas, pues mis ojos ya estaban cerrándose, el sedante estaba haciendo su trabajo.

—Tu adorado, primo, pero no puedo dejar que hables de mi con la policía, lo siento.

Miré que Marcos estaba caminando hacia mí, no podía moverme, muy apenas podía dejar mis ojos abiertos.

—¡Ayuuu...daaa! —hablé con mucha dificultad.

—Shhhh —Marcos puso sus manos sobre mi boca, impidiéndome hablar. —Hasta pronto, prima.

De taparme la boca, siguió hasta la nariz, trataba de alcanzar el control para llamar a la enfermera, pero no podía.

—Duérmete mi niña, duérmeteme ya.

Marcos seguía presionando mi nariz y mi boca, lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, no puedo hacer nada, voy a morir.

—¡Cat! ¿Estás? —preguntaron desde la puerta.

Marcos me soltó de inmediato y corrió detrás de la puerta, inmediatamente recuperé el aire que me estaba faltando.

—No entres —intenté hablar, pero fue inútil, mi voz era muy baja.

La puerta se abrió, miré y era Ian.

—¡Cuidado!

Marcos salió de detrás de la puerta y tomó a Ian del cuello.

—¡Ayudaaa! —gritó Ian.

—¡Déjalo en paz! —mi voz sonaba muy bajito, Dios mío, ¿Qué hago?

—Oh mira, un héroe —Marcos comenzó a burlarse.

Miré hacia la puerta, miré a Carlos, el chico amigo de Ana, venia hacia mi cuarto.

—¡Dios mío! —exclamó Carlos y entró al cuarto.

Carlos comenzó a golpear a Marcos, Ian cayó al suelo desmayado.

—¡No es la última vez que te veo prima! —Marcos me miró de una manera amenazante y se fue.

—¡Gracias a Dios que llegaste!

Lagrimas comenzaron a descender por mis mejillas, Dios no puedo creer que me salve, creí que moriría.

—No te preocupes, ya estás bien —Carlos me sonrió, lo cual me tranquilizo. —Ana me mandó para ver como seguías, ella no quiere que te quedes sin vigilancia.

Ian se levantó del suelo, sangre estaba saliendo de su nariz, fue a limpiarse.

—No quiero quedarme sola.

—Tranquila, aquí nosotros te vamos a cuidar.

***

Día 29.

POV Pablo.

No he podido dormir en dos días, tengo miedo de que Henry vuelva a aparecer aquí, no quiero morir.

—Yo te voy a cuidar, duerme un poco —Gaby sonrió.

—No, no puedo hacerlo, no puedo dormir sabiendo que Henry puede venir a matarme.

Comenzaron a tocar la puerta, Gaby se levantó del pequeño sillón y caminó hacia allá.

—¿Quién es? —preguntó Gaby nerviosa, pues ella al igual que yo, piensa que esos tres podrían venir en cualquier momento.

—Soy Grace —Gaby abrió la puerta, entró Grace, Laura, Rosa Y Emily. —Hola Pablo, queríamos darte la sorpresa.

Y por fin, pude sentir tranquilidad, estando acompañado ya no me sentía con miedo, pues estoy seguro que ellas harían todo lo posible por protegerme.

50 Días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora