Me removí, sentí que algo apretar mi cintura. Moví mi brazo hasta ahí, y noté otro brazo, más trabajado, 2 veces mi brazo. En resumen, anoche Jack y yo nos quedamos dormidos viendo una película.
Si señores, vi la mitad de la película. ¿Qué adolescente le dice a su sexo opuesto 'hey, vamos a ver una película' y ven la película? Nadie, gracias.
Me intenté levantar, pero los enormes brazos de Hardeson no me dejaban siquiera sentarme, hasta que, en un movimiento brusco, pude zafarme, haciendo que se levante él también.
Me miró con los ojos entrecerrados, y una sonrisa apareció en su rostro.
No sé porque, pero la risa y sonrisa de este chico era contagiosa. Sonreí también, y me dirigí al comedor, busque mi teléfono en mi bolso y juro que un escalofrió azoto mi nuca.
De esos que te frizan todo el cuerpo y no te dejan mover de pánico.
40 llamadas perdidas. 300 mensajes. 10 buzones de voz. Mierda.
Creo que debería empezar a cavar mi tumba yo también, porque de esto solo me salva Dios.
Busque mis zapatos desesperada, no los encontraba. Mi teléfono empezó a sonar, era Dylan. Mierda.
Tomé la llamada y tuve que despegar el teléfono de mi oído por lo gritos. Después que se apaciguaron un poco, volví a pegarlo de mi oreja, y suspire para hablar.
- Hola. - dije seca. La culpa era de ellos por dejarme en esa fiesta sola después de todo.
- ¿Dónde coño te metiste? - note el cansancio en la voz de mi hermano. - Te busqué por horas en casa de Welles y no aparecías hasta ahora. ¿Dónde diablos andas metida?
- Estoy en casa de un amigo, porque mis amigos me dejaron en la fiesta en la madrugada sola y se olvidaron de mi existencia para ir a hacer una mini orgia a mi hogar. - escupido con veneno en mis palabras, y un silencio se escuchó desde la otra línea. - Estoy bien e intacta, pero no volveré hasta que mi enojo baje. Adiós. - colgué
No se de dónde saque tanto carácter.
Sentí una mano en mi hombro, miré de reojo hacia atrás y vi a Jack, sin camisa, diablos. Con consuelos así, quisiera estar triste toda mi vida.
Deje mi teléfono en la mesa y tiré los zapatos, me dirigí al baño, dejando a Jack allí parado. Me tiré agua en el rostro y terminé de quitar el maquillaje viejo con el cual me había dormido. Enjagüe mi boca con agua y pasta dental. Vivir con hombres, teóricamente, conlleva a que a veces usen tu cepillo o se lo lleven confundiéndolo. Ya sabía lidiar con un mal aliento mañanero antes.
Salí y me adentre en la cocina, donde estaba Hardeson, haciendo no sé qué cosa, me coloque a su lado y vi que preparaba pancakes, ricos y deliciosos pancakes. Mis ojos se iluminaron y mi estómago gruñó, de tal manera que no solo yo lo oí. Jack empezó a reír y yo empecé a sentir vergüenza, pase a sentarme en la isla.
- ¿Eran tus amigos? - me preguntó curioso, yo solo suspire. - ¿qué les vas a decir cuando vuelvas?
- Esa es una curiosa pregunta. - reí sin ganas. Me iba a dejar de la isla, pero Jack se interpuso en mi camino, colocándose frente a mí, con sus manos en mis mejillas. - ¿Qué haces?
- No volveré a besarte. - se porque lo decía. - Amo mis piernas. - se burlo
- Amas caminar, no tus piernas. - me burle y arquee una ceja.
No tardó mucho en estampar sus labios con los míos, coloqué mis brazos atrás de su nuca, acercándolo más a mí, sus manos pasaron a mi cintura, pude sentir su torso desnudo a través de mi vestido, y que él no era el único queriendo jugar. Me empezaba a dar calor y sé que no era por el verano. Mordí su labio, avivando más las llamas, y él se abrió paso con su lengua hacia mi boca, explorando lo que ya conocía. Mis manos se dirigieron al cierre del vestido, que era delantero. Él noto lo que iba a pasar y sonrió.
- Harás que me entierren a golpes. - me susurró al oído.
- ¿Y quién dijo que te iba a acusar? - mordí el lóbulo de su oreja, y él apretó mi cadera.
- En donde me metí.
- En la chica que fue criada por chicos. - enrolle mis piernas en su cintura
Me cargó y nos adentramos en el salón de juegos, él cerró la puerta con sus pies. Ya podrán imaginarse que paso luego.
• • • •
Era casi de noche, le dije a Hardeson que me dejara en el parque cerca de mi casa y se fuera, no iba a dejar que los chicos lo vieran dejándome en mi casa. Llamé a Mike para que me buscara, a los minutos ya estaba colocando mi trasero en el asiento del copiloto, y recibiendo miradas serias, de culpa y enojo.
Llegué a mi hogar y una fila de 6 chicos me esperaba fuera, de brazos cruzados, serios todos. Yo solo baje y me encamine hacia adentro de la casa, pero dos mastodontes me tomaron por los brazos me despegaron mis pies del suelo. Y por mastodontes me refiero a James y Sebastián.
- ¡Suéltenme! - grité tirando patadas al aire. Pero estos me tiraron en el sofá de mi sala y se colocaron a mis costados. - ¿Qué? - Dylan apareció frente a mí, de brazos cruzados y semblante frio.
Esto es una escena de una mala película de mafias y narcotraficantes.
- ¿A qué hora viniste en la madrugada? - pregunto con la mirada fría.
- ¿Que te importa? - respondí. - Solo sé que cuando llegue habían 5 de ustedes, y tú eras uno de esos 5, hermanito. - ironice lo último
- ¿Quién te trajo? - Dylan se agacho a mi altura. Mierda, alguien le había dicho.
- ¿Acaso importa? - me acerque más a él, lo mire amenazante
- Dormiste en casa de ese chico. - suspiró. - Claro que me importa.
- Dormí en el cuarto de su hermana. - mentí. - Y él en el sofá. - eso no es mentira, es una verdad retorcida.
Todos se miraron entre todos, para luego mirarme a mí, me sentía tan pequeña entre ellos.
- Sentimos haberte olvidado en aquella fiesta. - se disculpó Mike.
- Pensamos que te habías ido con James. - dijo Dylan
- Pero yo estaba en un cuarto, el algún lugar de esa enorme casa. - se defendió James
- No debimos dejarte sola. - dijo Michael
- Ya no quiero más disculpas. - levante ambas manos. - Ustedes son como mis hermanos todos, no me podría enojar con ustedes. - suspire. - pero que conste, que cada uno tendrá que cuidar su espalda hazte que se me olvide que hicieron, ¿de acuerdo?
- Creo que no se si aceptar eso o preferir que estés enojada. - respondió Dylan, él conocía mis venganzas, y sabe que no son divertidas en lo absoluto, bueno, no para ellos.
Subí a mi habitación, y me metí a la ducha. Mañana será un día largo, muy largo.
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Criada por ellos.
Teen FictionProblemas. Enfretamientos. Armas. Familia. Y los más importante, fútbol. Todo aquello que define a los problemas de Semper. Amor. Ruptura. Inicio. Desenlace. Final. Hormonas. Y los más importante, carácter. Todo aquello que define a Samantha Collema...