Estaba feliz, después de esa noche todo empezó a encajar en mi día a día, hasta en matemáticas había mejorado, gracias a James claro está.
Los finales se acercaban, al igual que la graduación. Y hoy, había decidido ponerme linda, mi periodo se había ido y me sentía reluciente. Cuando llegamos al insti, ni siquiera la perra mayor estaba por los lares, ha de estar tirándose a alguien bajo las gradas.
- Epale, hermanita, después de clases tenemos el torneo, para que sepas. – Dylan me dijo al bajarnos del carro.
- Claro, quedé con Luna en la noche, así que después del partido, iré a su casa. – asintió con la cabeza y pasó su brazo por mis hombros, y así mismo nos adentramos.
Con Matt todo iba bien, íbamos a pasos de bebé para que Dylan se acostumbre, nunca fue partidario de que su hermanita sea novia o le guste a uno de su equipo, pero creo que podía cambiar esa mentalidad, lentamente.
- Tengo que ir a la biblioteca, nos vemos al rato. – besé su mejilla y me desaparecí entre la multitud. Casi se me olvida el libro para la clase de literatura. Al entrar al susodicho espacio, me fui a lo más recóndito, solo ahí estaba el libro tan especifico de la loca esa. Revisando en los estantes de abajo, me fije que más personas habían entrado, seguí subiendo, y no encontraba el jodido libro, hasta que mi vista cayó en un estante, ridículamente alto, al cual ni con mis botas llegaba. Y casi me caigo por un empujón en mi espalda y alguien tomando el libro que yo necesito. - ¡Oye! – murmure algo alto, pero me relaje al ver quien era. – Eres un estúpido.
- Y tú estás tan hermosa como siempre. – me tendió el libro y lo tiré del cuello de la camiseta.
- Espero que hoy metas muchos goles. – lo besé. – tengo que ver ahora que sacare de aquí.
- Te aseguro que hoy meteré y sacaré muchas cosas. – subí mi mirada, un tanto abobada, pero caí en cuenta de a que se refería cuando sentí su mano por debajo de mi falda.
- Estamos en la biblioteca. – me apretó una nalga. Genial. – Matt, carajo. – él solo sonreía, y me hacía retroceder de a poco, hasta llegar próximos a la pared. Apreté mis ojos al sentir como entro sus dedos. – Hijo de...
- Sin maldecir. – empezó a moverlos, provocando que yo lo agarrara de la camiseta. – Y de aquí nadie se va hasta que pase algo.
Y la campana salvo mi trasero, literal. Hora de clases. Él retiró su mano lentamente de ahí abajo, y me besó, para nalguearme y decirme un "adiós, preciosa". Maldito depravado sexual. Ahora tengo que ir al baño, ¡genial!
Metí el libro en mi bolso y salí disparada al baño, ese hijo de puta, cree que de esta se salva, ya vera. Cuando terminé de hacer mis cosas en el baño, me tope de cara con la hija de puta más grande.
- Layla, ¿Qué coño haces aquí? – ella me miró, con superioridad.
- Vine a ver a mi hombre. – me reí en su cara. - ¿No has visto a Matti por ahí? – y mi risa ceso.
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Criada por ellos.
Teen FictionProblemas. Enfretamientos. Armas. Familia. Y los más importante, fútbol. Todo aquello que define a los problemas de Semper. Amor. Ruptura. Inicio. Desenlace. Final. Hormonas. Y los más importante, carácter. Todo aquello que define a Samantha Collema...