Epílogo

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3 años después

- Estoy nerviosa. – conecte mi mirada con la suya a través del espejo. – nunca pensé que este día llegaría, ¿Crees que se arrepienta?

Ambas reímos, eso era imposible, ¿cierto? Terminé de arreglar los últimos vuelos del vestido y ella me extendió su brazo, no se sabía cuál de las dos estaba más nerviosa, pero creo que definitivamente ella lo está.

- Luna, tienes que respirar. – me burlé, y ella dejo salir todo el aire que retenía. - ¿en serio no estabas respirando? – me miró con una sonrisa nerviosa. – venga ya, que Sasha está ahí afuera esperándote, ridícula.

Ella me detuvo casi llegando a la pasarela creada por la alfombra blanca que había en la arena, mirándome feliz, con lágrimas en los ojos, pero una sonrisa que irradia luz por doquier.

- Gracias por estar aquí. – me abrazó, casi se me cae el ramo.

- No me perdería ser la dama de honor más sexy por nada del mundo. – reímos y yo tome paso al frente. – Chicas, vamos.

Las demás damas hicieron la fila, el padre de Luna apareció, tendiéndole el brazo a su pequeña, ya no tan pequeña, para acompañarle hacia el altar. Comencé mi caminar por aquella pasarela, hasta llegar a la sección que poseía madera debajo

Hice resonar mis tacones, como buena cabecera de damas, anunciando la llegada de la novia al altar, Sasha se notaba nerviosa, ella vestía de un traje blanco y su pelo estaba suelto, estaba a punto de llorar y puedo deducir que fue gracias al ver a la novia al final de la fila.

Me coloqué en mi lugar, justo detrás de donde se colocaría Luna, y las otras 3 damas, que no me caen para nada bien, se colocaron detrás mía. Mi mejor amiga llegó a pies del altar improvisado, siendo dejada por su padre, quien no pudo contener mucho más sus lágrimas y dejó un beso en la frente de su hija antes de abrazarle. Ella me tendió su gran ramo de flores variadas y la ceremonia empezó.

Mi vista fue hacia la hilera que más llamaba la atención de aquel sector en la playa, llena de por 7 hombres bien vestidos listos para hacer alguna ridiculez que llamaría la atención de todos los presentes.

- Sasha Bower, ¿acepta usted amar y respetar a Luna Timerman en la salud y en la enfermedad? – el señor barbudo, vestido de manera formal y quien miraba con felicidad a la pareja, cuestiono.

- Acepto. – mencionó mi ahora cuñada oficial.

- Luna Timerman, ¿acepta usted amar y respetar a Sasha Bower en la salud y en la enfermedad? – cuestionó nuevamente.

- Acepto. – mencionó mi mejor amiga, y ambas fueron opacadas por los gritos y festejos de aquella banca llena de testosterona y barbas de 4 días sin afeitar, haciendo que ambas rieran, y hasta el señor no pudiera aguantarse.

- En este caso, pueden besarse. – él, cerró su libro y ambas sonrieron antes de realizar aquella acción.

El alboroto volvió a aparecer, esta vez con cornetas que no voy a preguntar dónde tenían escondidas, megáfonos y aplausos.

- ¡Vivan las novias!

Los chicos corrieron hacia ellas y las cargaron como princesas, para empezar a darles vueltas y tirarlas hacia el otro que le quedara al lado. Si dejaban caer a alguna, les golpeare hasta que queden irreconocibles.

Después de su alboroto, la fiesta en la playa siguió, todos descalzos y relajados, mientras bebían algunas de las bebidas que había puesto en el menú, Sasha y Luna estaba sentadas en uno de los sofás, al lado de los padres, mientras reían y conversaban.

Criada por ellos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora