Bocinas. Ruido. Gritos.
Dylan entrando a mi cuarto, y brincando en mi cama. Sobre mí. Gritando mi apodo.
Lo matare.
Que se dé por muerto.
Me pare de la cama tan rápido que Barry Allen estaría orgulloso. Me tiré encima de Dylan y empecé a golpearlo, mientras él cubría su rostro y reía.
Mike me levanto como saco de papas de arriba de Dylan, lo empecé a golpear en la espalda para que me bajara. Estos estúpidos parecían mis malditos hermanos, solo les faltaba tener un cuarto para ellos.
- Al baño, nomo. - Mike me dejo sentada en el retrete del baño. - Te tocara conducir si estas lista en menos de 25 minutos. - mis ojos subieron hasta su mirada, y una sonrisa adorno mi cara. Lo saqué del baño y me metí a la ducha.
Me duche en menos de 5 minutos, solo moje mi pelo, me cepille y salí corriendo hacia mi habitación, me coloque cualquier vestimenta. Que me fije al bajar las escaleras eran unos shorts vaqueros y una blusa ceñida de mangas a medio brazo, junto con mis hermosos Adidas.
Todos estaban esperándome, había globos, y comida. Se me había olvidado, hoy era mi cumpleaños. Por eso estaban tan enojados.
- Felicidades, Samy. - dijeron los 7 al mismo tiempo, eso asusto, pero fue terroríficamente tierno. Una sonrisa adorno mi rostro, y las lágrimas de alegría se asomaban. Fui hacia ellos y los abracé, o bueno, un abrazo grupal.
- Chicos, los amo. - chille cual niña.
- Quien diría que te conocimos cuando eras un nomito. - comentó Mike, haciendo que todos rieran y ganándose una mirada de desaprobación de mi parte. - te queremos, nomo.
Después de todo el show y fiesta mañanera, salimos hacia la escuela, y no me gustó nada lo que vi de bienvenida, pegado sobre la puerta de la entrada había un cartel enorme.
Creo que el mejor regalo que pueden darme hoy es la cabeza de la persona que hizo esto, servida con papas salteadas y un pedazo de filete al costado.
- Feliz cumpleaños, zorra. - leí, volteó a ver a los chicos, y si no los conociera, hubiera salido corriendo. - Bien, no era lo que esperaba. - dije bajo y posé mi mirada en todos los del alrededor. - Me van a decir quien hizo esto, ahora, si no quieren conocer el significado de Colleman. - vi como la tensión surco los aires, nadie se atrevió a vernos.
Oí risas, distintas risas, y mi mirada se dirigió al lugar de donde venían. Buena mañana de cumpleaños me acaba de dar la zorra de Semper High School.
- Fui yo, enana. - solo por llevar tacones y yo no, la ponía media cabeza más alta. - Había que felicitar a zorrita que se fue con un chico aleatorio anoche. - mi puño no duro mucho en llegar a su rostro, haciendo que ella cayera de culo al piso.
- Te diré una sola cosa. - la tome del cuello de su chaqueta y la levante un poco. - Aquí hay una sola regla para las mujeres, y tu acabas de romperla. - apreté más mi puño. - vuelves a meterte conmigo, y no solo te llevaras una nariz rota, barbie. - la solté y me dispuse a irme, pero frené en seco y di media vuelta. - Y si te causaron celos que me haya ido con tu próxima víctima, puedes morirte.
Mis chicos quitaron el cartel y lo metieron a la basura, pero la barbie no había acabado, mi casillero estaba escrito en rojo, con letras enormes la palabra "puta". Definitivamente, la paciencia no es una virtud en mí. Abrí mi casillero y saque un spray azul que tenía, camufle un poco las letras rojas y tome mis libros. Cerré el locker y me dispuse a buscar a Barbie Mermaid.
La vi saliendo de la enfermería, como iba a gozar esto, Rick y Michael cruzaban por allí en ese momento y cuando sus miradas y la mía conectaron, supieron que hacer. Tomaron a la rubia por los brazos y yo me acerque lentamente batiendo el spray.
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Criada por ellos.
Teen FictionProblemas. Enfretamientos. Armas. Familia. Y los más importante, fútbol. Todo aquello que define a los problemas de Semper. Amor. Ruptura. Inicio. Desenlace. Final. Hormonas. Y los más importante, carácter. Todo aquello que define a Samantha Collema...