La semana de exámenes se puede describir en 3 palabras:
Estresante, agotadora y suicidante. Aunque no sé si la última palabra exista, pero ahora sí, o al menos para mi.
Todos estábamos reunidos en mi casa, disfrutando de la cerveza y la piscina, más lo hermoso que estaba el atardecer. Yo estaba recostada del torso de Matt, sentados en la orilla, los demás estaban molestándose entre sí dentro del agua. Luna y Sasha no habían podido asistir porque estan en una cena con la familia de Luna, que me pregunto como le estara yendo, pero me aterra interrumpirle.
- Vuelvo en un momento. – me levanté, desapareciendo en la cocina. Saqué las demás cervezas de la nevera para llevarlas afuera, pero la puerta fue tocada antes de que pudiera siquiera abrir el refrigerador. - ¿Habrán invitado a alguien? - respire profundo mientras cerraba los ojos.
Debo dejar de hablar sola.
Me acerqué a la puerta, después de abrocharme la camisa de Dylan que traía puesta. ¿Alguna vez han sentido como una chispa de esperanza aparece fugazmente dentro de ustedes? Eso fue lo que sentí cuando lo vi del otro lado de la puerta. Salí, cerrando la puerta tras mío y mis ojos empezaron a aproximarse a llorar, pero tengo que ser fuerte.
- Hardeson. – hablé, mi corazón empezó a acelerar su bombeo.
- Colleman. – me respondió, tenía sus manos metidas en su chaqueta, con una expresión neutra, su mirada fija en la mía, ya eso era cosa de familia.
Capaz de poner a una persona nerviosa solo con mirarle.
- ¿Qué haces aquí? – tragué saliva, y ese rayito de esperanza empezó a tomar fuerza. Él saco una caja larga de su bolsillo, donde antes tenía una de sus manos. - ¿Qué es esto?
- Mi hermano sabía que el último trabajo podría costarle la vida. – y allí murió mi esperanza, junto con todo el aire que habia aguantado. – lo único que me había pedido en toda su vida, fue entregarte esto. – tomé la caja, no pesaba nada pero con el movimiento se notaba que había algo dentro. – me dijo que si él no volvia, que te entregara eso. – tomé aire, las lágrimas querían salir. – No te dijimos de su funeral porque podría ponerte en más peligro del que imaginarias, él no hubiera querido eso.
Tiene razón, si hubiera ido me hubiera puesto bajo el radar de todos los narcotraficantes que hayan asistido, o simplemente un objetivo más para usar contra esa familia.
Sentí como si la esperanza que había aparecido, la hubieran pisado como a un insecto.
- Gracias por entregármelo. – hablé, él asintió y se dio media vuelta para irse. – Sé que lo quisiste mucho, fue una excelente persona.
No recibí respuesta, pero sé que me escucho antes de desaparecer dentro de un coche y perderse en dirección a donde muere el sol.
Entre nuevamente a la casa, y me deje caer en la puerta, Mike había entrado, y me esta mirando desde la cocina, se acercó a mí y yo solo pude dejar mis lágrimas salir. Pero no me movía, sentí mi cuerpo inmóvil, como si mis emociones se hubieran apagado, es que, ¿Por qué tengo que estar triste? Sé que murió, eso ya lo sabía.
¿Puede que aun mi subconsciente no quería aceptarlo? Es lo más probable.
- ¿Qué paso? – habló el rubio frente a mí. Yo negué lentamente.
- Solo vinieron a entregarme algo y recordé a Jack. – le sonreí y pegue la caja a mi pecho.
- Bueno, vamos, te están esperando. – me ayudo a levantar luego de dedicarme una sonrisa de compasión y despeinarme.
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Criada por ellos.
Teen FictionProblemas. Enfretamientos. Armas. Familia. Y los más importante, fútbol. Todo aquello que define a los problemas de Semper. Amor. Ruptura. Inicio. Desenlace. Final. Hormonas. Y los más importante, carácter. Todo aquello que define a Samantha Collema...