- ¡Let it go! ¡Let it go!La voz de Rick cantando Frozen me hizo el día, más ver la escena donde Sebastián le tiraba una sartén para callarle y los demás le tiraban lo que sea que tuvieran a la mano.
Yo sólo desayunaba en la encimera.
Las cosas con Reeves estaban tensas, muy, hace días se me había declarado, o eso Creo, ya ni se. Ese mismo día Jack Hardeson hizo presencia siguiéndome hasta el parque, sólo Dylan lo sabe y espero así se quede.
- Hey. - los labios de mi hermano se posaron en mi mejilla, como acto de saludo. - ¿Cómo estás? - me sonrió y le devolví la sonrisa.
- Pues... - Removí la cuchara en mi cereal. - Creo que un poco mejor. - me llevé la cuchara llena de cereal y leche a mi boca.
- Que bueno. - esa posición, esa mirada, esa sonrisa.
- ¿Qué quieres?
- Que vengas al partido de hoy.
- Sabes que no quiero salir. - rodé los ojos
- Por eso vendrás. - Se levantó de la silla y se dirigió a la salida de la cocina - Y no aceptaré un no por respuesta. - sentenció antes de salir
- Idiota... - murmuré y seguí comiendo mi cereal.
Empecé a jugar en mi teléfono hasta que sentí unas manos en mi cintura, unos labios sobre mi mejilla y la sangre subiendo a mis mejillas.
- Hola preciosa. - la voz ronca de Matt me dio un escalofrío por todo el cuerpo. - Escuché que te obligarán a ir al partido.
- Eh? - Me atonte. - Si, si, el idiota quiere que vaya a verlos. - intentaba escapar, ignorando el apodo, pero sus manos no me dejaban.
- ¿Acaso estás nerviosa? - su tono de burla me molesta.
- No, largo.
- No me iré.
- Voy a gritar.
- Te haré gritar de verdad si lo haces. – sus ojos conectaron con los míos, la distancia que nos separaba se estaba acortando, mi cuerpo no reaccionaba, quiero mi cereal.
Wait. ¿distancia acortándose? Este tipo tiene lo huevos del tamaño de un elefante.
- Definitivamente odias tu vida. – estaba cerrando mis ojos, lentamente. – Eres estúpido
- Un estúpido que se enamoró del peligro. – el roce de sus labios fue lo último que sentí antes de alejarlo. - ¿Qué pasa?
- No. – tomé mi plato de cereal y me acerqué a la puerta. – No me van a volver a usar. - Salí de la cocina y subí a mi habitación, en el pasillo estaba Mike para mi mala suerte.
- ¿Qué paso? – se cruzó de brazos frente a mi puerta, evitándome entrar.
- No estoy de humor rubio, quítate o te quito. – su cuerpo se tensó, pero no se quitó. – ¿Eres idiota?
- Soy tu mejor amigo, habla pitufina. – suspiré, él no se iba a mover.
- Reeves, eso pasa. – bajé la mirada. – ¿Podemos hablar dentro? – se quitó del medio y ambos entramos, él cerró la puerta y yo me senté en la cama, él se recostó de la pared y me miraba para que siguiera hablando. – Me gusta el idiota, ¿sí? No sé porque ni como me empezó a gustar, nunca ha pasado nada y ahora. – dejé el cereal en mi mesa de noche. – Estoy idiota por un idiota más, no dejare que usen mi corazón de tapete de nuevo, y aún siento cosas por Jack.
- ¿Él sabe que le gustas?
- No. – Puede que si
- No se lo dejes ver. – sentenció, seguido de un suspiro. - ¿Sabes que Dylan lo matará?
- Mejor dejarlo entre nosotros. – miré mis pies. – Por ahora.
- Opino lo mismo. – se acercó a mí y besó mi coronilla. – Vamos, tienen que estar viendo la película sin nosotros.
- Esos idiotas. – salimos de mi habitación y bajamos, efectivamente estaban viendo la película, automáticamente puse un pie en el último escalón, Reeves me mira.
Desvié la mirada hacia la tv, era la película que yo había escogido, y duré una semana escogiendo por lo mañosos que son con las películas. Respiré profundamente y me senté al lado de Dylan, no quería ver a Matt, a lo mejor ha de estar pensando en lo que dije.
No puedo descargarme con él, no tiene la culpa de que Jack sea un idiota. ¿Por qué siempre me pasa esto? Estoy harta de sufrir por amor.
Las horas pasaron y la hora de irnos al partido se acercaba más.
- Nomo, vamos, el partido es dentro de poco. – Sebastian me ayudo a levantar y desarreglo mi cabello. – El rival es fuerte, necesito una sonrisa, por favor, necesito apoyoooo. – me jamaqueaba por cada palabra que salía de su boca.
- Te golpeare para darte apoyo. – ya me dará dolor de cabeza. – Igual no me dejaran quedarme, así que no tengo de otra.
Resignada, respiré profundo, volví a recostarme del hombro de mi hermano y terminamos la película. Luego, fuimos todos a prepararnos para el partido que era en dos horas, subí a mi cuarto y me metí a mi baño, me daré una ducha larga para ver si se olvidan de mi existencia por unos minutos y me dejan en casa.
Lamentablemente, no se olvidaron de mi, asi que me vestí y tomé mi cangurera, metí mis documentos, dinero y mis auriculares. Le textee a Luna de ir, y me dijo que anda con su novia, al parecer la llevara.

Bajé las escaleras, y había una montaña de mochilas en mi sala, seguí a la cocina, la cual, estaba poblada.
- ¿No nos tenemos que ir? – hablé, subiéndome en la encimera.
- Estamos planeando ir al Bar hoy, hay 2x1. – me miró Dylan, y no descifro esa mirada, ¿qué descubriste hermanito? - ¿Qué dices?
- Claro, le dire a Luna, asi no me siento una marimacho. – tomé mi celular, vi a Dylan acercarse, y se acerco a mi oído.
- Te aseguro que no te sentiras asi. – Miré a Michael, fugazmente.
Sí abrió la boca, lo voy a matar.
- ¿Nos vamos? – habló el capitán, y los 9 chicos gritaron, y todos nos largamos.
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Criada por ellos.
Teen FictionProblemas. Enfretamientos. Armas. Familia. Y los más importante, fútbol. Todo aquello que define a los problemas de Semper. Amor. Ruptura. Inicio. Desenlace. Final. Hormonas. Y los más importante, carácter. Todo aquello que define a Samantha Collema...