Las semanas de reposo se basaron en helado de parte de Luna, fútbol de parte de Dylan, Mike y Rick y noche de películas de parte de Jackson, Sebastián, Michael y James.
Exhausta, me harté de mi casa, así que decidí volver a clases, los chicos me consiguieron las tareas realizadas.
No me importa con quien ni cómo.
Me adentre por los pasillos de la escuela, recibiendo las miradas de interrogación de todo el mundo, apreté mi libro contra mi pecho y suspiré, espero que este día no se joda.
Era lunes, así que me tocaba Literatura... Maldigo esa clase. Abrí la puerta del aula y miré mi mesa, sola, sin nadie en la silla a mi lado, suspiré expulsando toda felicidad que quedara dentro de mí.
La clase empezó, normal, sin nada de cambios, a excepción del profesor diciendo que Jack Hardeson no seguirá tomando clases con nosotros, solo bufé ante eso.
...
Lunes en la noche, los chicos tenían un amistoso contra la escuela rival, yo no estaba en ir al partido, me quede en casa sola viendo mi película favorita, "Jurassic World", siempre he amado la serie en si, me gustan los dinosaurios. Pedí una pizza y me quedé allí en la sala, pero, para mi recontra mala suerte, se fue la luz en el vecindario.
Bufé resignada, tomé una chaqueta y mis zapatos, me senté en el jardín, la noche estaba fría, y el cielo despejado, el viento golpeaba ligero, pero lo suficiente para hacer que mi cabello vuele y yo cierre los ojos ante el roce con mi piel, era un sentimiento de tranquilidad nata.
Pero las pisadas a mi lado no me dejaron seguir en aquella tranquilidad. Abrí mis ojos y una media sonrisa apareció en mis ojos, pero desapareció cuando me fijé quien era.
- Hola. - dijo mirando el cielo, haciendo que el ligero brillo de la noche se reflejara en sus ojos. - Tenemos tiempo sin hablar.
- Desde que decidiste desaparecer. - ladre fastidiada. - 3 semanas para ser exactos.
- Me has hecho falta. - se colocó a mi lado, sin dejar de mirarme.
- No dijiste eso por los mensajes la última vez. - dije mirando mis pies.
- Sabes que tuve que decirlo por mi padre.
- Lárgate de aquí. - me levanté, pero su mano tiro de mi brazo, haciendo que cayera sobre él, a propósito. - Jack, vete de aquí, no quiero verte.
- Tus sentimientos no dicen lo mismo. - esos ojos azules me penetraron, como si pudieran ver mi alma rota y descuartizada. - Yo siempre voy a amarte.
Me volví a levantar, no me vendría con esas mentiras de nuevo, me dirigí a la puerta, pero antes de abrirla, su mano me detuvo, abrazándome y obligando a mirarle.
- Déjame, Hardeson. - bufé, pero él solo sonrió, para después besarme.
Sus besos me hacían falta, mi cuerpo no reaccionó, me cargó enrollando mis piernas en su cintura y nos adentró en la casa, cerrando la puerta con el pie. Subió las escaleras y yo no podía parar, no podía alejarlo. Me maldigo por gustarme lo prohibido.
Entró en mi cuarto y cerró la puerta con el pie nuevamente, me coloco en la cama, sin dejar de besarme, sentía sus manos en cada centímetro de mi cuerpo, estaba nublada, tanta pasión me cegó, oscureció mi vista. La ropa fue desapareciendo, y al quedar desnudos, él con una notable erección, me miró con una sonrisa, yo sólo jale con un poco de fuerza su pelo, haciendo que se quejara.
- No olvidaré lo que me hiciste sentir. - bufé molesta.
- No olvidaras lo que te haré sentir ahora. - su tono lujurioso, su aliento rosando mi oreja, sus labios tocando lenta y dulcemente mi cuello, maldito seas Hardeson.
Mis piernas se abrazaron a su cintura, dándole paso a que hiciera lo que quisiese, nuestros labios se unieron con desesperación, sus brazos estaban pegados a la pared, y sus embestidas comenzaron a ser cada vez más fuertes.
Yo no podría controlar mis ruidos sino fuera por la almohada que tengo pegada a la cara, la cual se fue a la mierda porque Jack decidió callarme él. Mi respiración esta descontrolada, mis uñas incrustadas en su espalda, marcando unas líneas rojas, posiblemente le arda la espalda al ducharse.
- Sam. - un gemido ronco salió de sus cuerdas vocales. - Te amo. - sentenció, yo no supe que hacer, ¿lo digo? A la mierda.
- Yo también te amo. - lo besé, sus manos cruzaron a mi cintura y luego a mi espalda baja, acercándome más a él, se siente tan placentero.
No aguanté más, llegué a mi clímax, apretando su cintura con mis piernas y aruñando más su espalda, mientras daba un gemido ahogado por sus labios. Me fijé y habíamos llegado al mismo tiempo, dado que reposamos pesadamente en la cama, él sobre mí, mientras yo regulaba mi respiración y jugaba con su cabello, y una maldita sonrisa de estúpida en mi rostro.
- Como quisiera quedarme. - dijo con tristeza en sus palabras, haciendo que mi sonrisa desaparezca de a poco. - Samantha Colleman. - me llamó, ganadose mi atención. - Te has robado lo más preciado que tengo. - tomó mi mano y la dirigió a su pecho, en el lado izquierdo. Noté su pulso acelerado, jure que le iba a dar un paro cardiaco.
- Quédate. - un leve tono de súplica salió de mi voz. - Por favor. - noté como las lágrimas empezaron a acumularse en sus ojos, note la tristeza que había en ellos.
- No puedo. - apretó los parpados, para después mirarme con arrepentimiento. - Lo siento, pero no volveré a dejar que corras peligro.
- Lo estoy corriendo desde que te conocí. - me abalance a abrazarlo, haciendo que nos sentáramos. - Y por eso me gustas, porque eres peligroso, hiciste que tuviera miedo de lanzarme a un abismo por estar pendiente a como se sentirán los demás, meses antes no lo hubiera pensado mucho. - le sonreí, mientras acariciaba su mejilla con mi pulgar. - Te amo, y no sé cómo expresarlo.
- No tienes que, me lo has dejado claro. - sus brazos rodearon mi cintura y su rostro se escondió en mi cuello. - Haré lo posible por estar a tu lado.
¿No les ha pasado que el sexo deja de ser sexo cuando se trata de la persona que amas? Pues es así, se convierte de sexo a hacer el amor. Y eso es lo más delicioso y hermoso que existe.
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Criada por ellos.
Teen FictionProblemas. Enfretamientos. Armas. Familia. Y los más importante, fútbol. Todo aquello que define a los problemas de Semper. Amor. Ruptura. Inicio. Desenlace. Final. Hormonas. Y los más importante, carácter. Todo aquello que define a Samantha Collema...