Marshall se armó de valor para responder, aunque de todas formas de su boca las palabras salieron tambaleantes— Claro que me gustaría tener tu opinión sobre el tema.
El menor pensó un momento, luego dirigió su mirada directamente al mayor y dijo— Primero, me gustaría saber cómo comenzó su relación, cómo eran y etcéteras, para poder dar una opinión más acertada.
El azabache inspiró dándose valor y aunque comenzó con aire a melancolía, parecía convencido de lo que decía— La conocí en secundaria, era realmente diferente a la última vez que la vi. Éramos adolescentes con las hormonas dispersas y la mente revolucionada, no sabíamos que tanto sexo resultaría en una bebé. —soltó con una pequeña risa y el menor solo esbozó una sonrisa para acompañar— Era muy alegre, sumamente alocada y bonita. En serio la amaba. —su voz vaciló y Gumball le quedo viendo un segundo, Marshall sonrió demostrando que estaba bien y continuó— Ella cambió gradualmente, primero fue la bebé, luego la mudanza, estaba cada vez más intranquila y yo no lo veía, no quería verlo. —murmuró sin querer hacerse cargo de todo aquel pesar— Pasó el tiempo y Maxi nació, con él más deudas y más preocupaciones. Aunque yo siempre trataba de ser positivo, no era suficiente. — hizo una pequeña pausa, pensando qué tanto contar— Ella bebía alcohol durante los embarazos. —soltó apenas audible, en modo de confesión.— Discutíamos mucho por eso, pero al final empeoró y bebía cada vez más. Todo me parecía irreal, ella dejaba a los niños y se iba, yo la esperaba despierto durante las madrugadas. Ya a ese punto me aferraba solo a los recuerdos, pensaba en la chica que conocí, de la que me enamoré como lo que ella podría llegar a ser si superaba esa etapa. —finalmente su voz se quebró y tuvo que recobrar el aliento por un segundo— Durante un tiempo se recuperó, salía menos durante las noches y reparaba en mi presencia y la de los niños. Luego de repente llegó el tercero y último bebé, que fue lo que la volvió a desquiciar, allí fue cuando discutimos por última vez. —hizo otra pausa— Pasaban semanas y ella era intermitente, aparecía para pedir dinero, para pedir compasión y perdón. Luego de que el bebé nació pude conseguir conseguir un juicio contra ella, quedarme con la custodia legal de los niños, pero claro, como sabes no me quedé con el más pequeño y tampoco con la mayoría de las cosas de la casa. —soltó ya algo cabizbajo, con los recuerdos nostálgicos rondando aún por su mente— Y creo que conoces el resto de la historia, me volví un soltero súper deseado con dos hermosos retoños. —sonrió orgulloso, pero en el fondo triste, puesto que lo último no era más que una tontería para no dejar muerto el ambiente
Gumball sonrió cortamente, en lo que formuló algo adecuado para comenzar— Imaginaba que habías pasado por mucho, pero después de saber esto... Es increíble, realmente me parece admirable todo lo que hiciste y a donde has llegado. —luego de una pequeña pausa, el azabache juntó valor para mirarle un segundo buscando que continuase, luego de otra sonrisa, finalmente habló— Y entiendo que realmente la amabas, pero quizás amabas lo que ella fue y no en lo que se convirtió. Ahora le encuentro un significado distinto a los libros que leías en la cafetería. —Marshall tragó saliva expectante a que se diría a continuación, pues sentía que esta conversación no era precisamente como las anteriores— Pues siempre supiste que ella estaba mal. Pero que quizás tú también lo estabas, no podrías avanzar si no dejabas el pasado donde corresponde, si no dejabas de pensar en lo que ella fue como en lo que podría ser. Por éso leías los libros, querías buscar una respuesta a todo lo que hiciste, al tiempo que perdiste, a todo lo que sacrificaste por una causa que en el fondo sabías que estaba perdida.
Marshall de inmediato tuvo los ojos llenos de lágrimas, invadido por emociones que no supo reconocer, su mente sólo se pudo concentrar en que nunca habría podido llegar a un resultado como ese.
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Entre Papeles y Café (Gumshall/AU)
FanfictionSi lo que buscas es una historia de amor adolescente y descontrolado, estas en el lugar equivocado. Porque aunque cada uno ha tenido su propia historia sin contar, esto es diferente. No son amigos de infancia ni tampoco amores pasajeros, sólo es alg...