Luego de que Marshall se fuera como alma que lleva el diablo, Gumball se quedó en el departamento con una sensación extrañamente agradable.
Se preparó un té y se relajó esperando que el tiempo pasara, deseando con fuerza que todo vaya bien y que Marshall realmente vuelva en sí mismo.
Claro que finalmente fue sorprendido por su pareja volviendo menos de veinte minutos después de que se fue— Eso fue rápido. —acotó con una sonrisita al verle entrar.
— Pues claro, no había filas ni tampoco multitudes. —le sonrió de vuelta cerrando la puerta— Sólo éste galán con todo listo para ser contratado. —habló altanero estirando un poco las puntas del cuello de su camisa.
— Que confianza la que llevas. —sonrió tomando la taza— ¿Por qué fuiste tan coqueto si todo lo que tenías que hacer era dejar el currículum?
— Pues porque la primera impresión lo es todo. —respondió como si fuese obvio mientras se sentaba a su lado— Aunque sea para dejar el currículum, si le dejo una buena impresión a la persona que me recibe puede que lea mis papeles con otra mentalidad.
El menor sonrió y se sorprendió ante ello, luego se burló cortamente— Como si eso realmente sucediera.
— No te rías. —le advirtió con una sonrisa avergonzada— Es un hecho totalmente fáctico. —dijo con total seguridad.
Gumball finalmente rió y preguntó— ¿Quién te mintió de esa manera?
La sonrisita se borró completamente de su rostro, quedó un momento en silencio luego forzándose a sonreír un poco y decir— Mejor no hablemos de idiotas como ése.
Sin entender a quién se refería su pareja, ladeó un poco la cabeza viéndolo con confusión— No entiendo, Marshall. —habló suavemente, luego de que el azabache pase su mano por el rostro con una sonrisa de ya no saber qué decir, el menor insistió— Dime a quién te refieres. —le sacudió tomándolo de su camisa.
— Bueno, bueno. —se rindió rápidamente— Me refería a cierto rubio innombrable que es mejor olvidar. —ante el silencio del menor y la manera en que agachó un poco la cabeza como signo de vergüenza, el mayor habló— Yo dije que era mejor ni mencionarlo. —acotó con cierto tono de "te lo dije"
— Bueno, tampoco es para tanto. —mencionó con una sonrisa repleta de duda— No es que este desmereciendo lo que él hizo pero... —al ver el ligero ceño fruncido de su pareja habló con un poco más de convicción— Sólo quiero decir que es parte del pasado y aunque no sea agradable, deberíamos poder hablar de ello sin sentir algún tipo de peso.
El mayor bufó desviando un poco la mirada, repleto de molestia— Si tú lo dices.
Gumball sonrió queriendo alivianar un poco el ambiente, se suponía que aquello le había quitado un peso de encima y que era un avance respecto a lo vivido. Así que se acercó al mayor y lo abrazó, tomándolo totalmente desprevenido— No me digas que aún te sientes celoso. —habló con una sonrisita.
— No es que sienta celos, sólo es que me quedé con ganas de partirle la cara. —mencionó sereno, aunque el menor podía escuchar el corazón del mayor que latía nerviosamente.
— No es como si yo no me hubiese aguantado el poder decirle algunas verdades. —dijo aún cercano a su pareja, sin la intención de dejar de oír los latidos que resonaban cada vez más calmos.
— Entre hablar y golpear hay una pequeña gran diferencia. —susurró tocando el cabello del menor.
— Me alegra que lo hayas aprendido al fin. —mencionó y sintió como Marshall se tensó un poco, adicionalmente volviendo a sentir que su corazón latía con más velocidad.
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Entre Papeles y Café (Gumshall/AU)
FanficSi lo que buscas es una historia de amor adolescente y descontrolado, estas en el lugar equivocado. Porque aunque cada uno ha tenido su propia historia sin contar, esto es diferente. No son amigos de infancia ni tampoco amores pasajeros, sólo es alg...