— ¡Marshall, ya no puedo! —hablaba el peliclaro con desespero, cercano al límite de lo que podía soportar.
— Sí, sí que puedes. —le decía intentando dar ánimos.
— N-No puedo. —habló nervioso— ¡Agh, no! ¡Lo golpeé otra vez! —suspiró apoyando su frente en el volante.
Marshall sonrió desde fuera del auto, volviendo a acomodar la botella que usaban como cono— Haz otro intento, que estacionar es de lo más importante.
— Y de lo más difícil. —acotó con algo de molestia mientras volvía a incorporarse.
— Si puedes con esto, podremos ir a cenar estando aún solos. —le dijo intentando animarle.
— ¿Y los niños? —preguntó queriendo seguir la conversación para no centrarse tanto en los nervios que sentía por los errores a cometer.
— Los invitaron a comer, así que tenemos al menos unas horas más para continuar con esto. —sonrió al ver que ahora el auto se acomodaba un poco más entre las botellas que marcaban el espacio.
— ¿Se supone que eso me reconforta? —habló un poco harto. Un momento de concentración después, preguntó— ¿Ya está?
Marshall examinó lo alineado que debería estar el auto y dijo— Teniendo en cuenta que hoy es la primera vez que estás al volante, lo hiciste bastante bien. —sonrió y luego entró al auto— Ahora el reto número dos es salir sin golpear las botellas.
Gumball suspiró, hace horas que estaban con esto y ya había pasado el límite de su paciencia— Estás dentro del auto, conduce tú. —apoyó su cabeza en el volante y escuchó que el azabache reía un poco.
— Soy más un tipo de apoyo moral, lo hagas bien o no volveremos a casa de todos modos.
— Eso no me reconforta para nada. —dijo y ya sería como la centésima cuarta vez que lo decía y no se cansaba de decirlo. Desde hace horas que el azabache le dijo "Te daré una sorpresa" y entre las montones de cosas que pasaron por la mente del menor, ninguna era que le de una lección sobre cómo conducir.
Pues sólo fue convencido de hacerlo con el propósito que Marshall había planteado "En caso de una emergencia, tenemos que estar preparados y claro que eso te incluye" y con eso en mente es que llegaba a temblar de los nervios para irónicamente mantenerse firme al manejar.
Una vez que logró salir de entre las botellas que le marcaban el espacio, miró a Marshall— ¿Ya podemos cambiar?
— ¿Qué? Claro que no, aún falta la prueba de verdad.
El menor bufó mientras se sentaba bien— ¿Y de qué se trata? —preguntó suavemente, con algo de hastío.
— Quiero que conduzcas por una calle. —le dijo y sonó a un gran reto.
— ¿Eso es todo? —alzó una ceja.
— Claro, sólo quiero que des unas vueltas por unas cortas calles repletas de autos y cuando te canses o estés al borde del colapso, yo conduciré. —habló y sonrió queriendo darle algo de confianza.
— Pfft, no colapsaré. —dijo rodando los ojos aunque internamente ni siquiera él mismo se creía lo que decía del todo.
Minutos más tarde en lo que continuaba conduciendo, de repente giró en una calle y observó una fila de autos que luego continuaba detrás de ellos, y a la no tan lejana distancia vieron las sirenas de policía que eran razón de que los autos parasen.
— ¿Qué demonios pasó? ¿Un choque? —habló el peliclaro algo inquieto.
Marshall sonrió cortamente ante la obvia exasperación del menor, luego observó un poco más de la situación y su sonrisita se desvaneció instantáneamente— Es un control.
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Entre Papeles y Café (Gumshall/AU)
FanfictionSi lo que buscas es una historia de amor adolescente y descontrolado, estas en el lugar equivocado. Porque aunque cada uno ha tenido su propia historia sin contar, esto es diferente. No son amigos de infancia ni tampoco amores pasajeros, sólo es alg...