39. El único que te hace gemir

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En la mañana siguiente a la pareja le costó un poco despertarse, ya sea porque habían pasado una noche demasiado ajetreada o porque sabían que podían quedarse juntos todo el tiempo que deseen, ya que los niños no estaban en el departamento. 

Mientras que se levantó y volvió del baño, Gumball observó a su pareja estar con el celular tecleando desesperado, probablemente hablando con la mujer pelirroja sobre el estado de los niños. De repente al menor se le ocurrió una idea extraña, al oír suspirar al azabache y decidir animarlo un poco

Subió casi gateando a la cama, aprovechando que el mayor se encontraba boca abajo apoyándose en sus antebrazos, se posiciono sobre él y respiro detrás de su cuello— ¿Te sientes bien? —preguntó Marshall al sentir al peliclaro sobre él, cosa que le tomó por sorpresa.

— Sí. —respondió suavemente— ¿Tu te sientes bien? —preguntó de vuelta, acercándose un poco más y besando de manera lenta el cuello del mayor.

— Un poco. —suspiró— Aún me preocupan los niños. —confesó dejando su celular a un lado, después ladeando su cabeza, dando lugar a que el menor besara un poco más allá.

Gumball sonrió en lo que pensaba que a su pareja le gustaba lo mismo que a él, así que continuando con su labor siguió besándolo, momento después comenzando a acariciar lenta y vigorosamente el costado del mayor, provocando que este soltase una risita y comentase— Despertaste con un buen ánimo, huh.

No hubo respuesta del menor que continuó besándolo y tocándolo con cada vez más ímpetu, finalmente pidiendo que se voltee para besarlo ahora con más intensidad— No sé si es un buen ánimo exactamente. —mencionó separándose para recobrar el aliento, mientras que con su cadera comenzaba a moverse rítmicamente contra la del mayor— Sólo quiero hacerlo, mucho. —suspiró pesado y excitado.

Marshall sonrió ahora pasando sus manos por el cuerpo del menor, respondiendo— Eso es un buen ánimo.

El peliclaro soltó una risita luego volviendo a besarlo, y mientras sentía las manos de su pareja pasando por su espalda decidió acariciarlo también, así que en lo que ahora besaba su cuello comenzaba a colar sus manos bajo la camiseta del mayor. Al tener el torso de su pareja cada vez más descubierto, Gumball bajó poco a poco repartiendo besos hasta que llegó a la cintura, donde rápidamente bajó la ropa interior del azabache y comenzó a lamer su pene.

El mayor suspiraba profundamente contento de lo que su pareja hacía, aunque internamente algo inquieto por el comportamiento tan repentino— Oye, Marshall... —habló el peliclaro de manera suave en lo que liberaba su boca y comenzaba a masturbarle con su mano diestra— Hace tiempo he estado pensando en algo. —mencionó mientras besaba cortamente el glande, acto que provocó que el mayor se mordiera intentando mantener la cordura— Quiero estar arriba.

— ¡¿Eh?! —soltó de inmediato, ruborizándose más de lo que ya estaba y teniendo el instinto de cerrar las piernas, cosa que fue imposible ya que el peliclaro se hallaba allí.

— Quiero dominarte, que seas el pasivo, muerde almohadas o cómo quieras decirlo. —habló con una sonrisa un poco burlona, aunque su tono era totalmente serio.

— Sé a lo que te refieres, idiota. —contestó nervioso, apoyándose en sus antebrazos para poder hablar mejor— ¿Que acaso no lo he estado haciendo bien? —fue lo primero que cruzó por su mente.

— No es eso. —rodó los ojos con una sonrisita divertida— Sólo comencé a pensar en cambiar la rutina, variar un poco más. —habló ahora dejando el miembro de su pareja para acercarse a su rostro.

— Podríamos probar nuevas posiciones, o algo así. —sonrió nervioso queriendo desviar el tema. 

— Tsk, eres un miedoso. Ni siquiera le das una oportunidad al cambio de roles. —sonrió un poco pícaro y otro poco molesto, pero su sonrisa se extendió al ver que el azabache se ruborizaba encogiendo sus hombros al sentirse descubierto— ¿Cómo crees que se siente ser el pasivo, eh? —preguntó suavemente dejándose caer sobre el cuerpo del mayor, luego haciendo pequeños círculos con su mano en el pecho del mayor.

Entre Papeles y Café (Gumshall/AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora