Caminó firmemente hasta donde el grupo se encontraba, con el ceño algo fruncido y el cuerpo sudoroso, pero eso último no le importaba.
Aunque al ver que el infante azabache corría hacia él con una sonrisa mientras gritaba su nombre, no pudo evitar sorprenderse y sonreír, quitando de su mente aquellos celosos pensamientos.
— ¡Te extrañé mucho! —exclamó el pequeño mientras le abrazaba.
El pelirosa soltaba una pequeña risa mientras lo sostenía en sus brazos, y aun acercándose hasta donde se encontraba su pareja, ahora con una sonrisa amable, decía— Pasaron apenas unos días desde que nos vimos, Maxi.
— Pero se han hecho eteeernos. —se quejó el pequeño.
— ¿Y por qué es que a mí no me dices que se te hace eterno no verme, pequeño? —soltó algo celosa la fémina, Gumball se esforzó en mantener su sonrisa.
— Ah pues porque Gumball siempre que está no juega conmigo, así que siempre le digo que se quede, al menos por su linda compañía. —se aferró más al pelirosa, y este último sonrió enternecido, casi sin creer lo que oía.
— ¿Y mi compañía ahora no es linda o agradable? —habló fingiendo indignación. Para este punto al pelirosa le costaba un mundo sostener su aura agradable, y le costaba aún mas sostener al infante entre sus brazos.
— Ouh, claro que sí. —se bajó al suelo y se dirigió a la fémina— Adoro cada vez que vienes de visita. —le abrazó.
— Bueno pues aprovechemos la visita y volvamos al departamento. —habló Marshall con una sonrisa enorme mientras comenzaba a caminar
El pelirosa sonrió cortamente mientras le seguía, rápidamente su pareja y la fémina se adelantaban varios pasos, mientras él quedaba rezagado a cierta distancia.
Escuchaba como ambos reían y hablaban de algo, no entendía muy bien de qué, pero parecía ser algo de la última vez que ella le visitó.
Estaba molesto, celoso, que él no sea el causante de tal radiante sonrisa le erizaba la piel, y cuando estaba por notarsele el ceño fruncido, escuchó una suave voz infantil— ¿Cómo estuvo tu día? —al instante volteó a ver a la niña que le había preguntado.— Mnh... Bien. —sonrió ya honesto.
— Tu cara no parece de que estés bien. —le dijo ladeando un poco su cabeza, inspeccionando sus facciones un poco mejor.
— No es nada, de verdad.
— ¿Pues en que pensabas para tener esa cara?
— Bueno... —desvió la mirada algo irritado consigo mismo, él era tan transparente como para que una niña se percate de su molestia si le prestaba un mínimo de atención— Pensaba en lo que tengo que hacer. —musitó ligeramente, sin delatarse de verdad— Ya sabes, es algo molesto pensar en todo lo que tienes que hacer.
— Mnh. —pensó por un momento, e internamente el pelirosa rogaba que la pequeña no siga haciendo más preguntas— Sí.. A mí tampoco me gusta pensar en esas cosas, como hacer mi tarea. —bufó lo último, ya mientras todos juntos entraban en el ascensor, haciéndose más audible la conversación de los azabaches mayores.
— ¿Entonces hasta cuando te quedaras? —preguntó Marshall
— ¿Ah? ¿Acabo de llegar y ya me quieres fuera? —habló algo indignada.
— No, no, sólo quiero saberlo, para organizar de salir juntos y así. —se excusó de manera algo nerviosa.
— ¿Se supone que eso debe reconfortarme? Vine a ver a los niños, no a ti. —soltó con algo de saña, el azabache solo desvío la mirada algo molesto.
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Entre Papeles y Café (Gumshall/AU)
FanficSi lo que buscas es una historia de amor adolescente y descontrolado, estas en el lugar equivocado. Porque aunque cada uno ha tenido su propia historia sin contar, esto es diferente. No son amigos de infancia ni tampoco amores pasajeros, sólo es alg...