Capítulo 6.

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Capítulo 6: Cuerpos. 

Cuando digo que las noches se me hacen más largas de lo normal con Paulo, es porque realmente ocurre eso. Paulo tiene ese algo que te dan ganas de seguir y seguir hablando con él por el resto de la noche o de tu vida, bueno estoy siendo muy exagerada. 

Paulo se encontraba sentado al lado mío pero en el sillón grande que estaba delante de la televisión, mirábamos la serie juntos con las luces del living apagadas. Paulo no se quedaba quieto y por ende me fastidiaba a mi porque no me dejaba ver la serie en paz.

-quedate quieto.-pedí por quinta vez y Paulo rió.

-es que ya no quiero ver la serie.-contestó como un nene de cinco años.

 Es qué técnicamente lo era. 

-bueno, la vamos a sacar.-agarré él control remoto.- Pero no tengo nada para hacer porque no podemos salir de la casa.

-y hablemos.-respondió rápido Dybala mirándome.

-mejor me voy a bañar.-ignoré su comentario y él rió. Caminé escaleras arriba dejandolo abajo y fui directo a la ducha.

-¿no me puedo bañar con vos?-preguntó y yo reí. Siempre era el mismo pedido.

-no.-contesté.- No tengo ganas, mucha gente en el baño.

Era mentira, si quería bañarme con él pero lo estaba jodiendo.

-daaaaaaaaaaaaale.-alargó las 'a' insistiendo.

-na se.-contesté riendo.

-dale, no seas mala.-pidió desde el otro lado de la puerta y yo reí.

-dale, entrá.-dije riendo y se me tiró encima practicamente.

-sabía que ibas a aceptar.-me susurró riendo. Pero no riendose de mi, riendo con ternura.

No dije nada y abrí el grifo de agua caliente. Fui sacándome la ropa sin pudor dejándola arriba de la tapa del inodoro, Paulo hizo exactamente lo mismo y al final terminamos viendo el cuerpo desnudo uno del otro. Paulo generalmente hacía eso, se me quedaba mirando ya sea después de tener sexo o antes, solía acariciarme cuando dormíamos o me llenaba de besos, cosas que me encantaban. Pero algo que solía hacer era quedarse mirándome, sin ni siquiera pensar en que no esta siendo ni un poco disimulado. A todo esto yo aprovechaba y miraba su cuerpo, me parecía hermoso de todos lados y de cualquier ángulo en que lo vea. 

Me metí en la ducha con él siguiendome, bien entré sentí el contacto del agua caliente chocando con mi piel y también los brazos de Paulo que me rodearon al instante en el que nos metimos a la ducha. Apoyó su cabeza en mi hombro desnudo y se quedó ahí sin decir ni una palabra, yo aproveché para disfrutar el agua caliente que corría una maraton por todo mi cuerpo y lo disfrutaba. 

Después de quince minutos salimos de la ducha, ya me agarraba hambre, y eso que habíamos comido. Busqué ropa en mi armario, un pijama más que nada y Paulo me miró desde la cama con la toalla al rededor de su cintura.

-no tengo ropa.-dijo de la nada y lo miré. Si que tenia, si me dejó una valija más o menos en mi casa.

-si que tenes, no mientas.-dije y él rió.

-sabes que me gusta joderte.-no tardó en decir.

-me di cuenta.-contesté divertida mirándolo.

-pero todo con amor.-respondió Dybala haciendo un corazón con sus manos.

No le respondí y seguí en lo mío. Agarré un boxer que sabía era de él, una remera y un pantalón, se los tiré y él rió.

-siempre te enojas.-comentó Paulo.- ¿Por qué? 

-porque me rompes las pelotas.-contesté simple y el carcajeo.

Dybala vivía contento, era un chico muy alegre y los demostraba. Siempre que estaba conmigo se reía o hacía algún chiste, muchas de esas veces no voy a negar que era insoportable porque me rompía los huevos pero me encantaba el simple hecho de verlo reírse cuando me enojo. 

Nos tiramos en la cama, prendí la tele de nuevo y me tapé hasta el cuello, tenia frío. Paulo no tardó en seguirme y tirarse al lado mío, se pegó a mi costado, pasó un brazo por detrás de mi e hizo que me apegue más a su cuerpo, no llevaba remera porque le gusta andar en pelotas pero le pantalón si lo tenia. Apoyé mi cabeza en su hombro desnudo y miramos la tele así por un rato, estábamos los dos tapados hasta la cabeza sin hablar, bah, comentábamos algunas cosas pero nada importante. 

Opté por dejar de mirar la tele, dar vuelta mi mirada y mirar a Paulo, estaba tan concentrado en acariciar mi brazo y en la televisión que no se había percatado de que lo estaba mirando, era hermoso. No tenia nada más para comentar, Paulo era hermoso. 

Podía ver sus pestañas, sus labios, barbilla, todo lo que se imagen desde un ángulo hermoso para mi. Quería mirarlo así para siempre. Después de haberme dado cuenta lo embobada que me había quedado con él y lo creepy que era hacer eso, di vuelta la mirada y seguía mirando la televisión, ya no entendía nada de la película, pero no me importaba. 

Eran las dos de la mañana cuando me di cuenta, se me cerraban los ojos del sueño que tenia.

-¿Queres dormir?-preguntó Paulo dando vuelta la mirada.

Asentí con la cabeza.

-yo quiero seguir mirando, si queres dormí y yo ahora apago la tele.-asentí con la cabeza y dejamos la posición que teníamos para acostarnos un poco más.

Me acomodé encima de él básicamente, cerré los ojos y mis fosas nasales empezaron a aspirar él olor del cuerpo de Paulo, él no tardó en comenzar a acariciar diferentes partes de mi cuerpo, incluso acariciaba mi cara con la yema de sus dedos, sabía que me gustaba. 

Al rato le dio sueño a él también, yo me mantenía con los ojos cerrados porque no quería que no se diera cuenta de que estaba despierta todavía, siempre que me cachaba despierta me hablaba y no me dejaba dormir. Paulo apagó la tele, se acomodó un poco abrazandome por completo y beso ligeramente mi cabeza. 

Así, simple y sin más. Haciendo que los sentimientos se me despertaran de a poco, Paulo se fue a dormir tranquilo, mientras yo no podía pegar un ojo con respecto a lo que sentía con él.

Me iba a volver loca, estaba segura. 


Sweet Creature.-Paulo Dybala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora