Capítulo 42: Salando las heridas.
No pensaba en nada con relación a Joaquin, a Paulo, a nadie. No quería ni hablar de ellos. Apenas le había contado a Valen lo que pasó y nada más, no tenia ni ganas de seguir hablando de lo ocurrido. Respecto a él, a sus cosas, se llevó todo. Lo hizo un día que yo entrené así no me lo cruzaba, fue a pedido mío porque realmente ni quería verlo, no estaba resentida por lo que había hecho, simplemente no quería ni tenerlo cerca después de enterarme de todo lo que hizo, ni en el club nos veíamos.
Lo extrañaba horrores y no dejaba de llorar, me costaba dormirme pero lo hacía ya que llorar tanto me cansaba, no lograba despejar realmente mi mente y todo lo que dije antes era pura estúpidez, Tucu me dolía, pero no podría estar con él. Mi corazón se cansó de recibir tantas puñaladas, de llorar tanto por amores inútiles o no correspondidos, no podía hacerle de nuevo eso.
Esta vez me decidía a por fin dejar de sufrir con todas estas porquerías, ahora me prestaría atención a mi sola, estaría bien sola por un tiempo. Tenia demasiadas cosas para pensar y me daría mi tiempo para hacerlo, sabía que en algún momento tendría que solucionar las cosas con Tucu, no me gustaba quedarme mal con la gente y para ser sincera, él había sido un gran amigo. Pero ahora estaba dolida, realmente con el corazón en mil pedazos con respecto a él, así que por un tiempo me alejaría y mantendría una distancia hasta que él no me afecte más.
-¿Qué pensas de este?-preguntó sacándome de mis pensamientos Valentina.
Levantó un vestido de color celeste pastel que era pegado al cuerpo. Estaba preparándose para una salida con un chico que había conocido hace poco en un boliche o algo así. Ese día justamente no la acompañé. estaba más triste de lo que podía imaginar y me quedé en casa haciendo la mía, osea nada.
-Me gusta más ese que el rosa.-contesté dándole mi atención por unos segundos.
-Eso lo decís porque no te gusta el rosa para nada.-dijo riendo mientras dejaba el vestido en la cama.
-Sí, pero también lo digo porque ese vestido te queda más lindo.-dije contradiciendola. No tengo ni la más mínima idea de porque se quería poner el vestido rosa.
Se sentó al lado mío y largó un gran bostezo.
-¿Como estás?-preguntó interesada.- Te veo un poco ida.
-Bien. Estoy bien.-contesté firme.
Mentira. Estaba para el re orto y no quería aceptarlo.
-Error. No estás bien.-dijo Valen mirándome.- Siento que no lo hablamos lo suficiente.
-Es que realmente no tengo ánimos para hablar de él.-contesté sincera.- Todavía me duele y se que si lo nombro constantemente y recuerdo lo que sentí en ese momento, me voy a desmoronar de nuevo.-
-¿Sabes qué? A veces esta bueno desmoronarse un ratito.-habló Valentina.- Eso te da la posibilidad de armarte de nuevo, de empezar de cero y mucho mejor. Vos necesitas largar todo lo que sentís de golpe y finalmente dejarlo ir. Fijate cuantos cierres tuviste con Paulo. Muchisimos. Y te costó horrores superarlo. Capaz si esta vez te dejas guiar por tu corazón, que pide a gritos largar todo lo malo que tiene dentro, capaz capaz, te hace mejor.
Me quedé en silencio mirándola. Tenia razón.
Valentina no dijo nada y me abrazó para después ponerse de pie e irse a bañar. Miré a mi alrededor, mi casa vacía y sin nada de él, o de ellos. Las imágenes no dejaban de pasar por mi cabeza, Tucu, el tweet, los besos con él, las charlas, las caricias, Paulo, sus confesiones, sus miradas, Paulo entero. Las peleas y Antonella, un bebé. Todo se me vino a la mente de repente, mi corazón poco a poco empezó a latir con más fuerza recordando todo de ellos dos. Que gran discusión, ¿Quien finalmente me gustaba? ¿Paulo o Tucu?
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Sweet Creature.-Paulo Dybala.
Fanfiction"¿Entonces? ¿No sentís nada por mí?-preguntó Paulo con la mirada más penetrante que me dieron en la vida.