Capítulo 37: Y dormir a tu lado se convierte en poesía.
Mayo, estábamos en mayo recién y sentía que el año se pasaba lentísimo, todo iba mejor, ahora era una de las titulares de Juventus, la relación del grupo era mucho mejor, teníamos mejores refuerzos (aunque las jugadoras que teníamos ya eran demasiado buenas).
Mi relación con Joaquin iba mucho mejor, no éramos novios pero 'estábamos en algo' solíamos estar pegados la gran parte del día y cuando viajábamos era increíble lo mucho que lo extrañaba, por suerte hablábamos todas las noches pero no era lo mismo a dormir con él. En Juventus muy pocos sabían que estábamos juntos, tratábamos de mantenerlo en secreto porque suponíamos que era mejor, por ahora funciona. Además aprendí a convivir con él que fue un poco más difícil de lo que pensé, era tranquilo pero a veces le pintaba el loco y terminaba la casa patas para arriba porque le pintó ordenar, más bien, desordenar todo. A la hora de cocinar nos turnábamos, habíamos aprendido a cocinar los dos un poco mejor, con ayuda de nuestras mamás y de su papá, mi hermano me había visitado hace poco con la idea de conocer a una Italiana, lo cual le fue mal porque ninguna le dio bola, menos las del club.
Valentina, ¿Qué podía decir de ella? Era genial, nos habíamos hecho inseparables, todos los días se encontraba en mi casa, compartíamos unos mates, unas charlas y le contaba todo lo que pasaba con Tucu, estaba bastante fascinada con la historia que teníamos, por supuesto mucho tiempo después le conté lo de Paulo, lo cual mucho no me animaba a decírselo, no es que no confiara en ella, pero me era difícil contar algo de él sin sentir nada, todavía sentía esa presión en el pecho sobre él, y tenia que admitir que prefería no hablar de él con nadie porque me lo recordaba y me ponía un poco triste.
Podría decirse que lo superé, me costó horrores, realmente fueron los peores meses sin verlo, sin saber mucho de él, y me sentía débil si alguien tocaba el tema de Paulo, que aunque haya sido meses atrás, seguía afectando bastante. Lo que sentía por Joaquin aumentaba día a día, lo quería mucho y me había encariñado aún más con él, también podría decirse que me gustaba pero eso todavía a él no se lo dije, no estaba un 100% segura de que me gustaba pero si sentía cosas por él. Por el momento no habíamos tenido peleas lo cual me parece raro ya que los dos tenemos personalidades diferentes, y pensé que la convivencia sería un desastre pero por el momento se encuentra muy bien lo cual me fascina.
Al contarle a Valentina todo lo que ocurrió con Paulo su respuesta me dejó sonando en la cabeza.
-¿sabes? Yo pensaba que algo pasaba entre ustedes dos.-comentó Valentina.- No sé, Paulo tenia algo raro cada vez que hablaba de vos, yo pensé que solamente era porque le gustaba como jugabas o algo por el estilo, pero era algo diferente. Además te miraba de otra forma que me sonaba en la cabeza.-dijo con una risita.- Era como si le brillaran los ojitos al verte, te juro. Y aparte notaba algo de tensión entre ustedes, siempre intentaban demostrar de más su amistad como si ocultaran algo pero jamás pregunte ni dije nada.
Y hablarlo con ella me había hecho pensar en él, en todo él, en que no se absolutamente nada de él, solamente que lo citaron para la selección pero nada más, lo he visto en los partidos de Argentina pero trate de evitarlo, es tan estúpido no querer verlo ni siquiera en fotos pero debía superarlo de una vez, ya estaba cansada de pasarla mal, ya no había vuelta atrás, Paulo estaba casado y quería sentir cosas por otra persona, al igual que yo, que quería sentir cosas por Joaquin y eso estaba haciendo.
Aunque aprovechaba los momentos en los que hablaba con Valentina sobre Paulo, me gustaba recordarlo un poco, me daba ese pequeño placer de hacerlo, de recordar sus hermosos ojos, su pelo y su piel, de recordarlo a él. Me acordaba de las cosas lindas que pasamos, aunque algunas veces eran más momentos feos que lindos y terminaba al borde de las lágrimas.
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Sweet Creature.-Paulo Dybala.
Fanfiction"¿Entonces? ¿No sentís nada por mí?-preguntó Paulo con la mirada más penetrante que me dieron en la vida.