Capítulo 21: No sé.
Paulo me miraba tan enamorado que no lo podía creer, su mirada estaba llena de cariño y amor, no dejaba de mirarme fijamente a los ojos, aunque para ser sincera, sus ojos eran hermosos. Después de un tiempo bastante largo, nos habíamos besado de nuevo, me había confesado su pelea con Tucu, me dijo que gusta de mi, demasiado para procesar.
Aunque la vida no es de color rosa, mi panza empezó a doler segundos después de que nos besamos, ya hace semanas mis pechos dolían también, indicio de nada más y nada menos que, mi menstruación estaba llegando. Lo que me faltaba para arruinar este momento, que Paulo tenga que ir a comprar toallitas para mi.
-¿puedo usar tu baño?-pregunté y él rió.
-por supuesto.-me dijo riendo y yo caminé en dirección a éste.
Claramente sabía donde se encontraba, sabía donde estaba todo en la casa de Paulo, la conocía de arriba abajo. Así que eso hice, me bajé los pantalones, ropa interior y como lo había dicho, me había venido. Que buen momento para estar indispuesta la verdad. Ahora como hago para decirle a Paulo que me tiene que comprar toallitas.
-¡PAULO!-grité desde él baño con la puerta entreabierta, éste vino corriendo hasta donde yo estaba y me miró.
-¿qué pasa?-preguntó mirándome.- ¿Te cagaste encima?-dijo riendo y yo le hice fuck you.
-no, imbécil. Me vino, ¿podrías hacerme el favor de ir a comprar toallitas?-pregunté y él carcajeo.
-ah, era en serio.-dijo y asintió con la cabeza.- ¿En la farmacia, no?
-sip, igual en el supermercado.-contesté y él asintió mientras caminaba hasta supongo yo, la puerta.- ¡Gracias!
Escuché la puerta cerrarse y me quedé sentada en el inodoro hasta que volviera, porque sabía que si me sentaba en la cama, la mancharía. Encima el pelotudo de Paulo tiene la manía de tener la cama con sabanas blancas SIEMPRE y si no las tenia blancas, eran de dibujitos. Me quedé minutos largos mirando mi celular, Paulo no llegaba más y yo tenia más ganas de dormir que otra cosa.
Me puse a cantar para pasar el tiempo, porque para peor mi celular se quedó sin carga, eran apenas las siete de la noche o eso había leído antes de que mi celular se apagara. Del baño no quería salir porque eso implicaba salir desnuda para no manchar nada, así que prefería quedarme acá mirando la pintura del baño o el lava manos. Ya no sabía que hacer pero gracias a dios escuché la puerta de la casa, ese era Paulo.
-mira no te voy a mentir.-dijo cuando le abrí la puerta y lo vi con una bolsa llena de toallitas.- No sé muy bien cuales usas así que te traje varias para que elijas.-me dijo serio.
Nunca me reí tanto. Me parecía sumamente tierno su preocupación, era hermoso.
-Además te compré un par de cosas para comer porque las ultimas veces que estabas conmigo y te vino tenías hambre, ¿por qué no la tendrías ahora?-preguntó. Era demasiado lindo Paulo.
-sos un bombón, gracias.-dije mientras agarraba la bolsa de sus manos.
-de nada, anda a bañarte que yo te preparo las cosas acá.-me dijo antes de darse vuelta en dirección a su habitación.
Me metí al baño con la bolsa en mis manos, me despojé de toda mi ropa dejando mi cuerpo al desnudo, prendí la ducha y esperé a que el agua se ponga en una temperatura que mi cuerpo pueda aguantar. Cuando ésta ya lo estaba me metí a la ducha, pero a los diez minutos escuché como la puerta del baño tocaban.
-¿qué paso?-pregunté y noté como Paulo entró.
-te vengo a dejar ropa y unas toallas.-dijo y lo escuché salir del baño.
Por más de que los ovarios me dolieran un montón, no podía sacar la sonrisa en mi cara, la tenia pegada parecía. Estaba feliz, Paulo me estaba haciendo feliz sin hacer mucho, aunque lo que estaba haciendo ahora era mucho por mi. Nadie nunca había sido tan atento conmigo, solamente mi familia.
Salí del baño toda cambiada, caminé hasta la habitación donde se encontraba él. Dejé la toalla colgada en el baño obviamente para que se seque y no tardé en sentarme en la cama con él.
-gracias por todo, Paulo. Estás siendo muy lindo conmigo.-dije y él me sonrió.
-¿como no serlo? siempre fuiste tan linda y atenta conmigo, me tocaba devolvertelo en algún momento. Un placer ayudarte siempre.-dijo sonriendo.- Veni, acostate conmigo un ratito.
Paulo abrió su brazo para que yo me acueste encima de él practicamente, extrañaba mucho esto, no lo iba a negar pero sabía que si iba a tomar una decisión tenia que ser la correcta, estaba en juego muchas cosas, mis sentimientos, los de Paulo y como quedaría la relación entre los dos después de esto. Me sentía tan cómoda con él al lado mío, era bastante raro porque hace unas semanas podía jurar que no lo quería ni cerca mío, obviamente me sigo acordando toda la mierda que pasamos juntos pero este era un buen momento para replantearme que carajos quería con él, a pesar de todo lo que pasamos, ya sea bueno o malo. Porque al fin y al cabo la vida se trataba de eso, de buenos momentos y malos momentos, yo no podía pedir que Paulo fuera un principe azul, porque primero que nada, no me gustan y segundo él no era eso. Lo único que quería era sinceridad, quería que me quisiera, no puedo decir como yo lo quiero a él porque todavía no sé bien si lo hago, quería que se decidiera también, que me sea claro y no me pelotudee de arriba a abajo como la última vez, quería que esta vez las cosas se solucionaran entre los dos y podamos vivir en paz, en amor, en lo que sea menos peleas.
Él no hacía más que mirar la televisión concentrado, yo pensaba, mataba mi cabeza porque a la única acá que le faltaba decidir era a mi. Necesitaba claridad, capaz despejar mi mente, no sabía muy bien todavía, aunque para ser sincera no sabía nada nunca.
Y era verdad, me miraba con tanto amor Paulo, porque lo encontraba varias veces mirándome con tanta ternura, aunque se hiciera el boludo y mirara para otro lado, yo ya lo había cachado mirándome, tenia tanto amor en sus ojos que me daban ganas de abrazarlo, besarlo pero sabía sobre todo no podía, no quería confundirlo, porque era verdad que todavía tenia que pensar y no tomar una decisión boluda que pueda terminar haciéndome mal a mi, o a él.
-me gustas, un montón.-me susurró Paulo antes de apagar la luz del cuarto, me tenia abrazada y sentía su aliento chocar con mi frente.
a mi también Paulito.
[PERDONEN POR NO ACTUALIZAR LPM este capítulo es una verga y encima tarde como ochenta años en escribirlo. Espero que les guste y si les gustó voten y comenten! gracias por leer, besos!]
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Sweet Creature.-Paulo Dybala.
Fanfiction"¿Entonces? ¿No sentís nada por mí?-preguntó Paulo con la mirada más penetrante que me dieron en la vida.