Capítulo 47: Yo sí te creo!
El dolor que sentía en el pecho era enorme. No pensé que iba a pasar algo similar nunca, no me preparé para algo así en mi vida. No podía creer lo que mis ojos veían, lo que escuchaba, y realmente llegué a pensar que era un sueño muy lejano y que nunca le iba a pasar a alguien que yo conocía. Patriarcado, mi dulce enemigo, tocaste a una de las mías, y ahora sí, vas a caer.
Mi corazón se estrujó al verla a Valentina tirada en la alfombra de su living, hace dos días no sabía absolutamente nada de ella y no paraba de preocuparme. Ahí la tenía, tirada en su alfombra favorita, llena de sangre, y dolor. Mi mejor amiga, se encontraba casi desnuda y golpeada, yo no sabía que pasaba. Sentí una presión tan fuerte en el pecho que inundó mi cara de lagrimas al instante, y no tardé en tirarme practicamente encima de ella buscando y viendo que zonas tenia lastimadas. No entendía nada pero a la vez, entendía todo. Valentina lloraba mientras me miraba y con la poca fuerza que tenia se abrazaba a mi.
-¡Paulo!-grité desconsolada. Se encontraba afuera esperándome.
Entró corriendo por mi grito desaforado y no tardó en sorprenderse a ver la escena delate de sus ojos.
-Amiga, ¿qué te hicieron?-lloré mientras la acomodaba mirándome. Las costillas rotas seguramente tenia porque no se podía mover, el pie esguinzado porque el huevo lo puedo ver y la cara sangrando también.
Valentina lloraba intentando hablarme.
Paulo se agachó donde estábamos y se apuró en llamar a una ambulancia que supuestamente no tardaba en llegar.
-Volvió.-me susurró.
¿Quién volvió? ¿Quien fue el hijo de remil yuta que le hizo esto a mi amiga? Sentía tanta tristeza dentro mío pero a la vez tanta bronca que no sabía como carajos controlarme.
La ambulancia se la llevó, nosotros salimos de la casa y me subí al auto con Paulo pero no arrancó. Se me quedó mirando con el corazón en las manos al igual que yo. Simplemente no me salían las palabras de la boca como para explicar lo que sentía, quería llorar, gritar y golpear fuerte a alguien. Paulo no decía nada, me miraba con algo una tristeza similar pero no igual, me entendía porque sabía que lo que pasaba era un mierda, pero supongo que no quería decir nada erróneo en este momento, y lo entendía, porque yo no quería hablar tampoco. Sentí el calor de sus abrazos rodearme sin que yo se lo pidiera y me hundí en él como solía hacer cuando estaba triste, pero hoy, después de verla así a Valentina, me sentía devastada.
El auto arrancó, el hospital muy lejos no quedaba pero seguramente me iba a quedar un tiempo ahí hasta que saliera Valentina. Me senté en una silla de espera cuando llegué, todo a mi alrededor giraba y todos hablaban pero yo pensaba una sola cosa. Estaba preocupada, quería saber lo que había pasado y de ahora en más cuidarla con lo que era. La vida es tan injusta loco.
-¿Familiar?-preguntó el doctor mirándome a mi y a Paulo. Negué con la cabeza.
La familia de Valentina no vivía en Italia, era ella sola y muy pocas veces la venían a visitar.
-Mejor amiga.-contesté esperando que me deje entrar.
-Bueno, eso me sirve.-dijo haciendo una seña para que me levante de la silla.
Estuve sentada alrededor de casi tres horas, sin decir una palabra, llorando y con Paulo al lado, dándome un abrazo.
Caminé sin él hasta la puerta de la habitación.
-Esta consciente, estable pero tiene muchas heridas.-me habló el doctor. Desconocía su nombre.- Hay signos de violación pero con nosotros no quiso hablar. Tiene dos costillas rotas, pie derecho esguinzado, labio inferior roto y varios golpes más en la cara, y cuerpo.
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Sweet Creature.-Paulo Dybala.
Fiksi Penggemar"¿Entonces? ¿No sentís nada por mí?-preguntó Paulo con la mirada más penetrante que me dieron en la vida.