Capítulo 12.

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Capítulo 12: Ya ni se.

Y me largue a llorar bien Paulo cruzó la puerta. Me sentía fatal y no por lo que le dije a Paulo,bueno tal vez un poco. Sabía muy dentro mío que tal vez y sólo tal vez me gustaba un poco Dybala, aunque poco a poco lo iba alejando excepto por algunas cosas o situaciones. Estaba harta, no quería ni verlo y encima ahora lloraba como una condenada por lo que había sucedido con éste imbécil.

Limpié mis lágrimas y avise que me iba. Prefería descansar en mi casa que descansar en un lugar donde sabía que en cualquier momento podría volver a entrar la joyita para romperme más las pelotas. Sabía muy dentro mío que seguramente entraría con su orgullo herido y me insultaria, Paulo odiaba no tener la razón,  o por lo menos eso me demostraba a mi.

-debo irme.-comenté a la doctora y ella asintió.

-mañana en la tarde te haré los chequeos.-respondió amable.

Después de saludarla camine hasta el vestuario de Juventus. Busqué mi bolso en mi casillero y no tarde en meterme a bañar. Lamentablemente los vestuarios estaban conectados, una puerta nos separaba y por ende cualquier podría entrar sin querer. Abrí el grifo de agua caliente, ya desnuda me metí para sentir como el calor volvia a mi cuerpo. Cerré mis ojos en busca de paz pero como no la encontré,  me decidí por cantar aunque sea un poco, sabía que estaba sola.

-Decime como vivo tan perdido, si mi casa es un baldío y mi cuerpo no da más. -cante a todo pulmón mientras el agua corría por mi cuerpo.- decime como hago para olvidarte, si mi vida es un desastre.  Me arruinaste una vez más. Sólo pido que Dios te mandé un castigo, por dejarme,  tirada en el olvido, y una noche más en Buenos Aires, otra vez, otra vez que te burlarste.

Di vuelta mi mirada cuando escuché como alguien tarareaba lo que yo acababa de cantar. No había cortinas en Juventus y todos veían todo. Me asuste al ver una figura masculina del otro lado de todo el vapor. ¿Quien carajo me estaba mirando en pelotas mientras yo cantaba?Miré asustada, con bronca y con curiosidad hacía la figura masculina. 

¿Quien creen que era? SÍ, EL PELOTUDO DE PAULO DYBALA.

Tarareaba la canción mientras me miraba, tenia una toalla al rededor de su cintura y no dejaba de mirarme fijamente, cómo si nunca me hubiera visto desnuda. Tapé mi cuerpo con mis manos, o eso intenté y lo miré indignada. 

-éste es el vestuario de chicas.-hablé.- Me estoy bañando, andate.

-te escuché cantar.-dijo Paulo acercándose.

Este pibe definitivamente estaba drogado o en pedo.

-¿y a mi qué carajos me importa? Andate.-dije mirándolo molesta.

-nunca me habías dejado escucharte cantar.-me dijo. Parecía anonadado o en pedo.

-¿y? andate de una vez.-seguí echándolo.

-perdón.-pidió.- Ya ni se que es lo que estoy haciendo con vos. 

-me di cuenta.-dije mirándolo.- Pero eso no es tema mío, así que te pido que te retires de una vez por todas. 

-ya ni se lo que siento por vos, no entiendo nada y me cuesta expresarme.-me miró mientras se acercaba. La toalla que tenia amarrada a su cintura cayó por algún lugar de las duchas y él caminó hasta donde yo estaba.- Me dañaste el orgullo, y sin embargo quiero estar con vos igual.

-no queres estar conmigo, queres tener sexo conmigo, nada más.-dije mirándolo.- Y eso a mi ya no me interesa. Te dije que me dejes en paz. Pareces realmente bipolar y me tenes los huevos que los uso de pelotas, un día me queres y al otro día me odias. Deja de joder y decidite un poco.

-es difícil, no puedo dejarla a ella. Pero no te quiero dejar a vos.-realmente parecía anonadado. - Creo, muy en el fondo mío. Creo que gusto de vos.

 Esto tenia que ser una joda. 

-¿me estás jodiendo? Porque ya dejó de ser gracioso.-comenté mirándolo. 

-no te estoy jodiendo, tarada.-dijo mirándome.- Sabes que cuando hablo de estas cosas, hablo muy en serio. 

-bueno porque lo que dijiste hace media hora atrás no parecía joda.-lo miré indignada.

-eso si que no era verdad. Me heriste el orgullo, me lastimó el haberte lastimado. Perdoname.-pidió.

-me dijiste cosas horribles y ahora me venís con que sentís algo por mi. Paulo, en serio.-lo miré. Estaba cansada.

-Perdón, sé que hago las cosas re mal con vos. Bah, con todo el mundo. -se disculpó mirándome.- Te juro que es la última vez que te pido perdón por una estupidez mía, no quiero seguir haciendo las cosas mal con vos.

-Paulo, vos tenes novia. Y tenes que respetar a tu novia, si no sentis más nada por ella deberías dejarla, pero es tu tema, no el mío.-contesté.- Sería mejor que te vayas.

Paulo me miró algo apenado. Yo sabía desde el fondo de mi corazón que quería que lo perdone, y yo lo quería perdonar pero no quería volver a eso de nuevo,o por lo menos una parte a mi no quería. Tenía un punto débil y tenía nombre y apellido, Paulo Dybala. Sabía que el me gustaba, bastante y que me encantaría estar con él, pero tiene novia, y yo no quiero seguir en lo mismo se antea, no quiero volver a sentirme mal y usada.

Las duchas quedaron en silencio, cerré el grifo y camine en busca de mi toalla. Sin mirarlo me cambie, quería irme lo más rápido posible para no seguir viendolo y poder ser vulnerable en paz.

Paulo me miraba, no sonreía, no decía nada, sólo me miraba. Quería abrazarlo,porque me dolía, odiaba lo que estaba pasando pero me encantaba abrazarlo, aunque sabía no lo haría,no tenía sentido nada de lo que ya hacía yo, o incluso él.

-¿en serio no queres más conmigo?-preguntó mirandome.- ¿nada de nada?

Era una pregunta interesante, bastante. ¿Quería o no quería?

Sweet Creature.-Paulo Dybala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora